El padre de la extraña criatura
Ayer el Pleno
de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional tomó una decisión, que
personalmente me parece sospechosa de
corresponder a una conducta afectada por el
síndrome de Pilatos. No consta que los magistrados, que unánimes tomaron
un sorprendente decisión, solicitaran lavarse las manos antes de votar la
resolución, pero…
Todos
conocemos, aproximadamente, que es eso que se conoce como el “chivatazo” o el
caso del Faisán. El pasado 13 de julio el juez Ruz, instructor de la causa
dictó auto de procesamiento de los hasta entonces imputados, por los delitos de
colaboración con banda armada, encubrimiento y revelación de secreto. El auto
sostenía que el inspector José María Ballesteros junto al que fuera director
general de la Policía y el jefe superior de Policía del País Vasco colaboraron
con ETA al permitir que una cantidad superior a los 50.000 € , terminara en
manos de ETA, al advertir al recaudador de la banda el día 4 de mayo del 2006,
que la policía iba a detenerle si cruzaba la frontera con ese dinero.
Al auto de
procesamiento las defensas opusieron un recurso de reforma que fue denegado por
el Juez Instructor y la correspondiente apelación fue avocada por decisión
personal del Presidente de la Sala, el magistrado Gómez Bermúdez, al Pleno de
la Sala de lo Penal, cuando debía haber
sido ser resuelta por la Sección Segunda la misma Sala que hasta entonces
entendía de la causa, arguyendo que la ¡complejidad! del asunto así lo
aconsejaba.
Parecía que lo
que se iba a discutir era la calificación del delito, el Juez Instructor
entendía que los imputados debían ser procesados por los delitos de
colaboración con banda armada, encubrimiento y revelación de secreto, mientras
las defensas, que como es natural defendían la inocencia de sus representados,
mostraban su desacuerdo sobre el procesamiento y tampoco estaban de conformes
con la calificación y el fiscal entendía
que el auto de procesamiento debía mantenerse pero que la calificación del
delito no debía ser “colaboración con banda armada” y sólo se les debía
procesar por “revelación de secreto”.
Esto es lo que
se suponía que el Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional debía
dirimir, la calificación del delito. Pero miren ustedes por donde, en un acto
de prestidigitación jurídica, esto de lo de la Justicia a cada día que
pasa resulta más difícil de entender, no entró en el fondo de la cuestión y los
Magistrados se ”limitaron” por unanimidad eso sí, a revocar el procesamiento de
la cúpula policial de Rubalcaba, manifestando que efectivamente entienden que
se cometió un delito, al que evitan cuidadosamente calificar, pero arguyen que
no hay indicios suficientes contra los policías.
Pudiera parecer
una solución salomónica, aunque a mí me recuerda a otra cosa, como ya he dicho creo que los
componentes del Pleno en cuestión, a semejanza de Pilatos, no sé si
conjuntamente o de forma individual procedieron a lavarse las manos antes de
expresar el sentido de su decisión. A mí me parece una medida cuanto menos
sorprendente y pongo de relieve esa sorpresa y critico las connotaciones
claramente políticas de este caso, que existen desde antes que la Justicia
tuviera nada que ver con ello y que ahora resultan ya clamorosas.
Está claro que
la decisión beneficia enormemente a Rubalcaba, que como candidato no podía
aceptar que los que fueron sus subordinados fueran procesados por “colaboración
con banda armada” le da un balón de oxígeno importante, aunque el dichoso Pleno
reconoce la existencia de un delito y por tanto la amenaza de procesamiento
sigue pendiendo sobre las cabezas de los que ayer recuperaban la condición de
imputados. Personalmente me extraña una cuestión, cómo se puede reconocer la
existencia de un delito sin entrar a calificar la
naturaleza del mismo. Esta es una de las cuestiones que entiendo tienen más que ver
con la prestidigitación o el malabarismo jurídico, que con la decidida voluntad
de resolver con rigor técnico la cuestión.
Lo que dicen
coral, unánime, monolíticamente los magistrados es que hay delito y debo suponer que si
no lo califican es porque están de acuerdo con la tesis del Instructor, porque
de lo contrario, habría que entender que éstos no han entrado a calificar
porque no les convenía y eso sería gravísimo. El Pleno se ha limitado a
sostener que las pruebas aportadas contra los policías son insuficientes.
Algunos
analistas afirmaban ayer que esta era una decisión salomónica que contentaba a
tirios y troyanos, a mí me parece que el Pleno le ha dado un revolcón de los
que hacen historia al Juez Instructor y al Fiscal. Muchos sostienen que la
decisión en bloque del Pleno ha contentado a todos, al candidato Rubalcaba al
evitar el procesamiento de la cúpula de Interior que le salpicaba directamente,
al Ministerio Fiscal, al no valorar si hubo o no colaboración con ETA, ya saben
eso tan viejo de que el que calla, otorga; a las defensas al estimar al menos
parcialmente sus recursos y, por último, al PP que puede presumir de que el
caso continúa abierto.
No sé yo si estarán
contentos y servidos todos los que andan mezclados en este asunto, lo que
en todo caso habría que preguntarse es si la causa de la Justicia está servida
y a mí me parece que no. Si el Juez Instructor ha dictado un auto de
procesamiento contra unos ciudadanos basando su decisión en unas pruebas que el
Pleno entiende insuficientes, no resulta aceptable que el caso y su instrucción
vuelvan a sus manos.
Me parece que
el Pleno lo que ha hecho es retrasar una decisión que, de acuerdo a su
interpretación, no les convenía tomar en este momento y se ha limitado a hacer de
frontón devolviendo el asunto al mismo Instructor para que siga investigando. Traducido al cristiano se han lavado las manos. Y a quién Dios se la dé, San
Pedro se la bendiga, que esto son cuatro días y no merece la pena complicarse
la vida, que uno nunca sabe cómo terminan estas cosas…
Bueno, nada
demasiado extraño si consideramos la falta de independencia de la Justicia y la
sumisión de algunas togas al poder político.
Sobre la
constitucionalidad de la Audiencia Nacional hablamos otro día, que esa es otra.
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Que curioso que cuando el caso Juan Guerra entraran unos ladrones en la Junta de Andalucía y robaran los papeles que implicaban a Juan Guerra.
ResponderEliminarQue curioso que se lavaran y destruyeran pruebas del 11/M y se desguazaran los trenes.
Que curioso que hayan sido borrados o desaparecido dos fragmentos claves de la grabación del caso Faisán y la grabación se corte precisamente ahí.
¿Hasta cuando los españoles vamos a estar aguantando todo esto, hasta cuando?
¡Que curioso que todavía nadie del Gürtel este en la cárcel, a pesar de todos los millones que fueron a parar a paraisos fiscales!
ResponderEliminarHombre a lo mejor es porque todavía no se ha juzgado a nadie, pero habrá que recordar que sí fueron algunos a la cárcel, como Correa, el Bigotes y alguno más. El problema radica que en España es difícil que se vaya a la cárcel hasta que no te juzguen, debe ser por aquello de la presunción de inocencia y no habiendo peligro de huída, destrucción de pruebas, etc., el procesado espera hasta después del juicio en su casa. Cosas de las garantías procesales.
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