Preguntando a Marcial Morales
Hace un tiempo que al grupo nacionalista del Ayuntamiento de Puerto Rosario, parece que le haya mirado un tuerto. Si eso quedara ahí, tampoco tendría mayor importancia toda vez que el conflicto se limitaría al grupo – por llamarlo de alguna manera – de concejales de CC y al tuerto de marras que bastante debe tener el hombre con su minusvalía para que además lo acusen de gafe.
Pero los problemas de los concejales que preside Marcial Morales trascienden del Grupo de Gobierno y los sufrimos los vecinos de este Puerto del Rosario que a cada día que pasa se queda más descolgado de lo que debiera ser una población moderna y bien administrada.
Quisiera hacer unas preguntas al Sr. Alcalde que creo necesitan de una respuesta urgente, a ser posible a través de los hechos y si tenemos peor suerte, que es lo que me temo, a través de uno de esos discursos/homilías con los que castiga inmisericorde nuestro primer edil a todo aquel que se pone a su alcance.
En primer lugar quiero preguntar algo relacionado con esta sucesión de Plenos en los que se han tratado los temas del presunto trato de favor concedido a un ciudadano por parte del Ayuntamiento y de los subsiguientes favores que el citado ciudadano, parece ser, que distribuyó generoso a algún que otro concejal de los de obediencia nacionalista.
En uno de eso plenos D. Rafael Páez fue cazado en mentira flagrante, para entendernos pillado de cuatro patas y …., pero sucedió lo mismo con D.ª. Carmen Delia Gutiérrez, concejal por el tercio de los de Marcial, ambos fueron sorprendidos en falsedades que tienen que ver con su trabajo como Concejales delegados. Ahí va, pues la primera pregunta ¿hasta cuándo va a sostener en sus puestos D. Marcial a unos concejales que son capaces de mentir al Pleno del Ayuntamiento?
Está claro que el alcalde debe obligarlos a que presenten su dimisión o cesarlos si los ediles se resisten. ¿O vamos a tolerar los vecinos que nuestros representantes mientan a boca llena en asuntos que le son propios por su cargo?
Pasemos a otro asunto de naturaleza urbanística por tanto grave y opaco por definición si nos remitimos a la amplia experiencia con la que contamos los vecinos de la capital. Parece ser que por fin la Cotmac, ese órgano dependiente de la Consejería que preside Domingo Berriel – el dato pudiera ser relevante, así que reténganlo – ha aprobado una revisión del PGOU de Puerto Rosario que autoriza la construcción de un museo en el barrio de El Charco de esta capital.
Todos los vecinos recuerdan el jaleo que se montó alrededor la compra de los terrenos que se utilizarían para la construcción del Museo Arqueológico Insular, compra que se llevó a cabo por el Ayuntamiento presidido por D. Marcial que adquirió la mencionada parcela a sus legítimos propietarios, parcela que coloquialmente se conoce en Puerto como la de los berrieles, por la que se pagó –parece ser- 600.000 euros y once o doce parcelas industriales, propiedad municipal hasta ese momento, y que pasaron a poder del vendedor.
Después pasó lo que pasó, Mario Cabrera se puso terne y donde dijo digo (a través de un decreto) dijo Diego y se fue p’al monte aunque no muy lejos, sólo hasta Betancuria donde se dedicó a promover la construcción de otro museo arqueológico en las cercanías del casco histórico de la Villa.
Y dirá alguno ¡otro no! el Museo Insular Arqueológico y tiene razón, no caben dos y por tanto Marcial Morales cual gallo de Morón, aquel que acabó sin plumas y cacareando, se encontró de golpe y porrazo con un terreno que no valía dos pesetas de las de antes, con 600.000 euros menos en las arcas municipales y con once o doce parcelas, que no está clara la cosa, de suelo industrial a las que hubo de dar la correspondiente baja del patrimonio municipal.
Un asunto complicado, pero Marcial Morales lejos de arredrarse puso en marcha la red clientelar que tan bien han tejido los de CC y aún mejor las ardillas insulares y consiguió el milagro de la mutación. Donde se pedía una Revisión Parcial del Texto Refundido del Plan General de Ordenación Urbana de Puerto Rosario para que autorizara la construcción de un Museo Arqueológico, la Cotmac contesta y autoriza la construcción de un museo pero no hace constar una característica fundamental, que sí recogía la petición municipal, que no es otra que la finalidad de la instalación museística, ya no hace falta que sea arqueológico. Una brillante decisión administrativa; usted dice buenos días y la Cotmac responde naranjas tengo.
Que el Sr. Berriel, majorero de pro, sea el Consejero del Gobierno Canario que se ocupa de esos asuntos, que los terrenos de los hornos de cal se conozcan en Puerto del Rosario como el de los berrieles y que todos - Alcaldes, los de Puerto y Betancuria, Consejero del Gobierno y Presidente del Cabildo - sean del mismo partido, seguro que nada tiene que ver, no vayan a pensar mal.
Así que todo el mundo contento, el vendedor, sea quien sea ese ciudadano o sociedad, porque se ha sacado de encima un solar inútil por el que se ha llevado 600.000 euros y las ya tan repetidas once o doce parcelas de suelo industrial; Don Marcial porque tras encontrarse en el alambre se cree ahora fuera de peligro porque cuenta con un autorización que le permite construir un museo ¿qué clase de museo? ¡cualquiera hombre no sea usted pelma! y así cree que ha salvado su responsabilidad
Y los vecinos contentos también ¿usted cree? Los vecinos no pueden estar muy contentos, en primer lugar porque el precio es exagerado y lo pagan con sus impuestos, en segundo lugar porque no es lo mismo el Museo Insular de Arqueología, que tener una autorización para construir un museo del que nadie conoce su finalidad o siquiera si se va a construir.
Por tanto vamos a preguntar a Don Marcial:
- ¿Quiénes eran los propietarios de los terrenos?
- ¿Qué precio se pagó por ellos?
- ¿Qué Museo pretende construir en esa zona?
- ¿Con qué financiación cuenta?
- ¿Qué dicen los servicios jurídicos del Ayuntamiento sobre la validez de la resolución de la Cotmac?
No dudo que las preguntas serán contestadas de inmediato por Don Marcial Morales, lo contrario lo situaría todavía más en el interior de esa zona oscura, más que oscura opaca en la que se mueve por desgracia, nuestra administración municipal de la que es el máximo responsable, conviene que no lo olviden ni el propio alcalde ni los vecinos.
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