El salvavidas será popular
Si cuela, cuela... |
Esto de escribir todos los días en un momento tan complicado
tiene sus peligros, unos previsibles y algunos sorprendentes. Me decía el otro
día una buena amiga que circula por la vida a lo británico, que si Rubalcaba supiera
de mi existencia me contrataría para que escribiera para él, estaría encantado –
decía mi amiga - con alguien que todos los días lo presenta como un “rojo
peligroso”. Me hizo gracia la afirmación, le contesté y olvidé el asunto. Pero,
lo que son las cosas, a los pocos días, otro amigo, éste de la derecha social
me decía que le iba a pedir a Rajoy que me pagara una buena subvención que retribuyera
la defensa numantina que hacía de su persona.
Recibe uno tantas opiniones que tampoco le di importancia,
le contesté como a mi amiga en tono amable y ahí acabó el asunto o eso pensé
yo, porque una noche sin aviso previo me asaltó una idea que por su gravedad me
obsesionó ¿me habría convertido en un centrista? Al principio decidí reírme de
la situación, pero el fatal pensamiento me castigaba una y otra vez, de tal
manera que tuve que acudir a un buen amigo – los tengo afortunadamente de todos
los colores – especialista en patologías político-centristas que tras
escucharme con atención, me ordenó unos análisis. Cuarenta y ocho horas duró la
angustiosa espera, afortunadamente los resultados dejaron claro que en mi
organismo no se encontraba ni un solo anticuerpo cuya existencia justificara la
existencia de una infección centrista. Mi amigo aseguró que muy probablemente
la obsesión se debiera a la astenia primaveral y me recetó unas vitaminas.
Cuento esto para que vean que escribir no es tan sencillo
como parece, está uno más expuesto de lo que se pueda pensar, pero recuperado
de mis dudas existenciales paso al tema que hoy nos ocupa y utilizo el plural
suponiendo que ustedes hayan llegado hasta aquí, en la también difícil prueba que
supone la lectura de lo que escribo.
Digo en el título que “El salvavidas será popular” es
más, creo que el salvavidas será popular o no será. Lo llevo sosteniendo hace tiempo, o nos saca de este lío impresionante en el que vivimos el gobierno
de Rajoy o ya nos podemos ir preparando para ser los nuevos chipriotas de la
UE.
Insisto, a sabiendas que las explicaciones importan más
bien poco, que no es que sostenga que Mariano Rajoy y sus muchachos sean una maravilla,
pero desde luego son muchísimo mejores o menos malos, si ustedes así lo
prefieren, que los que pueden postularse para ocupar su lugar, así de sencillo.
Las cosas van mal, pero de vez en cuando nos llegan noticias positivas que
animan a un circunspecto optimismo, aunque no sé yo si el término es el más
adecuado por su contenido positivo, pero vale para describir mi pensamiento.
Mucha gente se horroriza con mis aseveraciones, pero vamos a
analizarlas un poquito. Ayer expliqué lo de los populares, veamos hoy que tal andan los que se
postulan como aspirantes a la presidencia de España.
Felipe González afirma en público, el matiz es muy
importante, que “El PSOE ha perdido la
vocación de mayoría” creo eso resume perfectamente la actual situación de la
cúpula de Ferraz. Pero no es la voz de González la única que declara su frontal
descontento con la deriva socialista de la que él y gente de la cúpula de
Ferraz afirman los está llevando a parecerse al 15 M. Gente muy importante en
el PSOE, que apoyó a Rubalcaba para la Secretaría General, ahora afirman que “no
podemos continuar así”.
Estiman que la radicalización de Rubalcaba es la que motiva que
muchos de sus votantes les abandonen. Manifiestan que gran parte de la militancia
está en contra de la expropiación temporal de vivienda, entienden que el
Partido no ha tomado una postura ética ante el acoso al PP, estamos alentando
el debate monarquía-república y se manejan campañas contra la Corona, cuando
ésta era la garantía de estabilidad que necesitaban los inversores
internacionales. Y rematan afirmando que todo esto es muy malo para nuestras expectativas.
Creo que esto deja las cosas claras, pero por si había dudas
Rubalcaba en esa huida hacia delante se agarra desesperadamente a dos opciones
peligrosas y estériles, la radicalización y las ocurrencias. Este fin de semana
le ha tocado a las “ocurrencias” en ese sentido Rubalcaba se ha sacado del
bolsillo un disparate incomensurable. Ha propuesto elaborar "una ley fiscal todos
los años" que garantice una revisión "permanente" para evitar el
fraude. Entre lo de las expropiaciones de viviendas y la ley fiscal cambiante
se carga la seguridad jurídica, lo que perjudicará notablemente las inversiones
extranjeras, pero también hará que el dinero español salga zumbando de aquí.
La propuesta fiscal de Rubalcaba nos resulta conocida, es
aquella ley para que pagaran los ricos y la banca de la que habló durante la
campaña electoral, eso sí convenientemente maquillada, esta nos proporcionará
40.000 de euros, no ha explicado ni cómo ni de dónde, pero da lo mismo; es tan mala
y poco realista que ha sido IU la que ha salido inmediatamente a la palestra para
oponerse a ella. Cayo Lara ha dicho que ésta es una medida que sólo busca titulares
y que desde el punto de vista de la eficacia es “absolutamente ineficiente” y
ya de paso le ha recordado a Rubalcaba que cuando estuvieron en el Gobierno,
aprobaron una supresión del impuesto del patrimonio y aplicaron una rebaja
fiscal "importantísima" en España.
El infumable proyecto de Rubalcaba parte de un error de
base, propone unir los conceptos fiscales del IRPF y Patrimonio para que “paguen
los que más tienen”, aunque él sabe cómo sabemos todos, que en España los ricos
de verdad no tributan por el IRPF, por lo que su medida salvadora nace muerta. De
todas maneras subrayar que los dos, Cayo Lara y Rubalcaba, lo que proponen como
solución a nuestros problemas es subir aún más los impuestos y me parece que de
eso ya vamos servidos. Que ya sabemos que eso de que van a pagar los que más tienen es una entelequia y que en esto como en casi todo, siempre terminamos pagando
los mismos.
Habrá quien diga que existen otros partidos, que existe vida
más allá del bipartidismo, yo me limito a hablar sobre los que pueden gobernar y
alguno habrá que diga que eso habrá que verlo en las próximas elecciones que el
panorama es muy cambiante y veremos lo que sucede en el momento de la verdad.
Efectivamente, eso y otras muchas cuestiones habrá que
verlas cuando llegue el tiempo electoral, pero mientras tanto el salvavidas que
nos debe sacar del problema de hoy y el de mañana tiene que ser popular, no hay otra.
Vivimos una situación desesperada y no hay recambio, al menos hoy por hoy. Esto
es lo que hay, a no ser que apuesten ustedes por la revolución, cuestión que me
parece imposible.
Dicen que para gustos se hicieron colores, muy cierto; pero también
lo es eso de que a la fuerza ahorcan. Así que ya saben, agárrense al salvavidas
popular aunque no les guste, es el único que tenemos a mano en estos momentos, exactamente cuándo
nos hace falta.
Comentarios
Publicar un comentario