El campo de minas del paro
Hay asuntos como los del paro que resultan extremadamente
delicados de tratar. La situación de tantas familias españolas que sufren hasta
límites insoportables la falta de empleo, obliga a afrontar este tema con toda
la delicadeza posible. El paro, sus cifras y evolución forman parte de un
territorio en el que el denominador común lo forman, el dolor, la angustia y la
necesidad extrema, por lo tanto toda precaución es poca.
Lo sé porque mi familia no es distinta a tantas otras que
ven como sus miembros más jóvenes sufren esa lacra. Gracias a Dios nuestra
situación no es tan angustiosa como la de otros, pero lo cierto es que soy
pensionista y en mi casa tengo a mi hijo mayor sin trabajo y sin prácticamente
expectativa alguna de conseguirlo en un plazo más o menos razonable, mientras
que mi hija tuvo que irse a trabajar, primero a Bruselas y ahora a Costa Rica
para poder desarrollar una actividad laboral. Era la emigración, el desarraigo,
la separación o conformarse con sueldos de 700 euros, jornadas de hasta catorce horas y todo ello sin tener la seguridad de conseguir un puesto de
trabajo, no diré fijo, pero al manos estable.
Lo significo porque hay gente que tiene tendencia a la
confusión y en estas cuestiones, como en todas, más vale que las cosas queden
claritas desde el principio. Sé lo que es el paro, porque mis hijos lo sufren y
por tanto cuando hablo de ese fenómeno en el que estamos sacrificando a
nuestros jóvenes, lo hago desde el conocimiento del dolor que produce y con
todos los respetos.
Y viene a cuento el proemio porque estamos sufriendo una
situación tan difícil que muchos ciudadanos españoles se han instalado en un
estado de desesperanza que hace difícil hablar de cualquier asunto que presente
un aspecto positivo. Hemos llegado a un punto en el que en cuanto se produce algún
dato que anima al optimismo y se comenta, muchísimos ciudadanos de a pie, gentes de
buena fe, sin que intervenga en su postura ningún tipo de partidismo o bandería
política, reaccionan al comentario de la noticia con enfado. Ha llegado a un
límite tal la desesperación colectiva, que para algunos resultan molestas las
opiniones optimistas.
Y lo sé, porque llevamos unos meses - pocos para qué
engañarnos - en los que se están produciendo una serie de hechos que, al menos
a mí, me parecen indicadores de que nuestro terrible y particular problema da
señales de moverse en la dirección adecuada. Me lo parece a mí, que no soy
nadie, pero también se lo parece a la inversión extranjera que ha crecido en
nuestro país durante cinco meses consecutivos y ahí sí que la opinión de los
que teniendo dinero, necesitan invertirlo y prefieren hacerlo en nuestro país,
es un hecho significativo que anima a mirar las cosas con moderado optimismo.
Y es también positivo el crecimiento de nuestro sector
exportador que se ha convertido en el
motor que arrastra lenta pero decididamente a nuestra moribunda economía y
desde luego son positivos los últimos datos que sobre el paro hemos recibido.
Sé que son unos datos pequeños, pero son positivos, porque en estas cosas al
final no resultan tan importantes las cifras absolutas como las
tendencias que señalan.
El número de parados registrados en las oficinas de los
servicios públicos de empleo, bajó en
4.979 desempleados en marzo, un 0,1% respecto a febrero, registrando así su
primer descenso en este mes desde el año 2008. Con esta caída, el paro alcanzó al
cierre de marzo la cifra de 5.035.243 personas.
La noticia no da para muchas alegrías, sobre todo si nos
limitamos a la cifra absoluta, pero sí resulta importante el hecho de que haya sido este mes, el mejor con respecto al
desempleo, de todos los habidos desde el año 2008. Habrá quien me diga que
frente a más de 5.000.000 parados, lo de los 4.979 empleados resulta una cifra pírrica y
que además el crecimiento se debe al efecto benefactor de las vacaciones de
Semana Santa.
Pues a la primera afirmación debo decir que no hay viaje por largo que
sea que no comience por un primer paso y a la segunda, anunciar que una vez
aplicada la “desestacionalización” la
cifra que se obtiene es mayor, el paro registrado “desestacionalizado” cayó en
marzo en 6.212 personas. Debo insistir en el concepto que estoy manejando,
hablo del paro registrado, es decir del número de ciudadanos apuntados al paro.
Eso debe quedar claro a los que tras la publicación del presente artículo, se
enfaden conmigo y me echen a la cara otras cifras, como las que ofrece por
ejemplo la celebérrima Encuesta de Población Activa, en la que los datos que se
nos ofrecen se refieren a los ciudadanos que estando en edad de trabajar, no lo
hacen, unos porque no pueden y otros porque no quieren.
Por otra parte los datos trimestrales ponen de manifiesto
que el comportamiento del primer trimestre del año 2013 ha sido bueno, de hecho
es el mejor para el mercado laboral desde que comenzó la crisis, cuya existencia
negaban entonces los responsables de la administración española.
Todos estaremos de acuerdo en que mientras no seamos capaces
de solucionar el problema del paro lo seguiremos pasando muy mal, las cifras
que hoy he comentado no apoyan a la idea que la solución esté a la vuelta de la
esquina, pero sí dicen los expertos que tras el presente año que va a ser muy
duro para el empleo, en el 2014 la evolución será visible hasta para los
pesimistas más tozudos.
¿Brotes verdes? No, eso queda para Elena Salgado y todos
aquellos que aplaudían hasta con las orejas ese tipo de afirmaciones y
aceptaban como verdad revelada las cifras más increíbles que entonces se les
ofrecían. Digo que el conjunto de noticias positivas animan a pensar que las
cosas comienzan, insisto, a moverse en la buena dirección.
No voy a perder ni un momento en comentar las declaraciones
de Rubalcaba al respecto, que me parecieron inadecuadas y partidistas. Lo que
tengo claro es que el primer trimestre de este año ha sido el mejor de todos los
primeros trimestres desde el inicio de la crisis, que el paro ha bajado en el
pasado mes de marzo y que, importante, la afiliación a la seguridad social se
ha incrementado.
No serán cifras como para aplaudir, pero sí justifican que
respiremos más tranquilos. A mí su conocimiento me ayuda y por eso lo comento.
Y al que no le guste, con todos los respetos, que le eche
azúcar.
Mientras como se dice encontrar un trabajo de setecientos ochocientos euros con jornadas de 14 horas se tome como un rebrote positivo de disminución del paro necesariamente debemos de estar mal de la cabeza señor mio con tood el respeto esto es esclavitud pura y dura donde el unico beneficiario, es el empleador lo digo porque lo sufro en mi entorno y es verdaderamente espeluznante y no me sirve que mejor es esto que nada porque de nada estamos hablando solo de una tirita ante una herida que precisa de puntos de sutura...
ResponderEliminarPor otra parte se están salvando gracias a las reformas del gobierno sectores claves como el automovilístico..que en Francia con un coste por unidad de producción de 1.300 euros mayor que en España se está viniendo abajo...Por cierto cuidadín con la Seat: un alto ejecutivo de la multinacional alemana me ha comentado que en cuanto sean independientes deslocalizan la fábrica a Zaragoza o Madrid..Un abrazo..Escribí esto antes pero no salió..
Eliminarhttp://www.facebook.com/sozialismusistruine.writers
ResponderEliminarGracias por compartir el enlace. Un abrazo.
EliminarAmigo mío no sé de donde se puede deducir que yo afirmo que lo de los 700, que no 800 euros, y las jornadas de 14 horas suponen un "rebrote positivo de disminución de paro", me ha entendido usted fatal, precisamente por NO aceptar esa cuestión digo que mi hija emigra. Se lo digo con el mismo respeto que usted utiliza conmigo. Le agradezco el comentario que lastimosamente parte de un error muy grave de interpretación. Saludos.
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