Rajoy en el Consejo de Ministros
Tras la
subida de impuestos, la reacción ha sido inmediata. Quién no ha criticado el
qué, lo ha hecho con el cómo; para unos era impensable que Rajoy subiera los
impuestos y otros hubieran tomado la medida de otra manera. Pero ayer me llamó
la atención el cabreo monumental que tienen muchos de los votantes del PP con
la cuestión de la condecoración a los miembros del gobierno saliente. Pensaba
yo en mi inocencia que esa era una cuestión absolutamente menor en mitad del
jaleo organizado, pero parece que para algunos peperos ha sido la
proverbial gota que colma el vaso, están dispuestos a tragar con la subida del
IRPF, pero lo de las medallas les resulta intolerable.
No voy
a criticarlo, me parece que es un asunto que entra de lleno en el terreno de
los sentimientos y por tanto poco tiene que ver con lo político y muchísimo
menos con la economía o la fiscalidad. Simplemente me sorprendió la acritud y
el cabreo olímpico con el que se recibió un acto que yo entiendo puramente
protocolario y que desde luego, nada tiene que ver con el problema que vivimos
y su solución, por eso lo comento, desde luego sin ánimo de crítica, eso que
quede claro.
De
todas maneras, el problema principal está en la “sorprendente” subida de impuestos y en eso
estamos de acuerdo. En primer lugar porque a nadie le gusta que le quiten el
dinero del bolsillo y en segundo lugar porque todo el mundo esperaba que el PP
no la llevara a cabo, de hecho lo que se
está vendiendo es “la mentira de Rajoy” que, por lo visto se pasó la campaña jurando
por la honra de su madre que no iba a subir impuestos y ahora, como todos,
falta a su palabra y nos traiciona.
Bueno,
me voy a ganar una buena cantidad de enemigos, pero he de decir una cosa, eso
no es verdad. Seguí la campaña con muchísima atención y no he oído nunca hacer
tal afirmación a Rajoy, que se pasó la campaña hablando genéricamente y
poniendo como referencia las cifras reales que se encontrara una vez ganadas
las elecciones. Y lo hizo igualmente en el debate de investidura, cuando dijo
que su intención era no subir impuestos, pero que eso dependería de las cifras “reales”
con las que se encontrara.
Ítem
más, en ese mismo debate y a respuesta de una pregunta directa sobre la
creación o no del “banco malo”, contestó lo mismo, que no era partidario, pero
que esperaría a ver las cifras. Quién no me crea no tiene más que repasar las
actas del debate y se convencerá. Es muy cierto que el PP siempre ha
manifestado estar, por principio, en contra de las subidas de impuestos, de
hecho su ejecutoria así lo demuestra; pero otra cosa muy distinta es que Rajoy
prometiera no hacerlo cuando llegara al gobierno, porque no lo hizo y cuando
habló del asunto lo hizo siempre en modo condicional y advirtiendo que la decisión
dependería de la realidad de las cifras de la economía española.
Algo muy
grave, sea la realidad de los números o la presión de la UE, ha obligado a
tomar esa medida, resulta inaceptable utilizar el reduccionismo más demagógico
y liquidar el asunto, utilizando el argumento del amor por la mentira de los
políticos o el patológico deseo que sufren de jorobar sin medida a los
ciudadanos, porque es falso. Ésta es una medida que seguro preocupa muchísimo
al gobierno, está claro que aumentar la presión fiscal, lastrará de manera
importante la puesta en marcha de la economía productiva y con ella la creación
de empleo, y eso lo saben Rajoy y sus ministros, por tanto algo muy grave debe
haber aconsejado la adopción de la medida.
¡Pues
que lo expliquen!, si señor, eso es muy cierto, este gobierno debe llevar a
cabo una política de comunicación efectiva y transparente. De hecho Guindos ya
ha explicado algunos de los motivos, la desviación en el objetivo de reducción
del déficit ha sido fundamental, el gobierno manifiesta por boca de Guindos que
se ha visto obligado a tomar una medida contundente antes de reconocer ante
Europa la realidad del déficit situado, parece ser en el 8%, algo había que
hacer para tranquilizar a los mercados y a la propia UE.
Puedo
estar de acuerdo con esta cuestión, pero sin duda queda coja sin las reformas
estructurales que faciliten la creación de empleo. Eso es cierto, como digo, y
también parece es la percepción que tiene el gobierno, que está en el trabajo
de llevar a cabo la reforma laboral, la de la energía y otras más que ayudarán
sin duda.
Así que
nos enfrentamos a dos problemas fundamentales, tenemos que subir los impuestos,
un problema en sí mismo, que añade problemas a la creación de empleo, por tanto
es vital la implementación de las reformas estructurales que nuestra realidad
exige. Pero hay otro problema “estructural” que pone de relieve la subida de
impuestos. La carga de la medida la van a sufrir los de siempre, pero los de
siempre de verdad, la sufrida y castigada clase media, que va a soportar el 60%
de la medida, mientras que las rentas más altas lo harán solo en un 18%, y
conste que estamos hablando de medidas
que gravan las rentas del trabajo, no hablamos de los ricos de verdad.
Hay que
solucionar un problema muy grave que sufrimos en España; hay que decir, por
mucho que nos duela, que en nuestro país los ricos de verdad no pagan
impuestos, que para empezar no tributan por la vía del IRPF, ese sí es un
problema que exige una solución. Y va a tener que hacerlo el PP, porque los
ricos han sido tratados extraordinariamente bien por el PSOE a través de los gobiernos “progresistas”. Hay que recordar que lo de
las SICAV,s, se aprobó en España con la bendición apostólica de los
socialistas, esa si es una reforma a acometer de manera obligatoria.
Por
tanto y desde mi modesto punto de vista, si no hay más remedio habrá que
aceptar la subida de impuestos, pero desde luego hay que exigir las reformas que
necesitamos como el aire. La del mercado laboral, la de banca, la de las instituciones financieras y sobre
todo una reforma que permita que los españoles aportemos al “esfuerzo solidario”
en función de lo que ganamos y tenemos. En ese sentido me parece bien la
espectacular subida de 7 puntos en la parte más alta de la tabla del IRPF, dice
a las claras cuál es la intención del gobierno, pero desde luego hay que
reformar la fiscalidad para que los ricos de verdad, paguen en la proporción
que les toca.
Así que
reformas y urgentes, pero también habrá que convenir que habrá que darle un
plazo de tiempo al nuevo gobierno, que al fin y a la postre está donde está
para gobernar, y lo que está haciendo no
es otra cosa que intentar solucionar el entuerto organizado por el PSOE.
Sobre
las medallas al gobierno saliente, se me ha venido a la memoria una letrilla
que se cantaba en mis tiempos, en La Legión. No la voy a transcribir, por
respeto, pero explicaba con claridad meridiana por donde se pasaban las
medallas los legionarios. Sí, efectivamente ese lugar rimaba con
condecoraciones, así es la vida.
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../... ¡Chapeau! amigo. Un abrazo.
ResponderEliminarRusbel.