Los "defensores" de nuestros derechos
Resulta
sorprendente la cantidad de información que recibimos los ciudadanos, la
televisión, la radio, la prensa escrita, las redes sociales, internet y algún
otro procedimiento que se me olvidará nos ponen en contacto con miles de
noticias todos los días, por tanto pudiera parecer que el ciudadano actual es
el mejor informado de la historia. No sé yo si esta idea es absolutamente
cierta, ciertamente recibimos muchísima información, cosa distinta es si
estamos bien informados.
El
proemio viene a cuento porque ayer me tropecé con una noticia que contradecía
frontalmente la información que sobre la Sanidad pública española tenía. Desde
hace unos cuantos años se nos ha hecho llegar a todos la idea de que
disfrutábamos de una sanidad de primera categoría que era la envidia de nuestro
entorno. Para que quede claro, teníamos una sanidad que jugaba en champions y
ahora resulta que, lo que son las cosas, no es cierto.
De
acuerdo con el estudio llevado a cabo por el Health Consumer Powerhouse, una
prestigiosa entidad radicada en Bruselas, que se dedica al estudio y análisis
de la sanidad, la nuestra se encuentra situada en el puesto 22 de entre los 32
países europeos incluidos en el Health Consumer Index 2009, el principal estudio
sobre la sanidad realizado por una entidad independiente europea. Nuestra
sanidad está por detrás de los sistemas públicos sanitarios de potencias mundiales tales como Portugal, Chipre
o Estonia, sólo obtenemos 630 puntos de los 1000 posibles y estamos muy
alejados de los 863 puntos de Holanda, que es la que merece la mejor calificación.
Los
datos me han dejado boquiabierto, supongo que a ustedes les sucederá algo
parecido. No es que tuviera una gran opinión del servicio sanitario, pero como
siempre he escuchado el discurso que sostenía la extrema bondad y calidad de
nuestro sistema público de salud, al final uno tiende a pensar que es el
ciudadano el que, falto de perspectiva, se equivoca. Pues no es así y conste
que el estudio de marras coincide con los datos que ofrece el Observatorio
Europeo de la Salud, un organismo dependiente de la UE y que analiza nuestra
sanidad de acuerdo a los datos que del
año 2010.
Tras la
sorpresa, la reflexión y es ahora precisamente, cuando infinidad de ciudadanos,
políticos, medios de comunicación independientes, pero también los dependientes,
los sesgados y los decididamente sectarios se están rasgando las vestiduras para
seguidamente vestirse de saco, colocarse el cilicio y cubrir de cenizas su
cabeza a cuenta del recorte en sanidad que, dicen, provocará una brutal
reducción en la calidad del servicio, es ahora cuando tengo que expresar una reflexión.
Desde
el terreno de la lógica nada ni nadie puede perder lo que no tiene, por tanto
todo el escándalo suscitado a cuenta del recorte de 7.000 millones de euros en
Sanidad y 3.000 en Educación resulta que está profundamente injustificado. No
vamos a perder calidad en el servicio simplemente porque no disfrutábamos de ella.
¿Qué se puede empeorar?, pues desde el terreno de la lógica es posible, pero se
me antoja que resultaría extremadamente difícil.
Si en
Educación tenemos claro que obtenemos unos resultados horrorosos que nos
colocan en la cola de Europa – Pisa dixit - y parece que a nadie sorprendiera
que pagáramos tanto por un resultado tan atroz, cabe pensar ahora lo mismo de
la Sanidad. No es tuviéramos que pagar mucho porque era muy buena, simplemente,
como en Educación, pagábamos de más, por un servicio extremadamente malo.
Si
resulta que en España, que somos muy flamencos, muy cachondos, éramos pobres y
ahora somos muy pobres, pero de siempre hemos actuado como si fuéramos ricos, España y yo somos así señora, que dijo
el vate, resulta que la educación pública cosecha unas cifras de fracaso
espantosas, si aceptamos con total naturalidad que el concepto de formación
profesional –salvo excepciones- resulta
un execrable oxímoron, si entre las 200 mejores universidades de este mundo no
se encuentra ninguna de nuestro país, quizás habría que haberse preguntado
mucho antes si el sistema simplemente era malo y caro.
Lo mismo
pasa con la sanidad pública, en la que el despilfarro autonómico es tan visible
que de aplicarse una de las medidas que propone el gobierno, la de la creación
de una plataforma de compras centralizada en lugar de las diecisiete
existentes, ese cambio simple, casi menor y aséptico como corresponde al ámbito
sanitario, supondría un ahorro de 700 millones de euros a los bolsillos de los
contribuyentes, lo que demuestra que la situación de despilfarro es tan
evidente que, sin conocer los datos del Health Consumer Powerhouse, teníamos ya
pistas muy evidentes que una cosa es “recortar derechos” como sostienen algunos
y otra muy distinta normalizar y rentabilizar los gastos.
Si los
docentes de la educación pública son los que más cobran y menos horas lectivas
imparten y a eso se añade que presentan los peores resultados, habrá que
preguntarse si no estamos pagando de más por un servicio que no lo merece. Por
tanto la propuesta de elevar las ratios alumnos /profesor y exigirles que
impartan más horas lectivas no constituye a mi parecer ningún recorte a una
calidad inexistente sino una medida que busca la mejor utilización del dinero
público, es decir del nuestro.
Habrá
que cuidar en evitar caer en las trampas saduceas que nos colocan a los
ciudadanos que tendemos a pecar de exceso de buena fe. Ya sabemos que quiénes
ahora lloran por los recortes y las pérdidas de derechos, son precisamente los
creadores de estos fracasos estrepitosos, a los que naturalmente no les
interesa que los datos lleguen sin la correspondiente carga de manipulación a
la opinión pública. Son los mismos que han gastado sin medida nuestro dinero y
cuando acabaron con él, nos endeudaron para seguir viviendo del cuento y el
despilfarro.
Hay que
recortar y hay que hacerlo porque el PSOE nos endeudó muy por encima de
nuestras posibilidades, por tanto hay que recortar inexcusablemente, pero no
confundamos recortes con lo que es simplemente una normalización del gasto.
Vamos a pagar lo que sea justo y vamos a emplear el dinero que sea necesario para
asegurar la Sanidad y la Educación, pero hay que buscar los procedimientos que permitan
rentabilizar al máximo nuestro dinero. Simplemente estamos obligados a reducir
el gasto y hacerlo más eficaz.
Estamos
muy mal de dinero, se recauda poco y hay que pagar mucho, hay que
calibrar cada euro que se gaste, entre esos euros están los que dedicamos a
nuestra sanidad, que resulta que no es tan buena como se nos decía y la
educación que es un desastre terrible, empleemos pues el dinero necesario, pero
ni un céntimo más.
Ese es
el camino, desgraciadamente no hay otro. No podemos sufrir pérdidas en la
calidad de estos servicios porque, miren ustedes lo que son las cosas, ahora
nos enteramos que hemos pagado muchísimo por un servicio que vale la mitad de
lo que cuesta.
Tengo
mis dudas, pero a ver si somos capaces de hacer bueno eso tan viejo de “una para
ver y otra para aprender”.
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cuantos hospitales "mandados" por ineptos que han almacenado en sus sotanos muy buenos instrumentos para quirofanos, consultas, etc. sin personal que supiera utilizarlos, solo porque el mandamas de turno tenía un amigo que le daba una sabrosa comisión y como esto mil cosas mas
ResponderEliminarEfectivamente Maricarmen el capítulo de compras no justificadas está lleno de ejemplos que dan vergüenza. Hay mucha gente que se ha "beneficiado" de esas compras.
ResponderEliminarGracias a tu post, he logrado mi tarea
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