Los etarras anuncian un alto el fuego
Se acercan las elecciones municipales y empezamos a recoger los frutos de las conversaciones entre dirigentes del PSE y Batasuna. La ilegalizada organización, el brazo político de ETA, se había comprometido a que la banda asesina realizaría un esfuerzo importante públicamente y que a cambio habría que legalizar a los batasunos para que se pudieran presentar a las elecciones municipales.
Supongo que habrán leído no menos de cinco o seis sesudas interpretaciones políticas, sociológicas, tácticas y semánticas, sobre la declaración que ha hecho ETA, en la que comunica una tregua. En un principio salió a los medios el portavoz del PSOE, Marcelino Iglesias, que sorprendentemente manifestó que consideraba el anuncio del alto el fuego como un “paso importante”. Pocas horas después su partido ante el unánime rechazo de la tregua por parte del resto de las organizaciones políticas, declaró que el anuncio de ETA resultaba insuficiente.
Pero independientemente de la opinión de las organizaciones políticas, sus representantes, los sindicatos policiales y las asociaciones de víctimas, que han calificado a la tregua de treta, trampa o de insuficiente, me llama la atención y me preocupa, la opinión expresada por muchos ciudadanos en las redes sociales. Todavía existen ciudadanos de buena fe, que creen se puede negociar con un asesino que se sienta a la mesa, a hablar de paz, convenientemente armado.
Lo que ha hecho la organización asesina ETA ha sido proclamar un alto el fuego permanente y general que puede ser verificado por la comunidad internacional. Pero sigue instalada en lo de siempre, se postula como guardiana de las esencias de ese proceso que propone, llevado a cabo por partidos vascos, ya me dirán ustedes si resulta aceptable que unos asesinos se postulen como árbitros de lo que llaman proceso democrático.
“ETA no cejará en su esfuerzo y lucha por impulsar y llevar a término el proceso democrático, hasta alcanzar una situación democrática en Euskal Herría”, esta es la frase que cierra el comunicado. Teniendo en cuenta el sangriento currículo de más de 800 asesinatos en pos de esa “situación democrática” y que la organización etarra mantiene toda su capacidad para asesinar, el texto suena más amenaza velada que a una oferta de paz.
Pero es que además ponen una serie de condiciones políticas y territoriales, las de siempre, que ellos mismo saben que son inaceptables. Por lo tanto lo que piden es un premio por dejar de asesinar y advierten que pueden volver a lo mismo si se les niega lo que piden.
Hasta las fuerzas políticas abertzales se han quedado compuestas y sin novio. La declaración de los asesinos etarras no cumple con una de las más importantes condiciones de la Declaración de Guernica, en la que los partidos de abertzales exigían a la banda una declaración unilateral en la que los etarras declararan su voluntad de alto el fuego, sin exigir condiciones ni a España ni a Francia.
Por tanto nada hemos adelantado. Con esta, si no me equivoco, es la quinta vez que ETA declara un alto el fuego permanente, todos conocemos los resultados. Un intento más de conseguir que Batasuna o alguna de sus marcas blancas puedan presentarse a las elecciones municipales. En definitiva ETA (Batasuna es ETA, lo dijo nuestro Tribunal Supremo) necesita que las instituciones les financien su entramado criminal, de ahí les viene la urgencia.
Nada hemos adelantado, o quizás sí. Todos los españoles han escuchado atentamente las contundentes declaraciones de Zapatero en el sentido de que el único comunicado de ETA que le puede interesar es el anuncio de su disolución y la consiguiente entrega de las armas.
De todas maneras siempre se escuchan voces bienintencionadas o no, sobre eso hay opiniones, que solicitan el ámbito de decisión vasco: Para entendernos, que sean los vascos los que decidan o no independizarse de España y por ahí no pueden ir las cosas. La independencia del País Vasco es un asunto que atañe a todos los españoles, lo señala así nuestra Constitución.
Pero de todas maneras lo que creo que debe quedar claro es que en democracia todo se puede discutir, pero que mientras exista el chantaje permanente que supone la existencia de ETA para la libertad de todos los españoles, el asunto de la independencia debe quedar relegado, hasta que la sociedad española sea capaz de erradicar este cáncer.
Otra tregua… Ésta como las otras para preparar el camino electoral a los etarras de Batasuna, otra finta de carácter táctico por parte de los terroristas; nada nuevo por tanto. Esperemos que la firmeza anunciada por el presidente Zapatero brille de manera inequívoca en las actuaciones de la Administración.
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