La increíble propuesta del Banco de España
El Banco de España |
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, decía la
letra de una canción. No la recuerdo muy bien y no tenía ningún mérito especial
salvo el de dejarme su maldito estribillo
clavado en mi memoria. En ese sentido debo reconocer que uno a veces piensa que
ya está de vuelta de casi todo, pero la cotidianidad se encarga de demostrarme
que eso no es así.
No hay experiencia que valga ante las ocurrencias de algunas
instituciones, que ya que no son capaces de darnos alegrías, han decidido
sorprendernos y así deben pensar que nos tienen si no contentos, al menos entretenidos.
Lleva mucho tiempo sorprendiéndome el afán con el que nuestros
representantes electos y lo más selecto y progre de la clase docente, se
dedican a trufar los programas educativos de una serie de conocimientos, que no
digo yo que no sean útiles para los alumnos, pero que desde luego les distraen
de su tarea principal, que no es otra que la de
adquirir los conocimientos suficientes en materias tales como lengua,
matemáticas, historia, filosofía, física y su inseparable compañera, la química, etc. Ya saben aquellas asignaturas
que deben formar intelectualmente al alumno.
Aprender sobre lo importante que es
el desayuno en nuestras vidas, resultará muy significativo para la correcta
nutrición de los alumnos; debo reconocer que la educación vial supone un
conocimiento muy necesario y ya qué decir de la urgente necesidad de aprender a reciclar
nuestras basuras, etc., etc. Pero cuando veo esas campañas que ocupan tanto
tiempo lectivo, siempre me pregunto cuánto les queda a los docentes y a los dicentes
para desarrollar las materias fundamentales del programa educativo, que resulta
insuficiente viendo los horrorosos resultados que obtienen nuestros estudiantes
en pruebas en las que comparan sus supuestas habilidades en lectura,
comprensión de textos, resolución de problemas matemáticos elementales, etc., con la del resto de los estudiantes del mundo.
Pues ahora el Banco de España, que no
sé bien que pito toca en esto de la Educación, propone una cuestión sorprendente.
Rezaba así el titular de la noticia que comento: “El BdE pide al Gobierno que
se estudie en los institutos cómo protegerse ante la banca”. No me dirán
ustedes que la cosa no tiene su guasa.
Habrá quien acepte con naturalidad la noticia e incluso habrá
mucho ciudadano a los que les parezca bien e incluso muy bien. Porque como se
dice que de los conocimientos financieros que se van a impartir se obtendrán
sinergias muy importantes para el conocimiento de las matemáticas y la gente
está tan acostumbrada a tragar con lo que le echen, sobre todo si se habla de
educación, pues todo el mundo contento y entusiasmado, aun cuando algunos no
sepan exactamente qué es eso de la sinergias.
A partir de este
momento histórico, Joselito ¡sí hombre el hijo pequeño del boticario! el
muchachote ese tan alto de las rastas, sabrá defenderse de los bancos y habrá
adquirido unos conocimientos financieros que hará que comprenda mucho mejor al
mercado y los productos financieros que la banca pone a disposición del ciudadano.
Nuestros jóvenes, dice la propuesta, recibirán formación que “abordará temas y
tareas prácticas sobre la seguridad financiera, el consumo inteligente, el
ahorro, el presupuesto personal, el dinero en efectivo, las cuentas bancarias,
las tarjetas, la protección de datos personales y relaciones bancarias".
El hecho de que Joselito y la mayoría de sus compañeros, lean
con muchísimas dificultades, sean incapaces de resolver un problema aritmético elemental,
hagan uso de un ortografía deplorable y en
general no sepan siquiera donde tienen su mano derecha, va a dar lo mismo,
porque ahora, gracias al Banco de España y las autoridades del Ministerio de
Educación, a él y a sus compañeros se les va a ofrecer el conocimiento sobre “
las herramientas imprescindibles para desempeñarse en sus finanzas personales y
en sus relaciones con los bancos y los conceptos básicos de inversión” entre
eso y lo de las sinergias, vamos que nos matamos.
Pero a mí, miembro de una generación a la que se nos
enseñaba en 2º de Bachillerato (sí, con
mayúscula) el cálculo del interés simple y el del compuesto y hasta ahí llegaba
el asunto, me parece, dicho sea con el máximo respeto, que el lugar para
aprender conocimientos financieros no está en nuestros institutos, que bastante
tienen con llevar a cabo su tarea sin cargas adicionales, aunque esa es la
parte menor del problema que aquí expongo.
A mí lo que me horroriza es que el Banco de España se
refugie en los planes educativos del ministro Wert para que los ciudadanos aprendamos
a defendernos de la rapacidad de los bancos, porque uno en su modestia se hace
una pregunta ¿No es el Banco de España el que debe velar por esas cuestiones?
Pues si es así y lo es, de la propuesta se deduce - aunque uno sea una víctima
de la LOGSE - que no han debido hacer muy bien su trabajo, cuando productos
financieros de nuestra banca han servido para dejar sin ahorros a un montón de
ciudadanos y la acción del Banco de España si ha brillado, lo ha hecho por su
ausencia.
Estas cuestiones no tienen su solución en los planes de estudio de la
Enseñanza Media, sino en la aplicación estricta de las normas y en el ejercicio
del control sobre esas entidades
bancarias que han vendido sus productos con una libertad y falta de control
espantosas.
Eso es lo grave, el Banco de España no hace bien su labor,
pero en lugar de rectificar y aplicarse a su trabajo, se encomienda a Educación
para que alivie las consecuencias de su falta de eficacia en la labor de
vigilancia que le corresponde.
Si aceptamos que es el Ministerio de Educación el que debe
evitar las consecuencias de los abusos bancarios, yo propongo que a partir de
la fecha, se hable con el Nuncio o con el Papa de Roma - que es nuevo y todavía
no se habrá maleado - para que las
órdenes religiosas de clausura que en España se dedican a la vida contemplativa
y a la oración, por una módica subvención, dediquen su tiempo a orar por la
defensa de España y sus ciudadanos y así nos ahorramos una millonada en
soldados, barcos y aviones.
¿Qué eso no puede ser?, pues les digo a ustedes una cosa, yo
como católico creo en la eficacia de la oración, por lo tanto estoy convencido
que sería más eficaz la medida que propongo que la del Banco de España.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…
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