Preocupados, muy preocupados.
La
batalla interna por el control del PSOE ha puesto de relieve una vez más lo
importante que es Andalucía para el PSOE, de tal manera que todos hemos podido
asistir al emocionante reencuentro de Carme Chacón con sus raíces andaluzas y
contemplarla transmutada para la ocasión en Carmen - no la de Merimée, sino la
de Olula del Río - cambiando de manera oportunista la barretina por la peineta,
que las cosas de los congresos son así y si hay que bailar fandanguillos de
Almería, se bailan, que tiempo habrá para la sardana y aquí se acabó el
problema.
Por su
parte Rubalcaba, a pesar de que casi todos le dan por ganador, intenta frenar
la acción populista de Carme Chacón, apoyándose en el poder orgánico del PSOE
en Andalucía, cuenta para ello con la inestimable ayuda de Chavez, Zarrías,
Griñán y Guerra, entre otros, para así recabar apoyos que al menos le permitan
cerrar la distancia que allí le lleva su oponente ¿o se dirá oponenta? Esta semana,
Rubalcaba volverá al sur en busca de votos que le permitan alcanzar la
Secretaría General del PSOE.
Andalucía
ha sido un importantísimo granero para el PSOE desde el comienzo de la
democracia, el socialismo lleva gobernando la región, casi desde los tiempos de
Boabdil el Chico, los iconos socialistas más potentes han salido de esa tierra,
ahí están Felipe González y Alfonso Guerra, dos de los pesos más pesados del
socialismo en España. Por tanto tras la derrota en las elecciones, en Ferraz
saben que no pueden permitirse una derrota en Andalucía que los condenaría a una
oposición en Madrid, sin gobiernos en ayuntamientos, cabildos, diputaciones o
gobiernos autonómicos que llevarse a la boca, es decir sin poder político ni económico
y sin capacidad para mantener la red clientelar socialista, lo que les haría
perder todavía más apoyos de los que ya han perdido, tras la derrota de
Rubalcaba.
Una
victoria popular en Andalucía, cerraría el cerco y los colocaría en una
posición muy difícil desde el punto de vista de la organización interna del
Partido. Ya hay muchos cargos intermedios socialistas en el paro y en Ferraz saben
mejor que nadie, que hay que tocar poder para mantener a la clientela política
o la red clientelar se abre y deja escapar a los peces que huyen buscando aguas
más propicias que les permitan seguir viviendo del dinero público.
Pero es
que además de estas cuestiones, está lo que podrían dejar atrás, lo que podría
estar escondido debajo de las alfombras u oculto en los cajones y que quedaría
al descubierto si las urnas dan el poder al PP en Andalucía. En este supuesto,
estoy convencido que el cambio en el gobierno andaluz entre socialistas y
populares, se parecería más a un combate cuerpo a cuerpo, que al versallesco
espectáculo que se ofreció en Madrid, con ocasión del relevo en el gobierno de
la nación, para satisfacción socialista y grave cabreo de la infantería popular.
Poquitas
medallas se iban a llevar Griñán y sus mariachis, si lo populares consiguen el
apoyo que les permita gobernar, pocas medallas y muy probablemente muchas o,
por no exagerar, alguna querella penal. Todos conocemos aquello tan viejo de
que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, no creo que
haya que escarbar mucho para darse cuenta que el gobierno socialista de
Andalucía podría haber sido el ejemplo que inspirara al autor de la frase, ya
sé que cronológicamente eso resulta imposible, pero desde luego lo que se
describe en ese pensamiento sobre el poder absoluto, le es de aplicación al
socialismo andaluz.
Una
victoria popular, retiraría la capa de invisibilidad que los medios de comunicación
andaluces mantienen sobre asuntos que tienen que ver con la corrupción política
y económica, con el nepotismo, con los “favores” a los correligionarios, con el
cohecho, con el tráfico de influencias y que hoy por hoy se ignoran, gracias a
la benefactora acción del gobierno socialista, concretada en la “generosa”
utilización del dinero público que acude a mejorar las cuentas de resultados
de las empresas dedicadas a la comunicación.
Una victoria
popular les quitaría a los socialistas, el
singular apoyo de la televisión autonómica que durante tantos años ha vivido
del dinero público y que se ha dedicado fundamentalmente a la propaganda
partidista antes que a la información, sin ese apoyo los socialistas andaluces
lo iban a pasar muy mal, políticamente hablando.
Es por
todo ello y por unas cuantas cosas más que el PSOE y el PSOE-A no pueden permitirse
una derrota, es una cuestión de supervivencia, por ello precisamente y por
muchas cosas más el PP debe ir con todas su fuerzas a conseguir una victoria que le permita
gobernar; también le resulta fundamental una victoria en Andalucía que condenaría irremisiblemente al PSOE a una
travesía en el desierto de la oposición, en muy malas condiciones.
Las
cosas están claras, los socialistas no pueden permitirse una derrota y yo diría
que los populares andaluces tienen una oportunidad que no creo vaya a repetirse,
por tanto esas elecciones van a marcar de manera indeleble al que no consiga
unos resultados que les permitan formar gobierno. Parece que el PSOE tiene
claro que no va a conseguir la mayoría absoluta que le garantice el gobierno, a
los populares les queda mucho trabajo por delante, la subida del IRPF y la
congelación del SMI no les ayuda para nada, pero deben afrontar esta situación irrepetible,
poniendo toda la carne en el asador.
No vaya
a ser que el espectacular triunfo de Rajoy, les distraiga de lo que ahora es su
principal objetivo, gobernar en Andalucía, porque la región y sus habitantes necesitan
de un cambio de gobierno de manera urgente. Andalucía tiene derecho a un cambio
de la mano de Arenas, y aunque resulte obvio, parece lógico advertir que el
PSOE actuará muy duramente, no puede permitirse la derrota y a la desesperada
todo el mundo es peligroso.
Se
necesita un triunfo claro y contundente de los populares en Andalucía, tanto
como se necesitaba el triunfo de Rajoy a nivel nacional. Creo que se va a
producir, pero a estas alturas toda precaución es poca, por tanto toca mantener
el esfuerzo con la máxima atención hasta justamente la hora del cierre de los
colegios electorales. Hay que pelear voto a voto, ya habrá tiempo para la
satisfacción.
Conste
que me refiero a la totalidad del Partido Popular, esta es una campaña
electoral que trasciende por su importancia del ámbito político y geográfico
andaluz. Así que menos atención al IRPF, a la política de comunicación, por
llamarla de alguna manera, de Rajoy o a Bruselas y mucho más trabajo, atención
y dedicación a lo que sucede en Andalucía, no sea cosa que suceda aquello de
que el bosque, no nos deje ver los árboles y nos llevemos un disgusto.
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Independientemente de los arboles, del bosque, a veces pienso que los asesores del Partido Popular juegan en contra de los intereses de partido y de los intereses del gobierno. Rajoy explicará, con retraso, la subida de impuestos, alejada de los planteamientos liberales - conservadores, y de lo que prometió en campaña, él y todos sus ministros, a la mayoria de los españoles no nos vale con que el deficit es superior al previsto, que si el gobierno saliente falseó las cuentas, que si es una subida justa y social. Han mentido, mal, no lo explican, mal y perderan en Andalucia por no saber administrar las victorias, por engañar a sus propios votantes. Un desproposito.
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