Y los sueños, sueños son....
El domingo podíamos leer en la prensa unas declaraciones que hacía, en visita electoral a Jinámar, D. Paulino Rivero acompañado por los tres mosqueteros que ha nombrado consejeros del Gobierno de Canarias por aquello de dotarlos de cierta relevancia electoral, tal y como afirmó en su momento el propio presidente.
Para que nadie se quede con la duda Jorge Rodríguez, Fernando Bañolas y Mª del Mar Julios formaban el séquito, que, insisto, como todo el mundo sabe ascendieron al Olimpo gubernamental por ostentar el dudoso privilegio de ser los números uno de CC en las planchas al Ayuntamiento de Las Palmas, Cabildo Insular y Parlamento de Canarias respectivamente.
Y claro animado por el ambiente, rodeado de simpatizantes e impulsado, digo yo, por el carácter electoralista de la visita se le calentó el pico al hombre y terne a la vez que solemne afirmó: “Canarias hablaría alto y claro si tuviese competencias en política exterior” refiriéndose, claro está, al papelón que ha protagonizado el gobierno de ZP en este asunto.
Y uno no puede por menos que hacer una reflexión, Paulino Rivero no tiene competencias en política exterior pero advierte que si las tuviera haría una labor muchísimo mejor que quién ejerce esas competencias en este momento. Bueno aceptemos el aserto, aún cuando pueda parecer dudoso, atrevido u optimista, aunque no se pueda evitar sentir una duda
Esto de que Paulino Rivero y con él el gobierno de CC. presuman de que son muy capaces de acometer políticas que la “mezquindad centralista” de nuestra Constitución pone fuera de su alcance, a lo peor se reduce a una baladronada, nada pueden hacer luego nada se les puede exigir, otro brindis al sol y van….
Es una pena que con lo buenos que serían – dicen - haciendo lo que nuestro actual ordenamiento no les permite, resulte que en las cuestiones en las que teniendo competencias y las herramientas legales, administrativas y financieras en su mano, tales como el paro o la educación o la sanidad, sean tan malos – ahí están las cifras - También es mala suerte.
Así que si fiamos de la palabra de Rivero, si tuviéramos competencias en política exterior seríamos el asombro de este mundo y parte del extranjero y claro uno lee esto el domingo y piensa ¡qué pena! con la falta que nos hace una política exterior seria, digna, eficaz, coherente, solidaria, etc., y estos de Madrid le cortan las alas a Paulino, ¡indignante! oiga.
Pero claro, detrás del domingo llega el lunes y tras las afirmaciones extemporáneas y dominicales de las reuniones cuasi mitineras disfrutando del calor popular y de la paella subsiguiente llegan las primeras de la prensa y este lunes los ciudadanos podíamos leer que el Plan Canario de Empleo se ha llevado 580 millones de euros en 14 años y a pesar de esa inversión sólo ha conseguido una inserción laboral del 45% de los 60.000 parados que presuntamente se beneficiaron de las bondades del citado Plan.
Y uno se acuerda que la semana pasada, leyó no sabe si en lunes u otro día, que encabezamos en España la estadística que refleja el número de familias que tienen a todos su miembros en el paro, y piensa ¿sabrá D. Paulino que tiene competencias en el empleo y en las políticas activas de creación del mismo?
Y si el Gobierno de Canarias, conjunta y solidariamente no ha tenido lo que hay que tener para implementar políticas que aminoraran el paro en Canarias y del paro femenino o juvenil es preferible no hablar. Si no han sido capaces de administrar los medios de la sanidad pública para reducir las listas de espera, si estamos a la cabeza del fracaso escolar, es decir si lo han hecho tan mal ¿a qué viene andar por ahí vacilando de lo que serían capaces de hacer si les dejaran la política exterior del país en sus manos?
Estamos en noviembre y han ya comenzado los dislates electoralistas, qué no oiremos hasta el mes de mayo. A pesar de que cuando los políticos entran en celo lectoral, como es el caso, pudiera serles de aplicación una atenuante muy cualificada, no es de recibo que un gobierno como el de Paulino Rivero, hoy de CC y ayer de CC y PP, malo como la carne de pescuezo, se dedique ahora a presumir de lo que harían si se lo permitieran en cosas que nada tienen que ver con su trabajo cotidiano.
Creo que no hay un ciudadano que no piense que lo exigible es que se dediquen a lo suyo: la administración de la cosa pública de Canarias y la defensa del interés general de sus ciudadanos. Otros, muchos, pensamos que resultan escandalosas esas exhibiciones extemporáneas de Paulino Rivero aunque se encuentre en estado de extrema necesidad electoral en Gran Canaria. Lo dicen, contundentes, las encuestas.
Así que vuelva sus ojos al Siglo de Oro y aplíquese la reflexión del clásico:
… Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. Y si no lo hace, la ciudadanía ajustará cuentas con el, porque hay que recordar que esos sueños los pagamos entre todos y hasta ahí podíamos llegar.
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