Fuerteventura ¡Pacta sunt servanda!
Esto de haber estudiado seis años de latín en aquel bachillerato que tan mal nos preparaba para la vida, en el que uno estudiaba cosas tan raras como Geografía de España y del Mundo, Biología, Historia, tanto la de aquí como la del resto del planeta, Filosofía, Ciencias Naturales, Historia del Arte, Literatura; hacía que los bachilleres de entonces supiéramos hasta latín, porque todos estudiábamos esta lengua en el bachiller elemental y los de letras nos metíamos tres años más de latín y ya de paso griego. Eso nos convierte, creo yo, en víctimas de la afición a apoyar escritos o intervenciones orales con frases en latín.
El latinajo del título viene a traducirse de manera común como “hay que respetar la palabra dada”, que es una traducción bastante libre, aún cuando no traiciona el espíritu de la frase. Lo cierto y verdad es que Pacta sunt servanda significa “lo pactado obliga”. Es una frase que recoge una evolución del derecho romano y que se atribuye al jurista Ulpiano en el Pandectas de Justiniano, una recopilación de la jurisprudencia romana recogida por el emperador bizantino.
Hablo de una modificación de conceptos jurídicos, lo que Ulpiano afirma es que de los pactos, de los acuerdos verbales, nacen obligaciones jurídicas exigibles tal y como surgían de los contratos. Es decir eleva el acuerdo, la palabra dada, a la categoría del acuerdo escrito. Bueno me he ido un poco del tema, pero como lo de los pactos está a la orden del día en esta isla de nuestros pecados, bueno será recordar el viejo aforismo romano y si alguno de los políticos que andan como leones pactando con todo aquello que se mueva o hable, no entiende latín, que se lo traduzcan.
Si realmente la palabra dada, el pacto, la promesa, tuviera alguna validez en el mundo de la política real y de los políticos, todos sabríamos con quien no iban a pactar. La mayoría de ellos han demostrado que son unos bocazas, ya que se dedicaron a anunciar urbi et orbi – hoy andamos de lenguas muertas - con quién no iban a pactar. Les supongo a ustedes, convencidos de que esas solemnes afirmaciones no tienen, ahora mismo ninguna importancia. ,
Decían los socialistas que no darían la presidencia del Cabildo a CC, y ahí los tienen con la cabeza cubierta de ceniza, cilicio al cinto y vestidos de saco, genuflexos a las puertas de la casa palacio implorando un acuerdo a Mario que les permita conservar la “joya de la corona” es decir, para los menos avisados, el municipio de Pájara.
Así que ya saben, no se extrañen; además de la posibilidad de que sea cierto eso que afirman muchos, de que los políticos son una punta de mentirosos compulsivos y por tanto patológicos, existen una serie de razones que modifican la intención solemnemente expresada a los votantes, cuando andaban a la caza de voluntades.
Todos, salvo Domingo González Arroyo, todos, hicieron solemne promesa y juraron odio eterno a algún que otro político con el que jamás pactarían y ahora, lo que son las cosas de la voluntad popular, se encuentran ante una tesitura que les obliga a decir Diego donde dijeron digo.
Vamos ver, en primer lugar, porque ya los he nombrado, los socialistas. Su particular fiasco electoral, bien es cierto que inscrito en el batacazo socialista regional y nacional, pone en peligro su joya, el municipio de Pájara, cuyo gobierno no pueden permitirse perder, me van a excusar que nos explique sus motivos. Esto es lo que marcará su política de pactos, luego le echarán la culpa a Ferraz, pero están dispuestos a pactar con quién sea, si se les garantiza la alcaldía de Pájara.
Águeda Montelongo se ha encontrado con un resultado que no esperaba, hay que decir, porque es cierto, que el PP se ha llevado un golpe en Fuerteventura, ésta es la única organización insular popular que no ha crecido, y a eso se le llama fracaso. Pero a pesar de todo, se encuentra en una posición que le permite aspirar a ser la primera presidenta del Cabildo Insular de Fuerteventura. Esta posibilidad marcará su política de pactos, esa posibilidad y el mensaje de Génova 13, que ante los resultados del PPMAJO le “sugiere” que haga lo posible por contar con los votos y la voluntad del Marqués.
Los de Coalición en la Isla han cumplido electoralmente hablando, han sido los ganadores, pero como todos, se han visto sorprendidos por el éxito electoral del partido de Domingo González Arroyo, que sólo contra todos consiguió convertir al PPMAJO en la segunda fuerza política con más concejales en Fuerteventura y se colocó con tres consejeros en este Cabildo que se está organizando.
Nadie contaba con los de González Arroyo, les sugiero que no paguen las encuestas que encargaron, todos por uno u otro motivo anunciaron su voluntad de no pactar con aquel o con el otro, excepto Domingo González que siempre manifestó que a él esto de los pactos le ocuparía después de las elecciones y que no descartaba el pacto con nadie.
Bien, así están las cosas, los móviles de los políticos echan humo, estos días los chinos se han hinchado a vender cargadores de baterías, para políticos que se habían quedado sin pilas en el momento más inoportuno. Todos quieren pactar, Pájara, la presidencia del Cabildo, las órdenes de Tenerife, Ferraz o Génova, los odios personales, el interés partidista, todo interviene en esta lucha de voluntades.
Aunque debieran recordar que "pacta sunt servanda", que prometieron, que pactaron con el votante una serie de compromisos que una vez más, alegre e impúdicamente, se disponen a incumplir, habrá que escuchar las explicaciones. Mientras, los ciudadanos esperamos a lo que decidan, ojalá sea rápido y sobre todo limpio, comprendo que pido un imposible, pero ya saben ustedes que la esperanza es lo último que se pierde.
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