Los pacíficos manifestantes...
Como ya
comentaba el otro día, tengo, no sé yo si lectores, pero sí corresponsales que
en su afán por cuidar de mi salud psíquica – yo supongo que les preocupa
bastante más la suya – me advierten con frecuencia que sufro de una obsesión
que me impele a criticar al PSOE en particular y a la “izquierda” en general,
de manera patológica y en su opinión, totalmente injustificada.
Así que
llevaba un par de días leyendo la prensa, he de confesar que leo bastante
prensa, incluyendo en ese concepto a El Plural y a Público y lo he hecho
procurando rebajar mi nivel crítico y esa acritud e intolerancia de la que se
me acusa, aunque me parece que ha sido peor el remedio que la enfermedad. Ver,
escuchar o leer al señor Griñán pontificando sobre la honradez, austeridad, rigor
y eficacia de la labor de la Junta de Andalucía, me remueve los centros, pero
¡qué se le va a hacer! ya sabemos que los justiciables pueden mentir en uso de
su legítimo derecho de defensa y hay que considerar que Griñán está siendo
juzgado y el día 25 le va a sentenciar el conjunto de los ciudadanos andaluces. Así que pelillos a la mar.
Escuchar
al señor Rubalcaba como condena el copago en sanidad y soportar que lo haga
desde una postura tan acerba, cuando aquí todo el que tenga memoria recordará
que el PSOE y sus gentes han defendido esa posibilidad y tampoco hace tanto
tiempo; que bien se encargaron en su momento defender esta cuestión gente tan
señalada dentro del PSOE como Jáuregui, Trinidad Jiménez o Pajín entre otros,
me sube la tensión, pero me había empeñado en mantener la serenidad y al fin y a la postre todos sabemos que
Rubalcaba no tiene argumento alguno para hacer una oposición seria a este
Gobierno y por tanto tiene que limitarse a manejar mentiras, medias verdades y
demagogias varias, así es la vida y así también es el PSOE, para qué va uno a enfadarse.
Ya les
digo, llevaba unos días con una especie de filtro puesto, con la intención que
éste frenara mi repulsa ante los modos y maneras de esta izquierda, por
llamarlos de alguna manera, que nos ha tocado en suerte y que sigue instalada
en la misma postura que tenía en aquel no tan lejano octubre de 1934, en el que,
incapaces de asumir una derrota electoral, dieron un golpe de estado, fallido,
pero golpe de estado, contra el democrático gobierno de la República.
Pero me
ha resultado imposible, de eso se encargaron ayer los diputados del PSOE, IU,
ERC que pertenecen a la Comisión de Interior del Congreso, ante la que ayer comparecía
el ministro del ramo para dar las explicaciones pertinentes sobre la actuación
policial en los sucesos ocurridos el pasado mes de febrero en Valencia. Jorge
Fernández Díaz manifestó ante la comisión que “Del expediente informativo abierto por la Delegada del Gobierno se
concluye que no existen elementos para incoar actuaciones contra ningún miembro
de la Policía y así voy a actuar como ministro” ahí ya empezaron los “zurdos”
a mostrar su disconformidad. Natural, me dirá alguno y he de confesar que sí,
que para que vamos a pedirle peras al olmo. Tratándose de la policía y gobernando
la derecha, la izquierda arremete de manera automática contras los agentes
ocurra lo que haya ocurrido.
El
ministro continuó afirmando que los agentes de la Policía Nacional habían sido
agredidos en distintas ocasiones por “grupos de encapuchados que portaban piedras
y botellas de cristal”, que lanzaron contra los policías, hiriendo a varios
de ellos y también a viandantes, ante estas declaraciones que constituían una
provocación inaceptable, no se puede aceptar que la derecha contradiga las afirmaciones
que hace la izquierda y además al
ministro - que si hubiera justicia en este país, debería ser cesado de
inmediato - no se le ocurrió otra cosa que afirmar que “si todos los ciudadanos tienen reconocido el derecho a presunción de
inocencia, también debe ser así en el caso de los funcionarios de Policía”
Y claro,
estas cosas no se pueden permitir, sólo a un fascista peligroso se le puede
ocurrir el disparate de poner en pie de igualdad a los policías, represores,
sanguinarios y violentos, con esos ciudadanos progresistas, democráticos, pacíficos
y respetuosos, que se limitaban a defender sus derechos. Por mucho que se
empeñe el ministro - que es un facha reconocido y un meapilas insoportable - en
intentar justificar lo injustificable, lo cierto es que la policía atacó con
saña a unos pacíficos manifestantes. Lo de los insultos, las agresiones, las
pedradas y los botellazos, son detalles sin importancia que no pueden hacernos
olvidar la durísima represión llevada a cabo por la Policía en las tiernas
carnes de unos menores ni apartarnos de lo verdaderamente importante, que no es otra cosa que la defensa a ultranza que
estaban realizando esos heroicos ciudadanos de la calidad de la enseñanza pública,
cuando fueron brutalmente agredidos por los sicarios policiales.
Y al
pobre ministro, que debía ir sobrado de buenas intenciones, digo yo, pero
seguro que de ésta ya ha aprendido, en su ingenuidad se le ocurrió ofrecer la
posibilidad de que los Diputados de la Comisión pudieran visionar un vídeo que
recogía las agresiones sufridas por los agentes de la Policía Nacional. ¡Para
qué fue aquello! Indignados, los representantes de la izquierda plural,
progresista y democrática se negaron a ello y le dijeron a Jorge Fernández que no
era necesario porque por cada vídeo que presentase Interior había decenas en
las redes sociales mostrando la supuesta "brutalidad policial".
Y se
quedaron tan tranquilos. A la izquierda de este país no le interesa para nada
la verdad o al menos las versión de los demás. Dueños de la verdad absoluta, lo
que ellos afirman va a misa y si hay un vídeo que puede contradecirles se
niegan a visionarlo y aquí se acabó el problema. Así que siendo juez y parte
decidieron hace ya mucho tiempo, seguro que antes de que se produjera la
primera manifestación, que lo que sucediera en Valencia sería por causa de la “brutalidad
policial” y no va a ser un vídeo de Interior el que les haga cambiar de opinión.
La
tarde dio para todo, entre otros asuntos para que el ministro, hablando de
primaveras, le diera en la boca con la “primavera de Praga” al diputado
comunista Ricardo Sixto, pero el momento culminante de la tarde llegó con la
intervención del diputado de ERC Joan Tardà i Coma, que afirmó indignado, con
voz entrecortada por la emoción y ademán trágico que hubiera aplaudido la propia
Margarita Xirgu, que no se podía permitir que se repitieran escenas como la de
un joven esposado conducido por la policía, “porque
cuando la Policía esposa a un joven, se esposa a la Democracia” y se quedó
tan tranquilo.
Escuchar
a un Catedrático de Instituto verter semejante parida en el Congreso de los
Diputados y que hubiera quien aplaudiera semejante cancaburrada, da medida de
lo que podemos esperar de esta izquierda que está a lo que está, pero a la que
el interés general y el porvenir de España y los españoles les importan un
ardite y eso ya me parece decir mucho. Estas gentes tienen la suerte de pertenecer a la izquierda
y por tanto disfrutan del extraño fenómeno o virtud, de la infalibilidad, cierto
es que comparten ese fenómeno con el Papa, por eso están en lo de cargarse a la
Iglesia Católica, pero ellos no pueden equivocarse y si la realidad les
contradice, la ignoran y aquí se acabó el problema.
Tengo
que agradecerles una cuestión, me han liberado de cualquier duda que pudiera
tener sobre mis obsesiones patológicas. Ítem más, seguro que Jorge Fernández
Díaz salió de allí convencido de que con esta gente no merece la pena perder el
tiempo dando explicaciones. Supongo que eso valdrá para que el 29, día de la
huelga general, la Policía sin complejos, de manera profesional, evite la acción
de los violentos y ponga a disposición judicial a los que no dudarán en emplear
la coacción para evitar que los españoles que quieran trabajar, lo hagan. No
hay mal que por bien no venga…
|
Cierto es que da coraje, Miguel, pero a ellos la tension no les sube para nada, sueltan cuatro burradas gritando y se quedan tan tranquilos, después van a tomar un vino junto y todo son sonrisas. Así que desahogua la tuya "poniéndolos a caer de un burro" que cada día lo haces mejor y yo disfruto leyéndote.
ResponderEliminarSaludos.
Me río yo de la brutalidad policial a la que dicen se ven sometidos los jóvenes "pacifistas", puesto que creo que más cuero le deberían haber dado.Tengo veinte años y a mi ese rollo del pacifismo y todos unidos por la paz y el amor mundial me produce arcadas, está claro que lo único que quieren es echar mierda, con perdón.Ya es hora de que se ponga orden en esta sociedad, creo haber leído que los policías que hicieron su trabajo no han recibido represalias por ello, y es como debe ser porque tan solo hicieron lo correcto.Un saludo desde Tenerife.
ResponderEliminar