Insisto, camarón que se duerme se lo lleva la corriente
Electoralmente
en nuestro país las cosas van extraordinariamente bien o espantosamente mal,
según en qué bando milite cada cual. De hecho según se mire, las cosas no
pueden irle mejor a Mariano Rajoy y peor a Rubalcaba. Todo o casi todo está
contribuyendo a que parezca que Alfredo, cual Rey Midas inverso todo lo que
toque lo convierta en ceniza, sin que ni él ni el PSOE puedan poner remedio a la
situación.
Las
encuestas todas, las del PSOE, las del PP, las de la prensa, las internas, las
externas, las mediopensionistas y hasta la de la revista del propio Alfonso
Guerra, anuncian un amplísimo triunfo electoral del PP. Lo de Blanco y la
gasolinera, en el Supremo para disgusto de un
Rubalcaba que había puesto la mano en el fuego por el “honesto” Pepiño.
Papandreu liándola con lo del referéndum y obligando a Rubalcaba a posicionarse
en contra; las últimas cifras del paro; los
datos del Banco de España, lo de los etarras, el cabreo de la banca con la
postura del gobierno socialista en la Cumbre Europea y el mal trago de su recapitalización
y ya para rematar, para que no haya ninguna duda, la encuesta del CIS que le
anuncia una debacle electoral inconmensurable.
Las
cosas están tan mal para las expectativas socialistas, que ayer comentaba yo la
sorprendente imagen de un Rubalcaba vencido que reconocía que era prácticamente
imposible que le remontara a Rajoy. Recuerden, hablaba del cuento de la
lágrima, aunque matizado y comentaba sobre un modelo de campaña
victimista, a la defensiva, con el
cuento de la pena por delante, al objeto tocarle el corazoncito al personal y
obtener los votos que les hacen falta a los del PSOE.
Llámenme
pesimista, nunca me ha importado, aunque siempre he sostenido que un pesimista
no es otra cosa que un optimista bien informado, pero yo sigo viéndole las
orejitas al lobo. Todos conocemos cómo son las encuestas del CIS, una
institución que no es otra cosa, al menos en los últimos tiempos, que un
instrumento al servicio del poder. De siempre cuando los resultados que
publicaba el Centro de Investigaciones Sociológicas, no le gustaban a alguien,
se acusaba al CIS de “cocinar” los resultados.
Pues
muy probablemente eso sea verdad y en este caso en que el CIS concede al PP una
ventaja de los 16,7 puntos, lo que le daría nada más y nada menos que una
mayoría absoluta cercana a los 190 diputados, los datos pudiera ser que hayan sido
manipulados para sesgadamente acentuar la posición “perdedora” del PSOE, con la
sana intención de que la izquierda se movilice al objeto de evitar una derrota
tan dolorosa.
Eso son
elucubraciones, pero me van a permitir que incida en un dato, al que pocos
habían hecho referencia al menos hasta
la fecha y que a mí me parece fundamental. Las encuestas dan la victoria al PP
por mayoría absoluta, de acuerdo, ¡cuidado! que a lo peor los datos están manipulados
para movilizar a la izquierda, pues pudiera ser, pero eso no es un dato, lo que
resulta preocupante desde mi modesto punto de vista es la gran cantidad de
indecisos, un 31,5% de ciudadanos manifiestan que no saben lo que van a hacer el
día de las elecciones.
Ese es
el problema real, en ese sector de la ciudadanía reside la esperanza de
¿Rubalcaba? sin duda y también la de Rajoy, un caladero de votos del 31,5%
convenientemente trabajado, puede conseguir modificar el resultado de las
encuestas que ahora se publican, pueden atenuar la derrota prevista del PSOE o
acentuar la victoria del Partido Popular.
Me
alegra ver como desde el PP advierten ya, que no hay que dar nada por hecho; lo
de las campañas es como el baloncesto, diez o doce días son un mundo. Los
populares deberán seguir remando sin descanso para conseguir lo que pretenden. No
es la primera vez que advierto del problema que le puede ocasionar el excesivo ambiente
de triunfo y euforia al PP, de hecho el 25 de septiembre advertía ya:
“A Rubalcaba cada vez le queda menos terreno
en el que cosechar los votos que necesita, no para conseguir la victoria, que
eso parece que ya ni siquiera se maneja, pero sí para evitar la mayoría absoluta
del Partido Popular, que parece el objetivo. En ese sentido ha llevado a cabo
una actividad muy destacada en Andalucía y Cataluña, dos reconocidos graneros
socialistas, aunque las encuestas, tozudas, siguen negándole los votos que tan
desesperadamente persigue.
Parece que
desde el “otro lado” de la cerca ideológica todo marcha según lo
previsto, todo transcurre en la plácida crispación – permítaseme el oxímoron –
que se esperaba; todo funciona como una máquina perfectamente engrasada. Todo
funciona tan bien, los números son tan buenos, las previsiones tan generosas,
que creo que ha llegado el momento de preocuparse.
El adversario del PP, se ha caracterizado
siempre por manejarse mejor en la crispación que en la placidez; son dueños de
una habilidad innegable para manejar la opinión pública; son los inventores, y
si no lo son merecerían serlo, de la utilización de la agitación y la
propaganda como armas políticas; dueños y señores de los medios de comunicación
y ahora, cuando se juegan lo que se juegan, aparecen inermes, abatidos, presos
de una especie de parálisis desconocida, que los lleva hacia un desastre
colosal, con una tranquilidad de espíritu, una conformidad y una mansedumbre,
que llaman la atención.
No me lo creo, no veo al PSOE aceptando
mansamente una derrota electoral tan grave, conmigo están muchos. Unos son
partidarios de la teoría de la “catástrofe dirigida” Temen, esperan, que por
sorpresa suceda “algo” que le dé la vuelta a este escenario electoral.
Naturalmente los que en eso piensan, basan sus afirmaciones en el recuerdo del
11 M y en el papel protagónico que
asumió Rubalcaba en las horas siguientes a los atentados, aprovechando la
catástrofe para echar agua a su molino electoral.
Otros como yo, no saben, no contestan, pero
tienen la impresión de que todo va demasiado bien. Ya saben cómo en las viejas
películas del Oeste, cuando el intrépido explorador le decía al novato Teniente
del Séptimo de Caballería: No me gusta esto, todo está demasiado tranquilo… y
faltaban tres segundos para que los apaches iniciaran la feroz emboscada.
Hay que estar atentos, ser prudentes y
precavidos, no nos enfrentamos a los apaches mescaleros, pero estamos hablando
del “rubalcaba team” que tampoco son mancos.
Si no quieren llorar sobre la leche
derramada, recuerden que “Al camarón que se duerme se lo lleva la corriente…”
Así que
ya saben, los que quieran el triunfo popular deberán seguir atados al duro banco
de la galera Turquesa y no confiar en lo que dicen las encuestas, del otro lado
lo mismo pero al revés, así son las cosas al menos desde mi punto de vista.
Reitero
una vez más “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente” y eso va para todos
los camarones, azules, rojos y de cualquier
otro color.
El Rubal esta a bocados con el electorado de IU, lo que demuestra la salida de perdedor desde el inicio. El lo único que quiere es quedarse con la secretaria gral. de la psoe.
ResponderEliminarSaluditos.
No hay que dudar nunca que la tortilla tiene dos lados y que si no quieres que se te queme, hay que ir dándole la vuelta. Ahora bien, los socialistas siguen con lo mismo de siempre, no aportan ideas, no hacen campaña, sólo atacan al PP que, por contra, va desgranando una serie de medidas que deberían sacar a España del atolladero. Creo que eso lo ve la ciudadanía, pero tambien creo que nuestros compatriotas no saben ver mucho más lejos del "Que viene la derecha"
ResponderEliminarLo bueno que tiene la cosa es que si el PS vuelve a ganar las eleciones no habrá que preocuparse más de España porque no habrá España por la que preocuparse.
Un Saludazo.
Yo pienso así:
ResponderEliminarDice un refrán... piensa mal y acertarás. Tal vez se rían con mi escrito, pero a mi estas elecciones las veo de diferente manera a las anteriores, no sé por qué pero las veo un pelín peligrosas. No me pregunten por qué pues no sabría decirles, es intuición, pero ya escribí varías veces que es posible que el 20N nos llevemos una gran sorpresa. De momento ya tienen montado romper los "indignados" la jornada de reflexión (Ojalá, ojalá me equivoque).
De las encuestas no me fío, de las estadísticas tampoco, ambas se manipulan fácilmente. Pero un 11N cantaría mucho, no cree? A mi parecer un golpe nos va a llegar (tal vez nos venga por parte de quienes tras una capucha dieron una tregua), o quizá esperen tranquilamente cuatro años en la oposición para comenzar de nuevo, o tal vez entre ambos líen algo feo. Pero el Alfredín nunca la ha visto tan gorda, creo que jamás pensó que tendría tanto poder como segundo de a bordo y que algún día encabezaría la lista a las generales. Y eso de que ahora, que ha logrado llevar tan alto, se pegue un batacazo...No sé, no me fío nada.