Toma de posesión en Interior
…salta
la liebre; eso dice el refrán y lo cierto es que no le falta razón. Ayer
tomaban posesión los nuevos ministros y estas cosas del nombramiento y toma de
posesión del nuevo gobierno están dando mucho juego y lo que te rondaré morena.
Uno de los nombramientos que ha concitado menos entusiasmo, por decirlo de una
manera suave, ha sido el de Jorge Fernández Díaz como ministro de Interior. Quiero dejar
claro, que a mí tampoco me entusiasmó el nombramiento, en primer lugar porque
yo tenía otro candidato para el puesto y además porque a Jorge Fernández se le
ha criticado con razón, por algunas declaraciones que han favorecido a
CiU y que han levantado ronchas entre muchos populares.
Aunque
me parezca infantil y deleznable la pega que le oponen algunos, cuando dicen
que es que no sabe nada de Interior. Así se ha escrito en los argumentarios de
la agitprop socialista y circula profusamente por la red. Esto es un escándalo
porque D. Jorge nada sabe de las labores propias de ese ministerio; la inanidad
de la crítica resulta asombrosa. Resulta inaceptable que los que eso sostienen, sean los mismos que
llevaron entusiasmados a la presidencia del gobierno de España a un Zapatero,
que lo ignoraba todo sobre la empresa, la industria, la administración o la
economía porque nada había hecho en esos campos y son los mismos que aplaudieron
con las orejas el nombramiento de Pajín o Blanco para ministerios muy sensibles
y complejos.
A a los
que afirman tal tontería habría que preguntarles que sabía de Defensa, Carme
Chacón, cuando fue nombrada para dirigir ese ministerio. Por tanto, lo de la
ignorancia sobre las cuestiones que se producen en Interior, es una acusación
que debería avergonzar intelectualmente hablando a quién la lanza. Los ministros
dirigen políticamente sus departamentos, para las cuestiones técnicas, están
los funcionarios.
No
puedo negar que personalmente me preocupaba esa tendencia demostrada a la
connivencia o el apaciguamiento con los nacionalistas de CiU y otros aspectos
de D. Jorge, que tienen que ver con su longeva supervivencia en la cúpula del
PPC, lo que a veces supone más defecto que virtud. En fin y por decir verdad, no me tenía muy
contento su designación. A pesar de ello ayer dije y me reafirmo en que mi
posición al respecto era muy sencilla “si a Rajoy le parece bien, a mí ya me
vale”, pero miren por donde, a veces de donde menos espera uno, salta una
sorpresa agradable que te arregla el
día.
Ayer,
en su toma de posesión, Jorge Fernández dirigió unas palabras a los asistentes,
cuyo contenido tuvo la virtualidad de inquietar a casi todos. El laudatorio
resumen hecho sobre la ejecutoria de su antecesor en el cargo, molestó a muchos
de los suyos y ha inquietado a algún que otro pepero de corazón. Personalmente entiendo,
que Rajoy ha dado una orden muy concreta, hay que llevar a cabo los actos
protocolarios del relevo con una normalidad y cortesía exquisitas. Y me parece
bien, que lo cortés no quita lo valiente y por encima de esa cuestión, está la costumbre
de hablar bien del saliente, al igual que cuando alguien casca, todo el
mundo habla bien del difunto,
aunque haya sido más malo que carne de pescuezo.
Así que,
si habló bien de su antecesor es porque tocaba, más nos vale afectar cierta
normalidad en el relevo del gobierno cesante, porque los mercados y Europa
están con la lupa observando qué es lo que sucede exactamente en nuestro país;
y creo que va siendo hora de que demos una imagen de país serio, eficaz,
riguroso y respetuoso con las normas, vamos todo lo contrario que los que se
van.
Pero lo
que realmente me sorprendió, muy agradablemente por cierto, fueron las
declaraciones del flamante ministro que sobre ETA dijo: “He leído los periódicos, que dicen que me va a corresponder la gestión
del final de ETA. Tengo que decir que me alegro de que ETA haya dejado de
matar; es una noticia buena” y continuó.
“El cese de la violencia es condición necesaria, pero no suficiente: lo que
tiene que decir ETA es que deja de existir”. Me parece una clarísima
declaración de intenciones sobre la visión que, del problema del terrorismo
etarra, tiene el nuevo gobierno. Y me alegra saber, que al menos en principio,
no asistiremos a la continuación del deleznable paripé que han montado los
socialistas y los etarras.
Subrayó
la obligatoriedad de respetar la Constitución, hizo una loa a las víctimas del
terrorismo, de las que afirmó contundente que
se han limitado a pedir que se les haga justicia y remató con una
advertencia muy importante. Dijo que “Vivimos y vamos a vivir momentos
complicados que van a requerir de mucha mano izquierda, mucho diálogo y de
voluntad de entendimiento. Voy a defender los derechos de reunión y
manifestación, pero en el marco de la ley para que sean compatibles con otros,
como que los ciudadanos puedan transitar por la calle con tranquilidad, la paz
social tiene un valor especial en este momento y en los que van a venir”.
Y está
la izquierda que echa las muelas, ayer ardían las páginas más zurdas de las
redes sociales, la gente próxima al 15 M, no quería creérselo. Con esa maestría
que tienen para aplicar la doble vara de medir, acusaban a Jorge Fernández de
querer apoderarse de la calle; desde luego no ha sido el PP el que ha ocupado
durante mucho tiempo los espacios públicos, que precisamente por serlo, deben
poder ser utilizados con total libertad por todos los ciudadanos.
Todos tenemos
presentes las advertencias o amenazas lanzadas por la izquierda. Los de UGT ya
advirtieron de que se echarían a la calle en apoyo al PSOE, Cayo Lara lo
anunció por última vez, en el Debate de Investidura y anunció que estarían en la
calle y actuarían con “radicalidad democrática”, Bono advirtió antes de las
elecciones que el PP necesitaría al PSOE “para evitar que las calles se
incendiaran”. Así que el mensaje rotundo del nuevo ministro tranquilizará a
muchos.
Dos avisos
importantes, vitales, diría yo. A los asesinos de ETA, que intentan que siga vigente la
hoja de ruta que elaboraron con el PSOE, aunque ya estaban advertidos de lo
que había, Rajoy lo dejó claro el otro día en el Congreso. Ahora el ministro
del Interior lo recuerda y afirma
rotundo que lo único que vale es la desaparición de la banda. Y otro aviso
a navegantes, para los que están por la
labor de montar en nuestra calles y plazas un espectáculo a la griega con el
fin de poner palos en las ruedas del nuevo gobierno; se cumplirá y se hará
cumplir la legalidad vigente, se han acabado los tiempos de los paños calientes y
las concesiones.
Creo
que es de agradecer, así que quiero hacer constar el agrado
que me han producido las firmes y claras palabras del nuevo ministro del
Interior. Como decía unas líneas más arriba, efectivamente, de donde menos se piensa, salta la
liebre.
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ResponderEliminarEn cualquier caso si Fernadez Diaz aplaude la gestión de Rubalcaba es por orden de su intimo amigo Rajoy
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