Otro cuento chino o fantasía zapateril, si lo prefieren


Pese al gesto, ZP no se rinde.
Ayer comentábamos uno de los gazapos, pocos y mustios, con los que Zapatero intentó animar el contenido de su intervención en el Debate sobre el estado de la Nación. En sus buenos tiempos nos tenía acostumbrados a que sacara de la chistera unos conejos hermosos, dorados, brillantes, hoy por hoy del sombrero –ya ni para chistera tiene – saca lo que puede, que en esta ocasión es bien poco, cuando no preocupante para el conjunto de los ciudadanos de este país.

Ayer hablábamos del “rescate” para ayuntamientos y CCAA que proponía ZP en su intervención; de su calado y del peligro que entraña la propuesta, que va a servir para que las instituciones puedan endeudarse todavía más, pero eso sí, por la puerta de atrás. Una disposición hecha a la medida para burlar a las que oficialmente marcan la contención del gasto público, eso sin hablar de los ingentes fondos necesarios para ello y del Fondo de Reserva de las Pensiones .

Hoy comentaremos el anuncio hecho, al calor de las propuestas del 15 M, que presentó Zapatero como una excelente medida de protección para los más desfavorecidos, ya saben ustedes lo de las hipotecas, los desahuciados, el tope inembargable y esas cosas con las que pretendió alegrarnos el día ZP.

Cuando en el Congreso ZP anuncia que la cuantía inembargable para los ciudadanos se va a establecer en 960 euros, la mayoría de los ciudadanos a los que el tema concreto nos coge con el paso cambiado, tendemos a pensar que será una medida positiva, dirigida a la protección de los que menos dinero tienen ante la insaciable voracidad hipotecaria de la Banca.

Otros desde la duda permanente que ha logrado crear este gobierno con su acción política, pero empeñados en encontrar algo positivo en esto de las decisiones socialistas, se apuntan a lo de “menos da una piedra”. Y finalmente existe un grupo perfectamente definido en dos subconjuntos muy parecidos que se reparten entre los que piensan que si lo ha dicho Zapatero malo, hay gato encerrado y los que, por el contrario, aplauden con las orejas, instalados en la defensa numantina de las propuestas de los dirigentes del PSOE.

Yo me voy a apoyar en las manifestaciones que ha hecho la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros, que he de suponer que de esto entiende una barbaridad y si no es así, confieso que al menos saben muchísimo más que yo de este tema. No es que la asociación eche agua al vino del anuncio del todavía presidente socialista, no, como se dice ahora, niegan la mayor, lo que dice esta asociación de usuarios es que en el anuncio de Zapatero no hay vino, sólo agua y no necesariamente potable.

En primer lugar señalan, y me parece que eso es irrebatible, que la medida anunciada para nada sirve a los ciudadanos que ya han sido desahuciados por no poder hacer frente a los pagos de sus hipotecas o los que están ya inmersos en el proceso de la ejecución. Cualquiera sabe, basta reflexionar mínimamente, que estos ciudadanos son la inmensa mayoría del problema social existente en nuestro país; los que han tenido que dejar de pagar sus hipotecas por no tener los ingresos suficientes como para hacer frente a sus compromisos y mantenerse ellos y/o sus familias y se encuentran desahuciados o en el inevitable camino de serlo.

Por otra parte y teniendo en cuenta cómo se gestionaron los créditos hipotecarios concedidos, hay que tener presente que en este asunto el problema lo viven quiénes firmaron la hipoteca, pero también sus avalistas - padres, madres, amigos, cuñados - que en casi todos los casos existen y nadie se acuerda de ellos y mucho menos Zapatero que en su medida los ignora. Hay que considerar pues, que la inmensa mayoría de los ciudadanos a los que, teóricamente se pretende “beneficiar”, están ya desahuciados, se han quedado o se van a quedar sin casa y a pesar de ello mantienen una deuda con el banco. Si la mayoría ingresa una nómina media, es decir entre 1.000 y 1.200 euros y se les puede embargar hasta 960 euros o descubren cómo se vive del aire o ya me contarán ustedes… Sería mejor solución sin duda que, como en otros países, se estableciera una moratoria por tres años de los embargos hipotecarios para aquellas personas o familias que pudieran justificar el carácter sobrevenido del problema que ha ocasionado los impagos correspondientes.

Si con nuestro dinero, Zapatero ha apoyado tan generosamente a la banca, debiera estar en situación de imponerles una medida de este tipo, pero ni eso. Los bancos se han llevado nuestra pasta, han cortado el crédito a las familias y a los pequeñas y medianas empresas y ahora ejecutan, hipotecariamente hablando, a los ciudadanos, muchos de los cuales se encuentran en paro "gracias" a las medidas restrictivas de la banca, pero que sin embargo ¡vaya paradoja! han ayudado sanear los balances bancarios con sus impuestos. Sobre lo de que el banco no se pueda quedar con tu casa, sólo si la deuda excede el 60% de su valor, no voy a hablar, porque esa medida es todavía mucho más propagandística e irreal que la que hemos comentado.

Muy mal tiene que ir este país cuando la única alegría compartida por el 99,99% de los españoles es la noticia de la “caída” de Teddy Bautista y de que la Benemérita por fin les haya metido mano a esos tipejos de la SGAE. De lo que me alegro infinito que conste, aunque desde aquí tenga que pedir, como hago siempre, la presunción de inocencia para esos indeseables, que descubrieron para su beneficio económico la figura del “delincuente en potencia” y nos convirtieron a todos, con la complicidad del gobierno socialista, en delincuentes, no presuntos sino por el contrario potencialmente seguros, por lo que nos han cobrado a todos el canon aquel del “por si acaso”.
Bueno pues una de cal y otra de arena; malo lo de Zapatero, pero como ya estamos acostumbrados a eso, parece que “jostidie” menos. Menos malo, esperanzador incluso, lo de la SGAE, a ver si les meten mano, que andaban de un sobrado que estaba pidiendo a gritos una lección. Ya lo de pedir justicia, el castigo correspondiente, la devolución del dinero mal habido, etc., me parecen palabras mayores, pero de menos nos hizo el Señor y mientras hay vida hay esperanza.



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