El paraíso de UGT y CC.OO. está en Andalucía
Estos dos ¿sabían o no sabían lo de los ERES? |
Habrá quien tras leer el título haya pensado de manera
automática que Andalucía es un paraíso no sólo para los sindicatos oficialistas
de este país. Efectivamente hay que reconocer que esa parte de España, por sus
especiales características, constituye un verdadero paraíso para cualquiera que
la conozca medianamente bien.
No me refiero a ese tipo de paraíso cuando señalo que éste
se encuentra en Andalucía para UGT y CC.OO., cuyos dirigentes y
cuadros han conseguido vivir como curas, pero de los de la Navarra de antes de
la guerra civil, en esa autonomía. Nada menos que con trescientos noventa y
cinco millones obsequió la Junta de Andalucía a UGT y CCOO durante la etapa de
los ERE, es decir entre 2001 y 2010; trescientos treinta y ocho en subvenciones
públicas a las que hay que sumar casi cincuenta y siete millones adjudicados
directamente desde los presupuestos de la comunidad autónoma que - lo que son las cosas de la vida - menos
invierte en nuestro país en la educación de sus jóvenes.
¿Tan importante es la actuación de UGT y CC.OO en Andalucía
que justifique esa extraordinaria cifra?, pues habrá que decir que no, es más
podría decirse que la actuación reivindicativa de los sindicatos oficialistas
curiosamente resulta muy rara en esa parte de nuestro territorio nacional. Quizás
por ello, allí se puedan cerrar camas de hospitales pertenecientes a la sanidad
pública sin que se escuche siquiera un suspiro sindicalista.
Será precisamente
porque “los sindicatos” andarán muy ocupados contando una y otra vez los trescientos
noventa y cinco millones y naturalmente las treinta monedas de plata que los
acompañan, lo que motiva que no se
organicen protestas, huelgas o manifestaciones para “salvar” a la sanidad
pública, tal y como sucede en Madrid.
Cabe preguntarse si es por esa motivadora razón que los sindicatos
UGT y CC.OO no han siquiera resollado mientras la Junta de Andalucía
privatizaba la gestión de unos cuantos hospitales públicos y aquí, bueno por
mejor decir, allí no ha pasado nada.
Está muy claro que a la Junta de Andalucía que lleva en
manos socialistas año arriba, año abajo, desde el fin de la Reconquista, se le
podrá criticar por muchas cosas, asuntos como que los andaluces sufran el paro
más alto de la nación o que su cifra de fracaso escolar resulte espantosa.
Alguno habrá que signifique que hay pocas camas públicas en su sanidad si se
comparan con las existentes de la sanidad privada, o que los recortes en la sanidad
y la educación públicas han sido muy importantes desde hace mucho tiempo.
Los más tiquismiquis criticarán, el nepotismo o el amiguismo
que se produce en la administración pública andaluza y que supone una lacra
evidente en el seno de la res pública andaluza. Podría, alguno más atrevido que
la mayoría, señalar su extrañeza o curiosidad por el raro fenómeno que supone
que ante una realidad como la que observan, “los sindicatos” nada tengan que
decir y desde luego mucho menos que reivindicar.
Y desde luego es un fenómeno extraño, raro, raro, raro, que
algún ciudadano poco avisado podría entender se debe a la especial idiosincrasia
de los sindicalistas andaluces, que los lleva
por los caminos de la comprensión y colaboración, antes que por los de
la protesta, la reivindicación, la huelga, procedimientos tan feos, incómodos y…
sobre todo tan poco rentables.
Pues todo eso que señalo y que extraña a tanto
ciudadano de buena fe, se debe simplemente al arte que se da la Junta en la
tarea de “engrasar”, no los ejes de las carretas que van al Rocío, sino el afán
con el que se aplican en engrasar muy generosamente, con el dinero público que
es de todos, las voluntades de algunos.
UGT y CC.OO. viven en directo un escándalo de proporciones
mayúsculas en el que el dinero público dedicado a paliar las consecuencias del
paro se ha desviado a manos que no eran las de los parados y los sindicatos
permanecieron mudos y ojalá sólo fuera eso, porque ahora la Juez Alaya deja las
cosas muy claras cuando afirma en un
auto que los sindicatos CCOO y UGT, cobraron comisiones del dinero dedicado a
los parados "aunque no hubiesen
efectuado trabajo alguno", y prosigue la juez con su acusación afirmando
que éstos justificaban el cobro de un porcentaje de cada póliza "de forma
tan peregrina como la toma de datos, que poco interés podía tener para la
consultora pues luego debía repetirse por su carácter parcial e
incompleto"
La Junta de Andalucía muy probablemente no tenga ni idea de
cómo se administra honestamente el dinero público, pero de la utilización de
ese dinero, que sale de nuestros bolsillos, para crear una red clientelar puede dar un máster. Si se trata de engrasar
voluntades, la sapiencia del PSOE andaluz llega a alturas inconmensurables,
todos saben el inmenso chorro de dinero público dedicado a los medios de
comunicación afines, que glorifican la actuación socialista y justifican lo
injustificable cuando no hurtan la realidad a sus lectores, oyentes o
espectadores, todo ello a cambio de un dinero muy importante recibido a través
de generosas subvenciones.
Nadie puede ocultar ya, el enriquecimiento sorprendente de
familiares de responsables políticos, que se ha producido haciendo negocios con
la propia Junta, o la contratación en puestos de la administración de los “próximos”
al PSOE, la corrupción habida en personas muy cercanas a los círculos del poder
socialista, o lo bien que viven los “amigos”
del PSOE andaluz y sus familiares más cercanos.
Ahora nos topamos con el hecho de que presuntamente algunos
desalmados que estaban en la Junta de Andalucía se han enriquecido ilícitamente
manejando unos fondos públicos que tenían como destino paliar las terribles
consecuencias del paro en Andalucía, pero lo que resulta aberrante es que la
Juez que instruye ese cenagoso asunto pueda acusar de enriquecimiento ilícito,
no a algún golfo que militara en los tantas veces citados sindicatos, que
también, sino a CC.OO y UGT. como instituciones.
Han vivido muchos años en un paraíso mal habido que propiciaba
el dinero de los parados, han dado la espalda a sus principios y obligaciones.
Espero que las cañas se tornen lanzas y el paraíso se convierta en un infierno
y que en él ardan eternamente, pero que antes pasen una buena temporada en el
Penal de Puerto y si terminan allí, mucho ojito con los cursos de formación
para los internos, que en cuatro días se quedan con ellos.
casi 400 millones! que barbaridad! A la carcel del tiron los responsables! 20 000 mil millones en Suiza! Igualmente a la carcel!!! El que roba y es corrupto a la carcel incluso de la casa real! Todos yaaaaaa
ResponderEliminarNaturalmente amigo el que la hace que la pague, todos. Un abrazo y gracias por el comentario.
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