El Magistrado Instructor del caso "Faisán"
Ayer vivíamos
las consecuencias de la decisión tomada por el Pleno de la Sala de lo Penal de
la Audiencia Nacional, que reunido por su presidente el magistrado Gómez
Bermúdez (11 M), sorprendía a todos - salvo a los iniciados - decidiendo sobre un
tema distinto para el que había sido convocado.
Gómez Bermúdez
decidió, arguyendo la complejidad jurídica del asunto – la calificación del
delito cometido - que en lugar que
decidiera la Sala Segunda, sobre una apelación de las defensas que hasta la fecha
era la que entendía del llamado caso
“Faisán”, lo hiciera el Pleno de la Sala. Llama la atención que subrayara la
“complejidad jurídica” del asunto a resolver: Decidir si los procesados lo eran
por los delitos de “colaboración con banda armada, encubrimiento y revelación
de secreto", como sostenía el Magistrado Instructor, o simplemente por
“revelación de secreto” como pretendían las defensas y la fiscalía.
Y llama la
atención lo de la complejidad y las dudas ante este asunto de un magistrado
como Gómez Bermúdez que en la sentencia
que dictó sobre el 11 M tenía
meridianamente claro lo del delito de colaboración con banda armada o
terrorismo. De hecho y para que no haya duda reproduciré unos párrafos de la
mencionada sentencia. Decía entonces, que parece tenía las cosas bastante más
claras que ahora, que para la existencia del delito de colaboración: “ … sólo exige que se realice
voluntariamente una acción o aportación a la banda terrorista que facilite su
actividad criminal… y ello prescindiendo de la coincidencia de los fines, pues
lo que aquí se sanciona no es la adhesión ideológica… ni siquiera exige que el
colaborador comparta los fines políticos o ideológicos de los terroristas, sino
que basta con saber que se pone a disposición de esos criminales un bien o
servicio, que se les está ayudando o facilitando su ilícita actividad”. Sabía perfectamente lo que era y no era la
colaboración con banda armada, pero lo que entonces valía para un minero
asturiano, resulta no ser de aplicación para unos funcionarios del Ministerio
del Interior.
Cuál es el
verdadero motivo por el que lo tenía tan claro entonces y ahora se debate en un mar de dudas, es algo
que seguro nos gustaría saber a todos… o a casi todos. Presumíamos saber para
qué se reunía el Pleno; pero miren ustedes lo que son las cosas, ya saben que
una cosa trae otra, que si nos pusimos a charlar y cuando nos dimos cuenta…,
efectivamente cuando se dieron cuenta los magistrados habían decidido revocar
el procesamiento de los tres acusados, por entender que no había suficientes
indicios y devolver la causa al Instructor para que continuara investigando el asunto. Sobre la calificación
del delito ni palabra, que con las cosas de comer no se juega.
Aunque no era
necesario que se pronunciaran al respecto, sigo sosteniendo lo que ayer
afirmaba, que al reconocer el Pleno la existencia de un delito y no pronunciarse sobre
el tipo delictivo, al devolver la Instrucción a una Sala de la Audiencia
Nacional, se reconocía de facto que el presunto delito, cuya existencia
reconocía, tiene que ver con el terrorismo, ya que únicamente la Audiencia
Nacional entiende de estos delitos.
Las reacciones
fueron inmediatas, el PSOE se lanzó en tromba a proclamar su victoria, dando
por cerrado el caso y anunciando su archivo. Rubalcaba, Blanco y todos los
demás se apresuraron a salir a los medios, utilizando los mismos argumentos, lo
que hace pensar en la existencia de un
“argumentario” preparado para la
ocasión. Naturalmente el PP entendió que la noticia les daba la razón, existía
delito, los procesados veían revocado el auto de procesamiento, pero seguían en
su condición de imputados y sólo hacía falta profundizar en el proceso de la
Instrucción, lo que no les preocupaba porque tenían toda su fe depositada en el
buen hacer de la Justicia.
Está claro que
si el Pleno reconoce que el chivatazo existió y por tanto se cometió un delito,
cuya investigación debe instruir la Audiencia Nacional, la fiesta no es como la
cuentan los socialistas. Si hubo chivatazo, sólo se pudo llevar a cabo desde el
Ministerio del Interior; desde el punto de vista político da igual si lo hizo
Juana o su hermana. De todas maneras el estudio del tráfico de llamadas en la
hora en que se producía físicamente el chivatazo, dará para nuevas sorpresas. Llamadas desde Ferraz a Moncloa por ejemplo o el tráfico del teléfono de Camacho – actual ministro del Interior - pueden abrir
nuevas vías que nada van a gustar al PSOE.
Por otra parte
el Instructor ha decidido a reforzar los indicios contra la cúpula de Rubalcaba
y de momento, el magistrado no tiene pensado archivar la causa y tratará de
reforzar su investigación. Según han señalado fuentes cercanas al instructor,
éste no piensa dar carpetazo al asunto sino por el contrario estima que durante
su investigación ha encontrado indicios suficientes como para que la cúpula
policial del Ministerio de Interior en 2006, actualmente imputada en la causa,
se siente en el banquillo de los acusados.
Parece y así
lo dice la prensa, que el juez Ruz esperará a conocer exactamente el contenido
del auto del Pleno que se publicará
dentro de quince días aproximadamente, para saber cuáles son las lagunas en la
investigación que aprecian los magistrados de la Sala de lo Penal de la
Audiencia y así poder profundizar en la misma.
Así que la
furiosa, aunque unánime reacción del PSOE, sólo denota la preocupación que
sentían los socialistas por este tema, un tema que por mucha ayuda externa que
reciban, va a salpicar la campaña de Rubalcaba, aunque lo que son las cosas y
probablemente las filtraciones, el PP ya había anunciado hace días que el caso
Faisán no formaría parte de sus argumentos de campaña.
Un asunto que
está muy claro, gracias a la instrucción del juez Ruz, que consiguió con su
empeño que la Fiscalía pasara de pedir el archivo del caso a solicitar se investigara el chivatazo que
ahora todos conocen, pero que entonces muchos negaban y a acusar a dos de los
tres imputados por un delito de revelación de secretos. Lo que sucedió está tan
claro y lo que no lo está es porque aún no se ha investigado, que el Pleno de
la AN ha decidido que lo mejor, no sé para quién, era ganar tiempo, aunque a mí
me parezca que lo que se ha hecho es perderlo, al objeto que pasen las
elecciones y ya después sabiendo quién se sienta en Moncloa y en qué
condiciones, en ese momento con tranquilidad
y sin correr demasiados riesgos se decidirá.
Este “faisán”
merecía terminar de manera mejor que guisado deprisa y corriendo en un hediondo
potaje, que desde luego perjudica claramente al interés de la Justicia, pero
que atenta muy fundamentalmente a la imagen de sus servidores, que han
demostrado una vez más que, en este país cuando se entiende de asuntos que
tengan que ver con la política, el interés que prima es el “político” quedando
en segundo y hasta en tercer plano el interés de la Justicia.
Así que habrá
que conformarse, después del 20 N hablaremos del… Faisán.
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Si los fiscales, continúan obedeciendo las órdenes de los gobiernos de turno, en España jamas habrá justicia, es que por lógica es imposible.
ResponderEliminarCierto, Miguel. Ojalá después del 20/N no se escape el faisán, porque cuando los imputados empiezen a largar es posible que los españoles (y lo jueces) se den cuenta ya de una vez que la cúpula de los Cuerpos de Seguridad del Estado no actúan independentemente del Ministerio del Interior.
ResponderEliminarY estoy totalmente de acuerdo con Paco Llanes.