Los "agentes sociales" mostrando su preocupación
Desde
la toma de posesión del Gobierno, se advirtió a los agentes sociales que debían
negociar, entre ellos, un acuerdo sobre el conjunto de medidas que deben
conformar el nuevo modelo laboral y que tenían de plazo hasta el 6 del presente
mes para hacerlo. De no haber acuerdo sería el gobierno el que tomaría la
iniciativa y adoptaría las decisiones pertinentes. Todos sabemos que el plazo
se amplió, hasta el pasado domingo, ante las
dificultades surgidas sin que los “agentes sociales” llegaran a acuerdo alguno.
De
hecho y con una impudicia inaceptable en la situación que se encuentra el
país y la del paro, suspendieron las
conversaciones antes de finalizar el plazo previsto. Muchos ciudadanos o al
menos algunos, ingenuamente, esperábamos más de ellos. Se les conoce como
agentes sociales, así decidieron apellidarse hace ya algún tiempo, uno que es
de los que consulta el DRAE esperaba que se dedicaran a hacer lo que les
corresponde, es decir, obrar en la búsqueda de
un acuerdo, aunque fuera de mínimos. Porque un agente, nos dice la
Academia de la Lengua, es el “qué obra o tiene virtud de obrar”, lo que no se
compadece lo más mínimo con la decisión de irse a casita a disfrutar del fin de
semana, en vez de hacer el esfuerzo necesario, por ímproba que fuera la tarea,
al objeto de poder presentar alguna propuesta, alguna idea, por mínima que
fuera sobre las reformas imprescindibles
de nuestro mercado laboral.
Realmente
lo que parece es que estas conversaciones son la segunda parte del paripé que
han llevado a cabo esta gente a lo largo de la última legislatura y su conducta
me autoriza a pensar que a los “agentes” – CC.OO, UGT y CEOE – el paro, los
trabajadores y las soluciones que se puedan adoptar, les importan un bledo y
que no están dispuestos a trabajar para llevar a buen fin un asunto de la
primordial importancia que tiene la
reforma del mercado laboral.
Parece
que el paradigma entre estas organizaciones es aquel pensamiento que reza
“entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera”. Ahora que pintan bastos y
entienden que a medio plazo van a ver reducidas substancialmente las
subvenciones de las que viven, por lo visto, no merece la pena ponerse el
uniforme de faena y dar el do de pecho, con unas propuestas que tengan ojos y
cara. Se me podrá decir que al fin y a la postre estas organizaciones, los
consabidos “agentes sociales” representan a trabajadores y empresarios y que
por tanto ellos sabrán lo que hacen, lo que nos es cierto, porque por una parte
representan a una ridícula, por pequeña, porción de sus potenciales representados
y los ciudadanos de a pie tenemos derecho a opinar y exigir porque somos nosotros los que
les pagamos, para que vivan como sátrapas persas.
No es
un asunto entre “bomberos”, porque el casco, el uniforme, el camión, la sirena,
la manguera que no van a pisarse, el
sueldo, las bicocas, los privilegios y los momios de los que disfrutan, se los
pagamos los ciudadanos. Va siendo hora de recuperar aquel viejo pensamiento que
yo conozco en catalán,”qui paga, mana” -
quién paga, manda - si estos no están
dispuestos a hacer lo que se supone es su obligación, habrá que obligarles a
que se ganen la vida con el sudor de su frente y si pueden que vivan de sus afiliados
y aquí se acabó la presente historia.
Esto de
que decidan los “agentes sociales” lo que va a ser el modelo del mercado
laboral, es un invento macabro que fue decidido con entusiasmo por el gobierno
socialista que así se evitaba responsabilidades y presumía de talante; todos recordaremos aquella
afirmación de ZP manifestando que no iba a tomar ninguna decisión que
contradijera a UGT y CC.OO. Como tantas y tantas decisiones tomadas alegremente
por el zapaterismo, un disparate como una casa de grande y que además nos sale
carísimo.
Los
españoles escogemos un gobierno y se entiende que lo hacemos para lleve a cabo
la labor que le es propia, para que gobierne. No escogemos a nuestros
gobernantes y les pagamos, para que dejen que otros hagan su trabajo. Que una
cosa es consensuar lo que sea bueno consensuar y otra muy distinta hacer
dejación de las obligaciones propias de un gobierno democrático y dedicarse al
dolce far niente, mientras los “agentes sociales” se ponen de acuerdo entre
ellos o no se ponen y retrasan sine die, ese presunto acuerdo, mientras se
reparten nuestro dinero.
Es hora
de decisiones y sacrificios y a todos nos toca hacer frente a la situación. Se
ha comprendido muy mal por parte de los ciudadanos el discretísimo recorte
anunciado por el Gobierno, para sindicatos, organizaciones empresariales y
partidos políticos. Un 20%, si eso es todo, resulta un recorte insuficiente, ridículo y profundamente ofensivo para los
ciudadanos que hemos tenido que tragarnos una subida de impuestos…, y lo que te
rondaré morena.
Ahora
la absoluta falta de responsabilidad de los malditos “agentes sociales”, que deciden
no llegar a ningún acuerdo, porque así no tienen que dar explicaciones a los
suyos y prefieren esperar cómodamente a las medidas que tome el gobierno para
organizar el follón, exige aún más que los recortes a esas subvenciones sean
muchísimo más duros.
Todos,
el Gobierno y nosotros, sabemos lo que valen esas organizaciones, no tienen
ciertamente representatividad y están montadas para servir más y mejor, a los
intereses particulares de los que allí “trabajan”, que a los de sus presuntos
representados.
Los
sindicatos, los partidos políticos y las organizaciones empresariales deben
vivir fundamentalmente de las cuotas de sus afiliados y recibir unas
subvenciones que premien y primen su representatividad. El escándalo de los
fondos de formación debe desaparecer, en un país con un paro camino de los
6.000.000 de desempleados, no se puede permitir el escarnio que supone que
ingentes cantidades de dinero público, es decir de los ciudadanos, se entierren
en unos cursos de formación para desempleados que no sirven para nada.
La
reforma laboral debe llevarla a cabo este gobierno y si los “agentes sociales”
están de acuerdo bien y si no también, no representan una ayuda, por el
contrario suponen un lastre. Estoy convencido que los ciudadanos se mostrarán,
como siempre, coherentes y se sacrificarán, pero no se puede permitir la burla
que supone la existencia de una casta sindical y empresarial que vive a nuestra
costillas y en vez de ayudar cuando hace falta, lo que hace es estorbar.
Si éste
fuera un país medianamente consciente, la primera huelga a organizar sería contra
la existencia de los agentes sociales, que ni son agentes, ni son sociales. No
sirven al interés general de la sociedad
a la que dicen servir, mientras la exprimen, ni tampoco defienden el interés de
los trabajadores, ahí están los más de
5.400.000 parados para atestiguarlo.
El
Gobierno debe seguir adelante con el proyecto y ya de paso, anunciar – nada es
eterno dice el Presidente- un nuevo e importante recorte a los “agentes
sociales” y… a los partidos políticos. En época de sacrificios, lo primero debe
ser recortar en los gastos no productivos y las instituciones que se dicen
representativas deben dar ejemplo, ya está bien de mantener a paniaguados que
para nada sirven a la sociedad.
Y si se
atreven, que se echen a la calle, veremos quien les sigue, que ya está bien de
chantaje, disfrazado de búsqueda de consenso y convenientemente engrasado con
dinero de nuestros impuestos.
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Es que en vez de reforma laboral en favor de buscar empleo, lo que tratan los sindicatos es la parte (en euros) que ellos van a lograr con dicha reforma, y por eso no se ponen de acuerdo con la patronal. Ya sabe que los sindicatos cobran de las empresas hasta por echar al obrero, o eso dicen. Y si abaratan el despido, la parte a cobrar no sera tanta como antes, que ahora que no está Zapatero para regalarles subvenciones millonarias tienen que sacar la pela de alguna parte, que la vida está muy cara y ellos se subieron a la parra.
ResponderEliminarSaludos.
Los agentes sociales en otros paises tienen un nombre diferente
ResponderEliminarMAFIA
Los sindicatos no representan en absoluto a los trabajadores y el granuja de la COE tampoco representa a los empresarios, son un atajo de golfos que ni tan siquiera tienen la cobertura legal de ser un ministerio del Gobierno, los trabajadores y los empresarios deben buscar un cauce de entendimiento al margen de estas mafias, empresa o empresa o sector de empresa por sector de empresa, pero la margen de los sindicatos, es una pena, los sindicatos, se supone, que tenian su razon de ser en la defensa del trabajador frente a un posible abuso del poder pero desde el momento que ellos son el poder sobran.
Por cierto NO son una rémora Franquista, la estructura del estado Franquista nada tiene que ver con esta, los sindicatos eran una parte del estado franquista , los empresarios otra y en medio existía la magistratura de trabajo que OBLIGABA A AMBOS.
La famosa democracia le dio la estructura de los sindicatos a CCOO y UGT y les creo la legalidad adecuada para sus enjuagues.
Ese ha sido el desastre
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