Pepe Blanco, otros de los ilustres afectados de "electoralitis" aguda
Hablaba ayer de las disfunciones neuronales que sufren los candidatos, afectados a lo que se ve de una enfermedad, que se conoce entre los expertos como “electoralitis”, que aunque afecta gravemente durante la campaña al intelecto de los políticos, parece que desaparece poco a poco tras las elecciones y la época de pactos.
Claro que hay analistas que opinan que tal enfermedad no existe, que lo que sucede realmente es que los candidatos, que no saben que ofrecer, tiran por la calle de en medio y mienten como bellacos, por utilizar un término usado por boca socialista en estas elecciones.
Sea producto de esa misteriosa enfermedad o simplemente por la afición que sienten por la mentira y el cuento algunos políticos, lo cierto es que cuando acude uno a un mitin, cuanto más importante es el interviniente, mayores son las tonterías que puede uno escuchar. Ya no es que se ofrezcan cuestiones imposibles, no es que vuelvan a prometer lo que prometieron e incumplieron, no, ahora se contradicen ellos mismos en el mismo mitin y todo el mundo se queda tan tranquilo e incluso aplauden.
Cualquier político que se precie es capaz de afirmar una cosa y la contraria en el mismo acto electoral y aunque les pueda extrañar, con éxito; los asistentes, quizás también afectados por esa “electoralitis” aplauden enfervorizados las contradicciones más palmarias, las mentiras más absurdas y aquí todo el mundo tan contento.
Tengo un lector, por lo tanto amigo, aunque coincidamos poco en lo ideológico, que se queja de que siempre escojo a los mismos, que siempre arremeto contra los de siempre. La verdad es que uno sin querer, como todo el mundo, tiende a seguir la línea de menor resistencia, no es que yo sea confuciano ni seguidor de Bruce Lee, pero casi todos, en esta vida, hacemos como el agua, nos adaptamos al terreno/circunstancias y seguimos la línea de máxima pendiente, es decir la del menor esfuerzo, para desplazarnos por los procelosos mares de esta existencia nuestra. ¡Chacho me ha quedado el párrafo como para un mitin!
Bien todo este larguísimo proemio viene a cuento del discurso que D. José Blanco, hasta hace poco tiempo Pepiño, soltó a los enfervorizados socialistas canarios, creo que fue el sábado. Nada más comenzar se vio en Blanco a un ferviente seguidor de la escuela zapateril. Si Zapatero en Valencia culpó del paro a Aznar, Blanco llegó por aquí y culpó de la tasa de paro en Canarias a Soria y se quedó tan tranquilo. Es lo que tiene la ortodoxia partidista, que da poco espacio para el pensamiento original.
Cierto es que Soria gobernó durante algún tiempo con CC y ocupó la Consejería ¿de Trabajo? no, de Economía y Hacienda, por tanto pudiera ser responsable, conjunta y solidariamente del paro en Canarias junto con el resto del gobierno que vice presidió, acusar al PP del paro en España me parece una barbaridad y hacerlo, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, también en Canarias y no acordarse de CC, me parece una afirmación tan falaz, tan infantil, tan cogida por los pelos, que no puedo entender el entusiasmo que despertó entre los militantes socialistas.
Pero lo bueno vino después, Blanco criticó al Partido Popular por romper el pacto de gobierno. Afirmó que “en el momento que Canarias necesitaba más estabilidad, dieron (el PP) la espalda a los intereses de las Islas”, tras la acusación, pasó a afirmar sin solución de continuidad que fue precisamente la salida del PP del gobierno de Canarias lo que permitió que la economía isleña haya comenzado a mejorar.
Tras escuchar las dos afirmaciones, me gustaría que alguien me aclarara una cuestión que me atenaza: Al PP hay que denostarlo por abandonar el gobierno canario o por el contrario hacerle un monumento por permitir, con su ausencia, las mejoras de la economía canaria. Ambas cosas no se pueden sostener a la vez, menos en el mismo acto y mucho menos por la misma persona.
Supongo yo, que ya cuesta abajo y sin frenos, sostuvo el Sr. Blanco ¿quién? ¡Pepiño hombre, que así no hay manera de adelantar!, digo que sostuvo que gracias a las ayudas socialistas al turismo, que se han impulsado desde Fomento, Canarias empieza a despegar y a crear empleo.
O sea que el paro es culpa del PP y el empleo que se crea es gracias al PSOE, ¡vaya por Dios! de lo que uno se entera yendo a los mítines. Todos sabemos que esto del turismo en Canarias había comenzado a funcionar a partir de las revueltas en Túnez, Argelia, Egipto, Yemen…, que crearon allí un clima de inseguridad que consiguió que el flujo de visitantes europeos a esas zonas revirtiera hacia las Islas.
Eso lo sabemos todos, pero también todos creíamos en nuestra ingenuidad, que las revueltas habían sido ocasionadas por un movimiento espontáneo, que si los Hermanos Musulmanes, que si los estudiantes, que si la clase media etc., etc., y resulta que no, que quién montó el lío morrocotudo en el Mediterráneo y Oriente ha sido Pepiño Blanco, que lo dijo él, clarito como el agua, en el mitin. Gracias a las “ayudas” promovidas por Fomento, vienen los turistas a Canarias. Sorpresas te da la vida, sorpresas morrocotudas te dan los mítines. Vivir para ver.
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¡Hombre, Miguel! ¿Pero tú aun crees que hay gente que va a los mitines para enterarse del programa del candidato?
ResponderEliminarA los mitines van los forofos para aplaudir y, en algunos casos, algunos "ultra sur" de la parte contraria, para reventar.
Por regla general, los ultra sur, son forofos de "la Roja", o cuando menos, de los rojos (o algo así)
No sé, normalmente evito acudir a los mítines, comprendo lo de los forofos, pero eso no justifica las estupideces que manifiestan los intervinientes, que son de vergüenza ajena. De eso me quejo. Del forofismo de la militancia nos libre Dios, pero tampoco es tan grave.
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