El trío de la bencina
Cada vez estoy
más convencido de la incapacidad de los miembros del gobierno de Zapatero,
circunstancia que desgraciadamente está sobradamente justificada como para que
me tenga que meter en el terreno de las explicaciones. Aceptada esta situación
que la realidad impone y con el alivio que supone el pensar que, por muy mal
que estén las cosas, el 20 N está a la vuelta de la esquina, tengo que hablar
de la insufrible indignidad de la que están haciendo gala estos personajes, que
como ustedes y como yo, ven que el momio se les acaba y demuestran que no hay
límite ético que no estén dispuestos a sobrepasar en defensa de sus intereses
electorales.
Carmen Chacón
ministra del gobierno del Reino de España ha salido a los medios para defender
la “inmersión lingüística” en Cataluña en contra de lo que dispone una
sentencia del TSJC que considera "también al castellano como lengua
vehicular en la enseñanza en Cataluña junto al catalán" y que impone un
plazo de dos meses al gobierno catalán para implantar ese modelo.
No es que
manifestara públicamente su descontento o su desacuerdo intelectual con el
contenido de la sentencia, lo auténticamente grave es que Carmen Chacón ha animado
directamente al desacato. Resulta inaceptable que una ministra del gobierno
español haga gala de tamaña irresponsabilidad y que anuncie que ni ella ni su
partido van a obedecer el contenido de una sentencia que
defiende el derecho de aquellos que deseen que sus hijos sean educados en
Cataluña, utilizando como lengua vehicular el castellano.
Creo que
incluso en un país como el nuestro, las declaraciones de Chacón obligarían a su
cese como ministra, de dimisión no hablo, porque ya sabemos que en España no
dimite nadie de la izquierda desde los tiempos de Wamba. Es absolutamente
inaceptable que en su doble papel de ministra y candidata del PSC sea capaz de
pasar por encima de cualquier límite para intentar proteger sus particulares
intereses electorales.
La reacción no
se hizo esperar y las redes sociales se movilizaron con miles de mensajes que
exigían la dimisión de la ministra, así que para terminar de arreglar el
asunto, Zapatero puso en marcha a Caamaño, ministro de Justicia, para intentar
minimizar el escándalo y lo cierto es que ha sido peor el remedio que la
enfermedad, lo que conociendo a Caamaño era de suponer.
Al ministro de
Justicia no se le ocurrió otra cosa que manipular el contenido de la sentencia
al objeto de arrimar el ascua a su sardina. Afirmó que la justicia "no da
ultimátums, dicta sentencias" que responden a "casos concretos y
puntuales que se resuelven". Y ahora lo más gordo, se vino arriba y
continuó manifestando que "habrá que analizar el fallo y resolver
el caso", pero insistió en que lo que dicen las leyes catalanas, "que
son constitucionales, es lo que nos
vincula a todos”
Lo que dijo
Caamaño es un disparate jurídico de primera magnitud, cierto es que los
tribunales de justicia no dan ultimátums, sobre todo porque no les hace falta,
se limitan a imponer plazos por lo tanto la afirmación del ministro de Justicia
– conviene no olvidar el cargo que ostenta - es una obviedad que nada aporta al
debate, lo de que las leyes catalanas son constitucionales no está en discusión
¡faltaría más!, no se discuten las leyes, ni el Estatuto, lo que se reclama es
la justa aplicación de las normas que es cosa distinta como bien sabe o
debiera saber el ministro.
Falto de argumentos, a Caamaño sólo se le ocurrió
afirmar que "a pesar de los
titulares", esta es la interpretación que hay que hacer, ya que el
Tribunal Constitucional "reconoció que el catalán puede ser la lengua
vehicular de la enseñanza, y lo dijo en una sentencia". Cierto es lo que
afirma, pero al ministro de Justicia se le olvidó decir que ese mismo tribunal,
el Constitucional, en esa misma sentencia, la del Estatuto catalán, por
precisar, también decía que "el
castellano no puede dejar de ser también lengua vehicular y de aprendizaje en
la enseñanza".
Creo que casi
todos estaremos de acuerdo que no hay manera de mentir más obscena, más
repugnante que la de utilizar el viejo recurso de las medias verdades. Que un
jurista de reconocida capacidad y sobrado prestigio sea capaz de mentir
públicamente sobre un tema tan sensible, que el ministro de Justicia y, para
mayor INRI, Notario Mayor del Reino sea capaz de manipular el contenido de una
sentencia del TC, simplemente para defender las expectativas electorales de la
candidata del partido socialista, define perfectamente el paradigma ético de
esta gente, que no está dispuesta a reconocer que el fin no justifica los
medios.
Por resumir el
TSJC dicta una sentencia que, de acuerdo con lo que dispone el TC, reconoce el
derecho que tienen los padres que quieren que sus hijos sean educados en
Cataluña utilizando el castellano como lengua vehicular. Inmediatamente el
gobierno catalán y los partidos nacionalistas anuncian que no obedecerán la
sentencia, cuestión que nos parece casi normal, pero que en cualquier país
civilizado les llevaría de cabeza a los tribunales; pero no contentos con esto
una ministra del gobierno de España, en su papel de candidata del PSC-PSOE en
Barcelona, se apunta al desacato y advierte que su partido tampoco cumplirá la
sentencia, aunque como todavía hay gente que no está lo bastante domada, lo
bastante adormecida se produce una reacción que obliga a Zapatero, a mandar a
su ministro de Justicia para que intente salvar los muebles, y a éste no se le
ocurre otra que manipular el contenido de una sentencia del Tribunal
Constitucional para intentar llevar el agua a su molino.
Así que
tenemos a una ministra que no acata las sentencias y anima a la desobediencia,
otro que nos dice que como las leyes catalanas son constitucionales ¡nos
obligan a todos!, que digo yo que el ministro no se habrá enterado que el
estatuto catalán es de aplicación solo en Cataluña y que conste que quien eso
sostiene no es el ministro de Agricultura – sobre todo porque no lo hay - sino
el de Justicia, mientras ZP sonríe seráficamente y calla, supongo yo que
considerará que con lo suyo ya tiene bastante como para ponerse a hablar.
Francamente no
sé de qué nos valen las medidas económicas, los recortes sociales que han
llevado a cabo los socialistas para tranquilizar a los “mercados” si es el
propio Gobierno de España el que nos procura una imagen desoladora ante el
mundo entero, que acabará dejándonos por imposibles.
Suerte tenemos
que los “mercados”, los observadores, la UE, y todo el mundo, saben que el 20 N
está a la vuelta de la esquina y que precisamente hoy se anuncia que la ventaja de los
populares sobre el PSOE continúa en los 15 puntos, lo que les asegura el mejor
resultado obtenido hasta la fecha. Muy probablemente estas encuestas nos ayuden
a tranquilizar a los puñeteros “mercados” que falta nos hace, porque el pasado
viernes mientras el Congreso celebraba su particular charlotada, nuestra prima
de riesgo se colocaba en torno a los 311 puntos, lo que no resulta nada tranquilizador.
Tenemos que
hacer un esfuerzo para que este país tenga un gobierno decente, que trabaje por
el interés general con rigor y sobre todo que no nos avergüence. La solución
está en nuestras manos, simplemente hay que ponerse a la tarea.
|
Genial artículo, refleja la triste realidad en que ZP, RB y sus secuaces han convertido España.
ResponderEliminarSi Mayte no es que sea genial, que ya me gustaría, pero sí describe muy verazmente lo que está sucediendo ante nuestras narices. Espero que la cosas cambien en un giro copernicano a partir del 20N.
ResponderEliminarGracias por tu amable comentario.
Muy bueno miguel un abrazo
ResponderEliminar