Pelillos a la mar
Ayer en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, se aprobó una iniciativa legislativa, la Ley de Aguas Canarias, lo que ha llenado de júbilo a las huestes nacionalistas que empiezan a recibir el pago simbólico por el apoyo prestado a Zapatero para que, entre otras lindezas, pudiera congelar las pensiones, por ejemplo.
El anuncio ha levantado el ánimo cariacontecido de CC, inmediatamente Claudina Morales manifestaba: “La aprobación de la ley del mar de Canarias supondrá un antes y un después dado que supone el reconocimiento definitivo de las Islas como un archipiélago con plena soberanía del Estado y de la Comunidad Autónoma sobre la tierra y el mar que nos une y nos separa”.
“Esta proposición de ley no sólo permitirá la definición de los espacios marítimos de las Islas sino que, además, reportará notables beneficios económicos a las Islas dado que permitirá el acceso a los recursos naturales marítimos. Se trata de un tema de extraordinaria importancia tanto para Canarias como para el Estado, que tiene derecho a que su espacio marítimo esté claramente delimitado, por razones de muy variado tipo que afectan a la seguridad, a la protección medioambiental y a los recursos de dichas aguas, sobre todo”.
Fernando Ríos Director de la Oficina de Canarias en Madrid y hombre de confianza de Paulino Rivero, entusiasmado, nos decía: Enhorabuena a todos, porque dejamos de ser meras islas y nos convertimos en archipiélago y proyectar sobre nuestras aguas las competencias que como entidad autónoma, como país, como nación, ya tenemos en los espacios terrestres.
Empecemos por el final, analicemos la declaración de un profesor de Derecho Constitucional por tanto un experto; por lo que si hubiera en sus palabras algo incierto será con conocimiento de causa y no por ignorancia y lo advierto porque D. Fernando nos felicita a todos “…porque dejamos de ser meras islas y nos convertimos en archipiélago y proyectar sobre nuestras aguas las competencias que como entidad autónoma, como país, como nación, ya tenemos en los espacios terrestres”.
Uno que ha sufrido para aprender a escribir y a pronunciar con soltura lo de archipielágico, duda al respecto y como estas cosas más vale no discutirlas sin el apoyo de un texto y menos si uno discute con un experto cual es Fernando Ríos, se va hasta el Estatuto de Canarias y en el artículo 2 puede leer algo que lo reconforta:
“El ámbito territorial de la Comunidad Autónoma comprende el Archipiélago Canario, integrado por las siete islas de…” Así que ya éramos un archipiélago antes de que en Madrid aprobaran eso de las aguas canarias, mar canario o como quieran ustedes llamarlo, que ya se han encargado los responsables de hablar de una manera que no comprometa demasiado, y aclararle a D. Fernando y perdón por la manera de señalar, que no somos ni hemos sido país o nación tal y cual afirma a sabiendas de que es falso que es lo malo.
Leíamos que Claudina nos explicaba que esto iba a ser una maravilla porque la medida reportará notables beneficios económicos a las Islas dado que permitirá el acceso a los recursos naturales marítimos y nos señalaba también la extraordinaria importancia de lo aprobado por razones de muy variado tipo que afectan a la seguridad, a la protección medioambiental y a los recursos de dichas aguas, sobre todo.
Y claro uno se anima, que tal y como están las cosas a ver si con esto pillamos unas perrillas de los de Madrid; pero si se lee lo que dicen los del PP de Canarias las cosas se ven de otra manera. Dicen los populares que el texto no presenta novedad algún ya que el texto aprobado señala que el ejercicio de competencias por cada administración, se realizará de acuerdo con la distribución ya existente y que el establecimiento de esas aguas canarias no alterará la delimitación de los espacios marítimos tal y como ya están establecidos en el actual ordenamiento español y en concordancia con el Derecho Internacional.
Y claro si lo que se ha aprobado es lo mismo que existía antes ¿qué es lo que han aprobado en el Congreso? Automáticamente los nacionalistas saltan como panteras y afirman que no hay que hacer caso a los del PP que, como todo el mundo sabe, son unos traidores a la causa de Canarias y los canarios, con lo que ya estamos como de costumbre, si uno de ellos dice blanco, los otros dicen negro y los ciudadanos no sabemos a qué carta quedarnos.
Necesariamente hay que buscar una tercera opinión, yo puedo aportar las declaraciones de Pérez Rubalcaba, Vicepresidente del Gobierno de España que hace bien poco manifestó: El acuerdo suscrito con CC sobre la definición de las aguas interiores canarias va a cumplirse pero aclaró que su cumplimiento no conlleva “ningún tipo de cesión de competencias a la Comunidad Autónoma” y por si cabía alguna duda, añadió cuando le preguntaron cuándo comunicarían el acuerdo a las instituciones internacionales los presuntos cambios afirmó contundente: “Nunca vamos a comunicar cambio normativo alguno porque no lo va a haber”.
Creo que se ha despejado la incógnita, lo de la ley de aguas canarias, el mar canario o como quieran llamarlo no es más que un paripé propagandístico para vestir el escuálido pacto que firmó Paulino Rivero en Madrid. Lo afirmo apoyándome en las manifestaciones del inefable Rubalcaba que aclaran de forma contundente este desgraciado asunto.
Una vez más han vuelto a intentar colocarnos una bola descomunal, CC por boca de su presidenta nos endosa un cuento de hadas, apto sólo para niños inocentes, en el fondo lo del interés general les importa muy poco; lo único que interesa a los dirigentes de CC es cambiar la tendencia de las encuestas que advierten de un revolcón nacionalista de tamaño natural. Para todo lo demás un remedio: ¡Pelillos a la mar!, la canaria he de suponer.
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