Por lo visto además les pagaremos un sueldo...
Efectivamente
así rezaba una copla de hace ya muchos años: Ni se compra, ni se vende el
cariño verdadero. Creo yo que con razón la copla contraponía el cariño de
verdad con el que se puede comprar y tildaba de falso e inexistente lo del amor
mercenario, venal o como ustedes quieran llamarlo. Esta mañana en la ducha se me
vino a la mente la copla, cuando reflexionaba sobre las patochadas contenidas
en el discurso del todavía presidente Zapatero, que presumía, impasible el
ademán, de lo bien que lo han hecho los socialistas en la lucha contra ETA.
Es
cierto que el cariño verdadero ni se compra, ni se vende, pero también cabe
decir que la paz tampoco es algo que se pueda comprar o vender. Lo enseña la
Historia, con mayúscula, no confundir con el engendro zapateril de lo de la
memoria histórica; a lo largo de los siglos las paces pretendidamente
compradas, han llevado siempre al desastre y a la vergüenza a los cobardes “paganos”
de turno.
El PSOE
nunca ha sabido cómo solucionar lo de ETA, en primer lugar porque a muchos socialistas
la proximidad ideológica con los etarras, les llevaba a excusar los “excesos”
de la banda. Hay que ser un cínico de primera categoría para considerar simples
excesos a los terribles asesinatos que llevamos sufriendo hace tantos años. Pero qué
se puede esperar de un partido cuyo Secretario General es capaz de llamar “desgraciados
accidentes” al asesinato de dos ciudadanos ecuatorianos, reconocer al cabo de
un tiempo que lo de los de los “accidentes” no fue un “lapsus linguae” sino que
por el contrario la calificación estaba pactada de antemano con los asesinos y a
pesar de los escandaloso de la situación, nadie en el PSOE abriera la boca para
expresar su repugnancia y el consiguiente rechazo a semejante barbaridad.
El PSOE
siempre se ha confundido en la lucha contra el terrorismo etarra; llevados por
su falaz paradigma moral de “el fin
justifica los medios”, decidieron en su tiempo acabar con los asesinos,
utilizando sus propios procedimientos. Cometieron un error político
importantísimo y demostraron su inmensa miseria moral, organizando los GAL y manchándose las manos de sangre, que no
por ser etarra, dejaba de ser sangre.
Ahora
no los matan, simplemente se rinden ante ellos. Entablan “Conversaciones de Paz”
con los asesinos y lo hacen estableciendo un imposible y repugnante plano de
igualdad entre el Estado español y ETA; como si fuera posible que se pueda
buscar paz, no existiendo guerra. Porque lo que está tan claro que ya cuesta
trabajo volver a explicarlo, es que España y sus ciudadanos no estamos en
guerra con ETA. La banda está formada por una colección de delincuentes que
viven de la sangre inocente derramada y que deberían terminar en la cárcel,
cuando los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado acaben con todos ellos o cuando voluntariamente se rindan,
entreguen las armas y sean puestos a disposición de la Justicia.
Pero ha
llegado el PSOE a tal grado de descomposición, que el aparato socialista está
dispuesto a lo que haga falta, para conseguir una promesa etarra que le sirva
de argumento electoralista. Resulta que ya estamos pagando a los etarras; se
hizo para que dejaran de extorsionar a los empresarios, ya saben, lo que los
asesinos llaman falazmente recaudar el “impuesto revolucionario”. Habrá quién
niegue mi afirmación, veamos: En un documento, intervenido por la policía, que recogía
la alianza con Eusko Alkartasuna para la formación de Bildu, lo que acredita su
virtualidad y que fue tomado en consideración por el Supremo para ilegalizar a
esa organización, antes de que el Constitucional adoptara una decisión en
sentido contrario, la organización terrorista hacía constar que ETA necesitaría
“apoyo económico para llevar su alto el
fuego al ámbito del impuesto. Se analizarán en principio las ofertas que pueden
venir del ámbito internacional en una situación así. Como consecuencia de
cerrar el frente del impuesto, ETA exigirá ayuda de apoyo al alto el fuego de 4
millones de euros anuales”.
Todos
sabemos que ETA dejó de extorsionar, lo sabemos porque Rubalcaba y Zapatero se
encargaron de explicarlo profusamente en los medios de comunicación,
presentando el cese del chantaje como un paso adelante en el camino de la “paz”
y naturalmente un sobresaliente “triunfo” socialista. Claro que no nos dijeron que ese paso
nos costaba a los españoles, incluyendo a las víctimas de ETA, 4.000.000 de
euros de nuestros impuestos.
Lo que
mucha gente no sabe, porque no les interesa ni a ZP ni a Rubalcaba que se sepa es
que ahora, los presos etarras que están pidiendo una amnistía, figura que
nuestra Constitución prohíbe, esperan porque así se ha tratado y prometido,
que los pongan en la calle sin cumplir sus condenas, además de concederles un sueldo para que puedan vivir decorosamente. Parece que el asunto
estaría en torno a los 1.500 euros mensuales por etarra, que vivirían felices y
contentos, sin cumplir sus condenas, convenientemente retribuidos y sin
entregar las armas, por aquello de que con las cosas de comer no se juega.
El PSOE,
en el tiempo de Felipe González, los ha torturó, les arrancó las uñas, los assinó y los
enterró en cal viva, lo que fue una canallada que no se podía admitir. De
nada sirvió; ahora, también inútilemente pretenden comprarlos. No hay manera que entiendan los
socialistas que no existen atajos para solucionar asuntos de esta índole.
Siguen impertérritos demostrando su miseria moral y esa pulsión por lo oscuro
que les llevará al desastre. Lo peor sería que los ciudadanos españoles se
dejaran sorprender en su buena fe y se hicieran cómplices, aunque fuera por
simple asentimiento, de semejante infamia.
Ni se
compra ni se vende…. Ni el amor verdadero, ni la decencia y desde luego,
muchísimo menos, la paz. Cuidado con los atajos.
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