Llega el buitre togado

Garzón, el prevaricador inhabilitado, ha decidido salvarnos de la corrupción

Como éramos pocos parió la abuela. Debe ser eso o que a los creadores del “Caso Bárcenas” les parece que el escándalo estaba perdiendo tensión mediática o simplemente porque era el momento procesal oportuno. Será por cualquiera de estas causas, por las tres a la vez, o por otras que desconozco, pero lo cierto es, que sin previo aviso para que nos pudiéramos preparar o siquiera buscar refugio, se nos ha venido encima la ínclita figura de D. Baltasar, no vayan a pensar mal, no tengo nada contra los Reyes Magos, por desgracia quien ha venido a visitarnos no es el moreno de los Magos de Oriente, sino el ilustre prevaricador D. Baltasar Garzón.

Garzón, como hacen los buitres, se ha acercado a estos lares al olor de la carroña. Sabido es que en España habitan cuatros especies de buitres: el quebrantahuesos, el negro, el alimoche y el leonado, ahora gracias a Garzón contamos en España con una nueva especie, la del buitre togado. Ave carroñera que a diferencia de sus hermanas no se alimenta de las reses y animales muertos que encuentran en el campo o en los “comederos” que se instalan a tal fin. No, a diferencia de ellos el buitre togado, carroñero distinguido y especializado, busca su alimento en los escándalos que puedan perjudicar al PP.

Hablaba antes de tensión mediática y para que nadie pueda dudar que la finalidad de la presencia de Garzón no es otra que animar el cotarro y de paso darle un repaso de chapa y pintura a su maltrecha figura, ahí está la SER, que puso a su disposición los medios necesarios y a Pepa Bueno que le hizo una entrevista suave, untuosa y extremadamente cómoda, para que el ex magistrado pudiera lucirse con la máxima colaboración de la periodista. Una profesional que, cuando quiere, exhibe un instinto periodístico de primera magnitud, pero que esta vez quedó en cariñosa colaboradora del inhabilitado Garzón, enseñándole en ocasiones la puntita de la muleta para guiar al entrevistado cuando éste se iba del tema; que es lo que tiene hacer periodismo de trinchera.

¿Y qué fue lo que nos dijo el amigo Baltasar?, ustedes sabrán perdonar lo de amigo, que simplemente es una forma de hablar. No vayan a creer que la intervención garzonita dio para mucho, dijo lo que de él se esperaba, la entrevista fue fácil, cariñosa, facilona, pero encorsetada y se movió claramente en los límites de un guión prefabricado en el que el juez prevaricador para unos - entre los que hay que contar al Tribunal Supremo - y para otros, la última víctima del franquismo, abatido por el poder omnímodo de la derechona; manifestó algo tan original y sorprendente como que, esto ya se veía venir, que él ya lo había avisado, que los papeles tenían consistencia y que Trías Sagnier era un valiente y además amigo suyo.

Pero vayamos por partes, como dijo profético, aquel enemigo de Eurovegas, para entendernos, nuestro viejo conocido Jack el Destripador. Sí hubo un asunto que me llamó la atención, afirmó Baltasar con su mejor cara de niño bueno, que se le había acusado de tener que ver con los papeles de “Barcenas” y su filtración y lo negó de plano, no rotundamente porque no hubo nada rotundo en ese suave y cariñoso ejercicio periodístico que llevó a cabo Pepa Bueno, pero lo negó.

Y yo que quieren, sin querer me acordé de inmediato del viejo aforismo latino, ya saben el que reza, “Excusatio non petita, accusatio manifesta” de verdad que no lo pude evitar. No sé si la afirmación de Garzón se debe tanto a lo que recoge el latinajo o simplemente responde a ese amor por la notoriedad y el protagonismo que adorna la maltrecha figura de nuestro prevaricador.

Hablaba el otro día del Trío los Panchos y hoy se me viene a la mente sin remedio otro trío, el trío de la bencina. Ya ven ustedes lo que son las cosas que ya tenemos a los tres en íntima comunión trabajando unívocamente en una dirección clarísima. Ahí tenemos al trío, al menos por ahora, Bárcenas, Trías Sagnier y Garzón. Tres hombres unidos por una intrincada red de relaciones personales y de colaboraciones profesionales. Bárcenas y Jorge Trías son amigos, de hecho Trías ha manifestado que gracias a una oscura intervención, que él mismo se adjudica, evitó el procesamiento de la mujer de Barcenas en el Caso Gürtel, gracias a unas maniobras que no sé yo como se atreve a hacerlas públicas porque dicen muy poco de su ética profesional.

Así que Trías es amigo de Bárcenas, pero también lo es de Garzón, de hecho Trías fue abogado defensor de Garzón, así que la existencia de relación entre los tres está bien clara. Un grupito de personas unidas por sus intereses y por la amistad. Quizás alguien ante esta reflexión recuerde aquello tan viejo de que “los amigos de mis amigos son mis amigos”, yo recuerdo haberla escuchado de pequeño en una película de gánsters ¿Es Garzón amigo de Bárcenas?, no me consta pero que tiene una relación, al menos indirecta, a través de Trías está muy claro.

Así que ya saben, por un lado Bárcenas al que no voy a calificar, porque él solo se ha ocupado de ello, Trías Sagnier en un papel francamente vergonzante y para finalizar un individuo al que le han calzado una inhabilitación de once años por prevaricador. Esos son las almas buenas que denuncian a los corruptos y afirman nos van a salvar de esa lacra. Si esos son los justicieros en los que se apoya la campaña del PSOE y los que pretenden ser los luchadores contra la corrupción, es que alguien nos ha tomado por tontos.

Vamos, digo yo.

Comentarios

  1. Jajaja.. Veo amigo Miguel, este no es santo de tu devoción..
    Un saludo.
    elperroverde

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  2. La verdad es que no, no es santo de mi devoción, es más no lo trago. No me gusta nada como ha actuado toda su vida. Saludos.

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  3. Hubo una época que fue un buez Juez, pero la politica, la soberbia y el ego, lo llevaron al lado oscuro. Una buena leccion para que ningun otro Magistrado se crea omnipotente.

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