Rubalcaba el nacionalista
Rubalcaba I, el Nacionalista |
Para poder
entender las actuaciones de Rubalcaba hay que colocarlas en el contexto
adecuado. El candidato socialista se enfrenta a una misión imposible, sabe que no puede ganar las elecciones salvo
hecatombe del Partido Popular, lo sabe y actúa en consecuencia. Su objetivo no
está en la victoria, sino en evitar que el PP gane las elecciones del 20 N y
consiga mayoría absoluta, ese es el
objetivo que persigue y al que se dedica con todas sus fuerzas y si la
situación lo demanda, sin escrúpulo alguno.
De conseguir
lo que se propone, los populares no gobernarían en España. Ese es el mensaje
que está mandando a las distintas fuerzas políticas, básicamente las
nacionalistas. Si consiguiera evitar la mayoría absoluta del PP, Rubalcaba se
propone pactar con todo aquel que necesite y con estos pactos, conseguir la
mayoría suficiente que le permitiera gobernar. Ahí está su verdadero objetivo,
un objetivo que hay que tener presente; porque muchos lo contemplan como un
candidato que conocedor de su derrota, cumple el trámite como puede y que no
representa peligro alguno. Quien piense así se equivoca gravemente.
En una
situación como la que describo, conociendo como conocen los nacionalistas las
urgencias de Rubalcaba como candidato y la actual debilidad socialista, podrán
fácilmente imaginar ustedes cuál iba a ser el resultado. Los nacionalistas irían al
acuerdo con un nivel de exigencias todavía mucho más radical del que ahora
conocemos. Asistiríamos sin duda y no exagero lo más mínimo, a la debacle de
España como nación.
Rubalcaba está
a lo que está y no le va a temblar el pulso, tiene una serie de problemas que
pueden acabar con él y se dedica a la labor de solucionarlos o al menos
acallarlos. Está lo que se conoce como el caso Faisán, un asunto que lo
salpicaría sin remedio. Hoy a las cinco de la tarde la Audiencia Nacional decidirá
si se procesa a los imputados por colaboración con banda terrorista o
simplemente por revelación de secretos. El gobierno está llevando a cabo un
presión muy importante para llevar el agua a su molino, sobre todo desde que se
ha filtrado que los acusados están dispuestos a “tirar de la manta” si le les
procesa por colaboración con banda armada.
Por otra parte
tiene que lidiar con el peligro que le suponen las filtraciones que ya se han
producido y las que sabe se producirán, sobre su intervención en las
negociaciones que siguen produciéndose con ETA. Está cumpliendo con su parte en
el compromiso y los presos etarras están siendo trasladados a cárceles más
cómodas, próximas al País Vasco, se libera o se le atenúa el régimen
penitenciario a muchos con una “generosidad” cuya causa debiera ser explicada
con total transparencia.
Tiene el
asunto de la presencia de ETA en las elección es generales casi arreglado y
Sortu recibirá por parte del Constitucional el mismo trato que consiguieron los
socialistas para Bildu. Sabe que con esto no se va a dar la declaración de abandono
de las armas de ETA, pero al menos consigue que los asesinos no lo pongan en
una situación embarazosa, publicando el contenido de algunas de estas actas de
las reuniones con la banda y sus acuerdos, unos documentos que los etarras han utilizado desde
siempre, como palanca para presionar a los socialistas.
Dos problemas
relacionados íntimamente con el terrorismo que ha intentado controlar; por una
parte Zapatero está haciendo lo imposible para que el Faisán esta tarde alce su
vuelo en dirección a Irún y por otra se está cumpliendo con todas las
condiciones que ETA puso a los socialistas con la clarísima voluntad de
conseguir una declaración de la banda, aunque sea descafeinada, que mejore sus
expectativas electorales.
Pero
finalmente las elecciones se ganan o pierden por la capacidad del candidato
para conseguir votos. Sabe, se lo dicen las encuestas, que necesita urgentemente
votos y sabe también dónde pueden estar esos votos que necesita, a cualquiera
se le ocurre que Andalucía y Cataluña
son los caladeros a los que hay que acudir en demanda de los votantes que
necesita y no tiene.
Y para eso no
ha dudado en alinearse con las tesis de la inmersión lingüística y además
afirmar "que no puede ser que el final de un proceso estatutario se decida en el
TC, una vez que los afectados por ese proceso, en este caso el pueblo catalán,
hayan votado". No puede ser, afirmó, que un tribunal corrija lo que la soberanía
popular ha sancionado. Habrá que advertirle a Rubalcaba y a sus presuntos votantes que la
soberanía popular reside en el Parlamento español. De todas maneras podría
haber explicado a los catalanes que efectivamente para evitar que el
Constitucional modifique los textos aprobados en referéndum, basta con recuperar el viejo “recurso previo
de inconstitucionalidad”. Esta medida fue eliminada por el Gobierno del PSOE en
1985 para evitar que la oposición bloqueara leyes orgánicas.
Es cierto que
no es admisible que una ley se ponga en marcha, con un recurso de
inconstitucionalidad pendiente de resolver, por eso antes que los socialistas
lo derogaran existía ese “recurso previo de inconstitucionalidad”, que evitaba
tal disparate jurídico. Esto es lo que no ha explicado a los votantes
catalanes.
Aunque para mí
lo más grave del periplo rubalcabiano por Cataluña está en una frase que
demuestra la miseria moral del individuo, que pretendiendo ser Presidente del
Gobierno del Reino de España, es capaz de afirmar lo que sigue. “Una relación es cosa de dos, como en el
caso de Cataluña y España”.
Rubalcaba es
un hombre que no comete lapsus, por tanto cuando habla de España y Cataluña
como dos realidades diferentes y encontradas, lo hace con conocimiento de lo
que está haciendo, que no es otra cosa que renegar de lo que ha defendido
siempre, la unidad de la patria española que vende por los cuatro cochinos
votos que esa afirmación le pueda conseguir. España y Cataluña no son dos,
Cataluña forma parte de España de manera indisoluble, eso lo saben Rubalcaba,
los socialistas, los catalanes e incluso los separatistas.
Rubalcaba no tiene
escrúpulo alguno en su lucha por conseguir votos, si hay que alienarse con los
separatistas – ahora soberanistas – se alinea; si hay que engañar, como es el
caso del recurso previo de inconstitucionalidad, se engaña; si hay que defender
la inmersión lingüística en Cataluña contradiciendo sentencias firmes del TC y
del TS se defiende lo indefendible; si hay que retorcer un principio básico
como es el de la “soberanía popular” se retuerce, si hay que ser más
nacionalista que los nacionalistas... Lo que haga falta, todo sea por conseguir
un puñado de votos.
Estas cosas
son las que hacen peligroso a Rubalcaba, no su hasta ahora no demostrada
inteligencia, valía, capacidad de liderazgo o su carisma como candidato
electoral, lo que le hace peligroso es su demostradísima falta de escrúpulos a
la hora de conseguir lo que se propone
Hoy le ha tocado
al Rubalcaba nacionalista, mañana veremos…
"Para poder entender las actuaciones de Rubalcaba hay que colocarlas en el contexto adecuado."
ResponderEliminarExacto, Miguel, la historia en su contexto. Rubalcaba fue nombrado ministro del interior un mes antes del caso Faisán. Casualidades de la vida. Aparte de todo lo demás que tan bien relatas, es decir, los apoyos con los que va a contar.
Al pan pan y al vino vino amigo, y al que no le gusta, que se espere al siguiente.... Muy bueno el artículo Miguel, como siempre...
ResponderEliminar