Rajoy anunciando nuestro objetivo de déficit para el 2012
Resulta una
realidad palmaria que el gobierno de Mariano Rajoy tomó la iniciativa en el
minuto uno de esta legislatura y sigue manteniéndola con una firmeza que
sorprende a propios y extraños. El PSOE cometió el error de creer su propaganda
y decidieron que se iban a encontrar con el Rajoy que ellos habían “construido”
y llevaban vendiendo durante mucho tiempo. Un hombre irresoluto, incapaz de
tomar decisiones, poco amigo de trabajar y al que no le gustaba hacer frente a
los problemas; en definitiva un líder débil al que resultaría muy sencillo
echarle la gente a la calle para someterlo a través de la presión de las
algaradas.
Desde luego
resulta una suerte de justicia poética que el PSOE haya caído en sus propias
redes, creyeron en lo que vendían y huérfanos de ideas y sobre todo de
argumentos tras el desastroso balance de su paso por Moncloa, fiaron a la fuerza lo que las ideas
no les podían dar. Y se han equivocado gravemente, Rajoy tomó decididamente la
iniciativa y los lleva a remolque de sus decisiones sin que puedan hacer otra
cosa que intentar reaccionar ante el enorme impulso reformista de este gobierno
y su inmensa capacidad de trabajo.
Todo el mundo
sabe, al menos los que están metidos en estas cosas, que la política reactiva
lleva indefectiblemente al fracaso y en esa política está toda la izquierda
parlamentaria que no sabe por donde hincarle el diente a ese Rajoy, que lo que
son las cosas, nada tiene que ver con el que ellos habían construido y que
incansable y en poco más de sesenta días ha llevado a cabo una serie de
reformas profundas, que afectan a la propia estructura del Estado, pero también
al mercado laboral, a la Justicia, Educación, al sector financiero y sobre
todas las cosas ha cambiado el tono de nuestras relaciones internacionales y
recuperado la credibilidad para nuestro país.
En apenas dos
meses ha hecho muchas más cosas que el PSOE en casi ocho años, esa es una
cuestión cuya veracidad empiezan a reconocer muchos dirigentes del PSOE, que
ven con amargura como el PP toma decisiones sobre temas tan sensibles como la
dación en pago o el sueldo de los
banqueros y que el PSOE en su momento no se atrevió a afrontar.
Es
precisamente este cambio en lo doméstico pero también en el plano
internacional, ese profundo cambio, al que antes me refería en nuestras
relaciones con la UE, pero también con Francia, Alemania y el resto de nuestros
socios europeos al que hay que sumar el cambio copernicano de la actitud de los
Estados Unidos para con nuestra política, el que ha permitido a Rajoy anunciar
que el recorte del déficit que establece su gobierno, desde el realismo de las
cifras, quedará este año en el 5,8% y no en el 4,4% que acordó Zapatero – conviene
recordarlo – y que resulta un objetivo a todas luces indeseable porque cuando
el gobierno socialista de Zapatero acordó esa cifra, decidió que este año
nuestra economía iba a crecer y que el déficit del 2011 quedaría en el 6%.
Como sea que
las dos cuestiones se han demostrado
falsas y son producto de los cuentos de hadas inventados en Ferraz, Rajoy
haciendo uso del rigor y la eficacia ha planteado un sistema que nos llevará a
lo que exige Europa a sus socios, que no es otra cosa que los déficits estén
como máximo en el 3% a la finalización del ejercicio del 2013 y a la vez
permitirá dar un poco de oxígeno a los ciudadanos españoles, a su economía y a
la del conjunto de la nación a lo largo de este año.
Lo ha hecho
con una decisión y una independencia, que ha cerrado la boca a la oposición y a
sus argumentarios de cartón piedra. Decía Rajoy tras anunciar esa decisión que “El déficit que va a nuestros Presupuestos
no se lo voy a contar a los presidentes ni a los jefes de Estado, ni tengo por
qué hacerlo. Es una decisión soberana que tomamos los españoles (...). A la
Comisión se lo contaré en el mes de abril", y eso lo manifestó en una
rueda de prensa llevada a cabo durante la cumbre europea, para que quién
quisiera escuchar lo hiciera desde la cercanía geográfica.
De tal manera,
que Rubalcaba cogido por sorpresa, no ha tenido más remedio que decir con la
boca chica, eso es muy cierto, pero ha dicho que apoyará la decisión de Rajoy.
Aunque sepa que con esta decisión los populares han hecho trizas la inmensa
mayoría de los argumentos que han estado vendiendo en la calle los socialistas,
Rubalcaba no tiene más remedio que alinearse una vez más con la decisión de
Rajoy.
Y se me dirá
como me decía un amable lector de ideología zurda que a mí es que me parece bien
todo lo que hacen los del PP, y eso no es cierto, lo que sucede que para
encontrarlo todo mal ya está El País, Público (digital), la SER, el Periódico,
La Sexta, Telecinco… y yo me limito a constatar lo que me parece bien, pero
miren ustedes por donde, resulta que conmigo opina lo mismo la mayoría de los
españoles.
Porque
precisamente hoy El País publica una encuesta en la que se nos dice que el
Partido Popular sigue subiendo en sus expectativas a pesar de las reformas y
pasa del 44,6% obtenido el pasado 20N al
46,3% en este mes de marzo. Por el contrario Rubalcaba y el PSOE siguen
cayendo. A pesar de haber cosechado el mayor fracaso electoral de su historia,
pese a que el suelo socialista está muy bajo, el PSOE sigue perdiendo votantes.
Si hoy se llevaran a cabo las elecciones, El País nos dice que pasarían del
28,7% a un paupérrimo 24,9%. Y ya puestos a darle el domingo a Ferraz, el
rotativo de referencia de la izquierda progre señala que los populares
mantienen la fidelidad de sus votantes que apoyan sin fisuras medidas tan duras
como la Reforma Laboral.
Por lo tanto,
a pesar de la propaganda, la agitación, las algaradas, la hipocresía del PSOE y
de sus adláteres UGT y CC.OO, que de golpe han descubierto que son los
defensores de la clase obrera y del empleo tras ocho años de oportuna amnesia,
la realidad no ha cambiado: El pueblo español eligió a Rajoy para que hiciera
lo que está haciendo, y por eso lo premia dándole su confianza, a pesar de las
medidas tan duras e impopulares que se
han tenido que tomar, porque los españoles en su mayoría saben que el
responsable de todo lo que sucede es el PSOE y por eso sigue castigándolo.
Dije hace unos
días que a Rubalcaba parecía que lo hubiera mirado un tuerto, el día a día
demuestra que lo tienen que haber mirado muchos más. Con la derrota andaluza en
puertas, teniendo que hacer campaña a favor de un enemigo, Griñán, con el PSOE
dividido - ahí están Andalucía, Cataluña y Madrid para demostrarlo - sin ideas y lo que es peor,
con un equipo incapaz de producirlas, con los barones regionales muy inquietos y sobre todo con los anuncios
“marianistas” que día a día lo machaca
con nuevos reformas y realidades, a Rubalcaba sólo le queda el recurso de la
agitación callejera en sus manos y
tampoco le conviene mantenerla en el tiempo, porque por una parte sabe
que puede volverse contra él y por otra porque Mariano Rajoy ha manifestado,
que el pulso callejero no le va a hacer cambiar ninguna de sus decisiones.
A Ferraz sólo
le queda que rezar a quién recen los socialistas, para que aquel Rajoy que
construyeron aparezca de nuevo y eso no parece que vaya a producirse.
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Absolutamente de acuerdo y mi felicitacion por este articulo, tan excepcionalmente escrito!
ResponderEliminarMe parece espectacular tenerlo como Presidente, y a la gente le diria que tuviera un poquito de paciencia y veran resultados.Y al Sr. Rubalcaba, (no se si es Sr.), lo que le pedieria es que sea por lo menos una vez en su puñetera vida honesto, aunque dudo que sepa lo que es.
ResponderEliminarPaciencia tenemos.
ResponderEliminarAhora bien si pasados los 100 dias de gracia Rajoy sigue haciendo el melindres la cosa cambiara.
Había que echar al psoe como fuera, pero de eso a comulgar con ruedas de molino va un trecho
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com/
¡¡¡¡Fascistas, seguro que no lo publicaréis con la puta censura!!!
ResponderEliminarLo he publicado para que todos puedan ver la pobreza de tus argumentos, si no sabes hacer otra cosa que insultar, no tienes nada que hacer en este blog. Por tanto o varías tu manera de expresarte o no te voy a publicar nada más. Espabila
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