El oscuro objeto del deseo de tanto político
En el mes de junio del año 2009 en la jornada de reflexión de las elecciones europeas, publiqué el siguiente post. Creo que es perfectamente aplicable a la jornada de este sábado, salvo unos cambios muy concretos que he señalado. Ahí les dejo lo que opinaba entonces y lo que, desgraciadamente, opino hoy.
Decía así:
“Nos lo han puesto difícil, no he asistido nunca a una campaña más vacía de contenido que ésta que estamos a punto de cerrar. Los dos partidos principales PP y PSOE han hecho un esfuerzo sobrehumano para enzarzarse en los temas que menos tenían que ver con lo que, supuestamente, nos jugamos en Europa (1); pero quede claro que el resto de partidos pequeños con posibilidades de obtener un escaño y los destinados lisa y llanamente al triste y estéril papel de hacer los coros, se han esforzado denodadamente en hacer la competencia a la vacuidad y banalidad de sus colegas mayores.
Cierto es que pese a que estamos hablando del parlamento europeo (2), los ciudadanos de todos los países tienden a ajustar sus cuentas personales con los partidos que sustentan al gobierno de turno. Que se lo digan a los laboristas británicos, por ejemplo; por tanto es fácil caer en la tentación de trasladar la campaña europea (3) al ámbito de lo nacional.
Ha sido una campaña aburrida, soez, sin contenidos en la que lo único que ha brillado, por su ausencia, es el sentido de responsabilidad de nuestros líderes políticos y la falta de contenido intelectual en los mensajes. Ahora nos toca a nosotros, creo que somos distintos a los políticos. Por eso a pesar de todo, el domingo hay que ir a votar”
(1) Lea hoy … nos jugamos a nivel local o autonómico
(2) Lea hoy … hablando de ayuntamiento y parlamentos autonómicos
(3) Lea hoy … campaña municipal
Bueno pues esto es lo que decía entonces, hoy por hoy y a cuenta de mi propia reflexión ante la necesidad de contarle algo a los lectores, no es que haya cambiado de opinión sobre la campaña y su contenido, o por mejor decir, su falta de contenido. Sigo sosteniendo que los ciudadanos merecemos mejores ofertas; ofertas creíbles, posibles, hechas por gente decidida a cumplir su palabra, en eso no he cambiado.
Pero sí me he dado cuenta de algo muy importante, la cuestión del voto es algo íntimamente relacionado con el fuero interno del ciudadano. Partiendo de esta premisa ¿quién diablos soy yo para aconsejar una cosa o la contraria? por lo tanto a lo único que me atrevo es a aconsejar la reflexión, vivimos momentos difíciles en los que la meditación, más que aconsejable, resulta absolutamente necesaria.
Piensen un ratito sobre el tema y ustedes verán lo que deciden, que seguro que aciertan. En la jornada electoral todos los políticos saldrán a los medios y afirmarán que el pueblo es sabio y que han recibido su mensaje. Esta es una de las cosas que más me repatean de los procesos electorales.
La casta política reconoce el día de las elecciones, sólo ese día, la sabiduría del pueblo y afirma haber comprendido el mensaje recibido. Seguidamente se disponen a hacer lo mismo que han hecho desde siempre y todos tan amigos, eso sucede en cada elección de manera tan inmutable como el paso del tiempo.
Por eso y por muchas cosas más, como dice la canción, creo que está claro que no merece la pena que cometa la impertinencia de ofrecer un consejo, que además no se me ha pedido.
Reflexionen y actúen en consecuencia. Yo como por suerte no soy político me limitaré a desear fervientemente que Dios reparta suerte.
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