El ex juez Garzón
Ayer el
Tribunal Supremo condenó a un juez, los siete magistrados que componían la Sala
unánimemente condenaron a Baltasar Garzón a once años de inhabilitación por un
delito de prevaricación cometido al interceptar las conversaciones entre los
principales imputados en la trama Gürtel y sus letrados en los locutorios de la
cárcel de Soto del Real. Pudiera parecer a algunos que lo de la prevaricación
es un delito de tipo menor, pero conviene recordar que el hecho de dictar
resoluciones injustas a sabiendas de que lo son, que en eso precisamente
consiste la prevaricación, es el delito más grave que se le puede atribuir a un
miembro del Poder Judicial.
Fue
conocerse la condena, que ni siquiera la sentencia para que la izquierda de
este país y con ella la pijo progresía nacional organizara un escándalo
increíble. Desde el PSOE que a través de su portavoz de Justicia, Julio
Villarrubia, se apresuró a criticar la sentencia y mostró su disconformidad y
la de su partido con ella, advirtiendo eso sí que hacía estas declaraciones con la “escasa
información” de la que disponía, es decir de ninguna y “sin haber leído el
contenido del fallo”. Parece que el argumento poderosísimo que esgrimía el
caballero no era otro que al PSOE “no le gusta ver” que un juez con este “perfil”
haya sido condenado por un delito tan grave y ésta sea la primera condena en la
trama Gürtel.
Para
que se entienda, al PSOE y a este Villanueva que por su estilo y maneras, debió
hacer sus primeros pinitos en la política en la Agrupación Socialista de
Corleone, lo que le molesta es que se haya condenado a uno de “los suyos”.
Porque en definitiva de eso se trata, el PSOE por encima de cualquier
consideración jurídica defiende a los que son suyos y machaca a los que
entienden son sus enemigos. El señor Villanueva que de estas cosas debe
entender, sabe perfectamente que los hechos que se han juzgado y probado nada
tienen que ver con lo que investigaba Garzón cuando prevaricó, no es el “qué” lo
que se condena sino el “como”.
La
sentencia lo deja meridianamente claro, el condenado Garzón laminó el derecho
de defensa y ordenó intervenir las comunicaciones entre los imputados por el
“Caso Gürtel” y sus abogados y no lo hizo en un caso puntual, sino que ordenó
se intervinieran todas las comunicaciones a sabiendas que eso no le estaba
permitido y que lo que ordenaba no era una actuación puntual y que cumpliera
con los requisitos mínimos que establece la Ley.
Y observó conductas que la sentencia no duda en calificar como propias de
regímenes totalitarios, pues dañó de manera absoluta la confidencialidad de las comunicaciones entre defensa e imputados y
dice más el Tribunal “La resolución es injusta, en tanto que
arbitrariamente restringe sustancialmente el derecho de defensa de los
imputados en prisión, sin razón alguna que pudiera resultar mínimamente
aceptable” o que “No es posible construir un proceso justo si elimina
totalmente el derecho de defensa, de forma que las posibles restricciones deben
estar especialmente justificadas".
Y en
realidad de eso es de lo que se trata, de la lucha de dos paradigmas morales. Por una
parte la izquierda española que entiende que el fin justifica los medios - si
son ellos los que se saltan a la torera las normas - y los que creemos que eso
no es cierto y que nadie, sea juez o bombero paracaidista, puede saltarse la
ley y salir con bien del asunto. Da grima ver al periódico El País que en el
año 1995 cuando Garzón arremetió contra la trama de los GAL, decían “Ningún
fin justifica pasar por encima de los procedimientos” y que ahora - lo que son las
cosas, -defiende la tesis que “el fin justifica los medios” en un editorial en
el que dicen sin sonrojo alguno que: "La hipótesis de impedir el delito
explica la actuación de Garzón en un caso de delincuencia organizada, con
abundantes medios para burlar la ley, incluida la posible complicidad de
abogados bien remunerados”
Y ya
está, en 1995 se escandalizaban y condenaban a un juez por su falta de respeto a las
normas que escarbaba en los “papeles del Cesid” y ahora lo defienden
porque se ha saltado a la torera las mismas normas, pero como lo hizo en un
caso que puede perjudicar al PP, la cosa es bien distinta al menos para ellos.
Dolerme también de que en este país un presunto líder político, me refiero a Gaspar
Llamazares, pueda decir que no acata ni respeta la sentencia y nadie le vaya a
decir nada, que eso en cualquier país serio le iba a costar un disgusto. Bueno
no le costaría nada, porque en un país de verdad la izquierda española se hubiera
cuidado muy mucho de decir lo que ayer y hoy están diciendo. No podía faltar al
aquelarre el ex Fiscal Anticorrupción Sr. Villarejo que se atrevió a afirmar
que los corruptos habían condenado a Garzón, espero que la Fiscalía actúe de
oficio.
Aunque
una cosa está muy clara, ver como los que defienden a Castro y su sangrienta
dictadura, los que organizan homenajes al asesino de Paracuellos, los que
llamaron “hombre de paz” al etarra Otegui, los que permitieron que Ternera
presidiera la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco, los que
pretenden habilitar fondos para que los asesinos sean indemnizados, son los
mismos que defienden a Garzón, me dice bien a las claras de qué va este negocio
y de qué parte está la razón y sobre todo la justicia
Se ha
condenado a Garzón con todas las garantías jurídicas, nadie ha intervenido sus
comunicaciones con su abogado defensor, ha recusado incansable a multitud de magistrados,
el juicio se ha celebrado de forma pública y abierta, aunque estaba bien claro
que de ser cierto que, efectivamente había ordenado las escuchas, iba a ser
condenado. Por mucho que le moleste a la izquierda, el fin no justifica los
medios.
Irremediablemente,
ayer me tuve que acordar del cántaro roto y de la fuente tantas veces visitada por
Garzón, que tiene dos procesos más en marcha y de los que se ha librado, que de
eso se podría hablar largo y tendido. Y recordando la fuente, recordé también el
refrán que tiene por protagonista a San Martín de Tours, aquel santo al que se
le conoce fundamentalmente por dos cuestiones, porque en el día de su festividad tradicionalmente
en la España rural se lleva a cabo la
matanza y porque cuenta la leyenda que yendo a caballo encontró a un pobre
aterido por el frío que mendigaba en un cruce de caminos y compadecido de su
situación con la espada cortó su capa por la mitad y le dio una parte al
mendigo para que se abrigara. Una buena acción a la que mi padre siempre opuso
una pega, decía mi padre en tono irónico “se nota que el santo era francés,
si hubiera sido español le hubiera dado la capa entera”.
Ayer
fue un día muy satisfactorio, el más alto tribunal español demostró bien a las
claras que el fin no justifica los medios, lo explicó con claridad en su
sentencia afirmando que “La justicia obtenida a cualquier precio termina no
siendo Justicia". Con eso nos tenemos que quedar, bueno con eso y con el deseo que la Fiscalía
del Supremo les siente las costuras a todos esos bocazas que han injuriado e
insultado a la dignidad del tribunal y los Magistrados, otra cosa no debiera suceder.
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Garzon ha sido expulsado de la magistratura por su comportamiento, la sentencia deja claro que Garzon ha delinquido , que utilizo medios impropios de un estado de derecho para sus fines y por tanto no merece ser juez
ResponderEliminarQue se de con un canto en los dientes, en cualquier otro país iba derecho a la cárcel y desde luego perdía su condición de abogado del tirón
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com/
Sr. Miguel Rives, muy logrado su escrito, sigo pensando en que debía usted simplificar, demasiados largos sus comentarios.El mío .Los incalificables comentarios de Garzón ante la sentencia del TS , no hacen si no confirmar, que éste juez había perdido el sentido de la legalidad en la investigación judicial. La airada , amenazante e intransigente postura de Garzón le auto define como un juez endiosado de sí mismo , al servicio de intereses políticos y que no acata la decisión unánime por siete votos de siete del TS, en el cual conviven también algunos jueces de los denominados de izquierdas. Afortunadamente ha prevalecido el sentido de la justicia de un estado de derecho.España es hoy , un poco mas fiable como país con garantías judiciales . En cuanto a la estupidez de LLamazares, sin comentarios.
ResponderEliminarFuego.