Simón Bolívar descansa. Fidel ya puede morir
Tarde o temprano a todos nos llega la hora |
Simón Bolívar podrá descansar tranquilo en su mausoleo tras
la muerte del hombre que utilizó su figura y el legado de su actuación política
para justificar la brutal manipulación de la democracia y la terrible pérdida de libertades en Venezuela.
Ha muerto Chávez, aquel hombre que hace muchísimo tiempo, a principios de
los años 70 fundaba con otros compañeros de la profesión militar el Movimiento
Bolivariano, un grupo de actuación en el seno de las fuerzas armadas
venezolanas que tenía como finalidad la regeneración ética y política del
estado venezolano.
Precisamente este movimiento fue el que nucleó el fallido
golpe de estado contra la tradicional corrupción de los partidos políticos
venezolanos, que mediante su alternancia en el poder se turnaban en el reparto
de las vestiduras de un pueblo, condenado a vivir en la pobreza más sangrante siendo
como eran y son ciudadanos del país más rico de la zona.
Tras el fracaso de la intentona, vino su condena. Fue indultado
con posterioridad con la condición de no volver jamás al ejército y ahí
comenzó su carrera política, apoyada por
el castrismo que necesitaba a alguien que pudiera favorecer la economía cubana
que se desplomaba tras que la URSS abandonara su particular aventura caribeña.
Si Clausewitz define a la guerra como la continuación de la
política a través de otros medios, Chávez decidió hacer algo parecido y dar su
particular “golpe de estado” a través de las urnas. Su triunfo electoral le
sirvió para una vez instalado en el poder, manipular las leyes para asegurarse
la posibilidad de permanecer eternamente en él
hasta la consumación de los días.
Se convirtió en un Caudillo para sus seguidores, decía
Vargas Llosa que representaba lo peor del caudillismo y gobernó como tal,
manipulando a la democracia para en su nombre convertirse en un tirano. Creó el
concepto del “socialismo bolivariano”, lo que sin duda hizo que el pobre
Bolívar diera unos cuantos saltos en su
tumba y con una acertadísima utilización de los medios de comunicación, se
aplicó a la creación del socialismo indígena que iba a ser, decía, el
libertador de los pueblos de América.
Persiguió muy duramente a sus adversarios políticos, hizo de
la demagogia su arma más preciada, provocó la ruina de mucha gente y el temor
fue su compañero más querido. Las brigadas chavistas hicieron frente, coaccionaron
y atemorizaron a muchos de los que al principio expresaban abiertamente su
oposición a Chávez y a los que la violencia y la torticera utilización de leyes
creadas ad hoc amordazaron de manera muy eficaz.
Ahora ha muerto. Tras más de 14 años en el poder deja a
Venezuela y a su pueblo en una paupérrima situación. No lo va a
juzgar la Historia, bastará con ver el desarrollo de las próximas elecciones
electorales venezolanas y el resultado de las mismas aplicadas a la realidad
social, económica y financiera de Venezuela. Deja como herencia un país dividido,
empobrecido y en muy mala situación
económica y social.
Si alguna vez pensó sinceramente en liberar al pueblo
venezolano de la pesada carga de la corrupción política y repartir la extraordinaria
riqueza natural del país de manera más justa y proporcionada, habrá que decir
que ha fracasado estrepitosamente. Jefe corrupto de un régimen corrupto, liberticida
convencido y dictador amparado en el resultado de unas elecciones
convenientemente preparadas para favorecer sus tesis, se convirtió en uno de
los tiranos que originalmente pretendía combatir.
Fue amigo de lo peor de cada casa, admirador confeso de
Fidel Castro, amigo del régimen iraní, defensor del sátrapa libio o del
presidente sirio. Responsable de la continuidad del régimen castrista con la
utilización política del petróleo venezolano que evitó el colapso económico de
Cuba. No tuvo bastante con ese dispendio y con el dinero que necesitaba su
pueblo, impulsó la elección de Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Daniel
Ortega en Nicaragua, habrá que ver en que quedan esos aprendices del chavismo
con la desaparición de la figura.
Así que si pretendió alguna vez “liberar” a su pueblo
fracasó, si quiso alguna vez combatir la corrupción y la rapiña, fracasó porque
se convirtió en uno de ellos. El enriquecimiento exponencial de su familia
natural y de su entorno más cercano demuestra que ha sido otro de tantos que
han robado a manos llenas despreocupándose del interés general de su nación.
Quiso ser el heredero de Fidel y jamás pensó que ese pulso
también lo iba a perder. Lo ha perdido, Castro – que es gallego, conviene no
olvidarlo – tiene más conchas que un galápago y más vidas que un gato y le ha
ganado ese pulso ante la parca. Quiso ser su heredero natural en el Caribe,
tampoco lo ha conseguido.
Ha hecho mucho daño y sus seguidores se encargarán de que lo
siga haciendo después de su muerto. Maduro y compañía se encargarán de
manipular su figura; ya han comenzado con la explicación de que el cáncer que
ha acabado con su vida, le ha sido inoculado por el enemigo. Se sacraliza así
la figura del Comandante, un héroe – en el sentido mitológico - que no puede
morir de cáncer como un hombre cualquiera. Su figura inmarcesible debe ser
inmune a la enfermedad, por lo tanto si Chávez cae enfermo es porque los
yanquis han buscado la manera de envenenarlo.
Pudo ser y no fue, ese quizás sea el epitafio que mejor le
acomode. Quiso ser el libertador de su pueblo
y se ha quedado en un populista corrupto, violento y rapaz. Utilizó el nombre
del Simón Bolívar en vano y para mantenerse en el poder se transformó en un
liberticida. Quiso distribuir más justamente la riqueza natural de Venezuela y
lo que hizo fue regalarla a Castro, Evo, Correa y compañía para mejorar su
posición política, mientras su pueblo seguía sufriendo la lacra de la miseria
más atroz.
Ha muerto el mismo día en el que murió Stalin. Ya ha tenido que presentarse ante su Creador,
aquí acaba su historia. Simón Bolívar descansará tranquilo en su tumba y Fidel
Castro ya puede morir, su heredero más impaciente acaba de fallecer.
Magnífico repaso a la vida y obra del protocaudillo instaurador del "·Gorilato Venezolano", escondido bajo el engañoso nombre de "República Bolivariana de Venezuela"
ResponderEliminarHola Wolfson, buenas tardes. Muchas gracias por tu amable comentario. Un abrazo.
ResponderEliminarAlgunas muertes son beneficiosas para el mundo
ResponderEliminarBuenas tardes MAAT, lo que dices es muy cierto. Muchas gracias por tu comentario. Saludos.
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ResponderEliminarUn caluroso aplauso, magnifico articulo, mejor retrato no se
puede hacer. Esperemos que su sucesor no sea de la misma
calaña.Saludos. Jose Luis
no me alegro de lamuerte de nadie pero la muerte de chavez no me ha causado tristeza alguna, era un dictador, un tirano y deja a venezuela sumida en el caos por mi que se pudra en l infierno...
ResponderEliminarBuenas noches José Luis, muchas gracias por tu comentario tan amable. Ciertamente tengo pocas esperanzas sobre el sucesor. Un saludo.
ResponderEliminarHola anónimo buenas noches, comprendo tu postura muchos la comparten. Muchas gracias por el comentario. Un saludo.
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