Vamos a contar mentiras
El PP es culpable |
Este es el paradigma que dirige la actuación política del
partido socialista. No tenemos nada que ofrecer, hemos hundido al país, no
supimos que hacer en su momento cuando las cosas iban medianamente bien, no
fuímos capaces de diagnosticar el problema, aplicamos soluciones que agravaron nuestra
situación, no tenemos ni idea de cómo salir de ésta pero como lo que nos
interesa es volver al poder al precio que haga falta, como no podemos
decir la verdad, vamos a contar mentiras.
Estamos instalados en una crisis económica terrible, muchos
ciudadanos la sufren de manera muy dolorosa, pero con ser tan importante, con
afectar tan profundamente a nuestra sociedad, resulta pequeña si la comparamos
con la crisis moral que sufrimos. Una crisis que muestra a una sociedad
enferma, inerme, incapaz de encontrar los referentes morales que le permitan
hacer frente a los problemas que sufrimos desde una postura positiva que acepte
los sacrificios que impone la cura de nuestra enfermedad económica.
El PSOE que se mueve muy bien en las aguas revueltas se
dedica a encenagar aún más las aguas, para que nadie pueda tener una visión
clara de lo que sucede. Se acusa a diestra y siniestra al adversario político,
se venden soluciones milagrosas que no tienen el menor recorrido, no importa
para nada la coherencia, nadie se preocupa del interés general y los que ayer
mismo fueron los responsables de impulsar al país a la situación que nos ahoga,
pretenden ser la solución del problema que ellos mismos crearon. No es lógico,
es falso, resulta muy sucio, éticamente es inadmisible, pero lo peor es que
muchos ciudadanos lo aceptan con naturalidad y hasta con entusiasmo.
Todo ello nace de un mensaje que durante años se ha
utilizado profusamente y que siendo falso de toda falsedad ha terminado por permear
en la percepción del ciudadanos. Un pensamiento simple, primario, que se ha
repetido hasta la saciedad y que muchos han aceptado. La derecha es mala, la
izquierda es buena. Por lo tanto todo lo que haga la derecha estará mal hecho,
mientras lo que proponga la izquierda forzosamente estará bien.
Y por eso mienten, lo hacen de manera constante y por
desgracia hay que reconocer que lo hacen muy eficazmente. Crearon el problema y
cuando el gobierno del PP intenta superar las dificultades inmensas a las que
se enfrenta, no sólo no se colabora con él, sino que se le crean problemas
anexos. El gobierno de Rajoy es el único gobierno que en España ha implementado
una solución para los desahucios, se le crea la PAH para que coaccione a sus
parlamentarios. El culpable de los desahucios es el PP, nada interesa que
las hipotecas que ahora se incumplen se firmaran cuando gobernaban los
socialistas, propiciadas por los bancos pero toleradas, cuando no impulsadas, por
el PSOE. Nadie quiere pararse a pensar que los socialistas crearan hasta seis
juzgados especiales para que los lanzamientos de los morosos se produjeran más
rápidamente, no parece importar a los que culpan al PP, que fuera el PSOE el
que creara la figura del “desahucio exprés”. Nada de eso tiene importancia, la agitprop
de la izquierda ha decidido que el PP es el culpable y aquí todo el mundo se
traga el anzuelo con el sedal incluido.
Otro asunto que se ha aprovechado desde el PSOE para atacar
al PP es el de las preferentes. Se han organizado las asociaciones de
damnificados que insultan a los parlamentarios del PP en el Congreso, irrumpen
en Plenos municipales, se persigue a concejales populares. El “pueblo” ha
hablado, la “justicia” popular tan cara
al PSOE ha emitido sentencia, los culpables son los de Rajoy.
No importa que la verdad nada que tenga que ver con lo que
se afirma, de hecho si repasamos esa realidad tan incómoda veremos cómo en 2002
y 2003, en vísperas de que los de Zapatero llegaran al poder se emitieron por
parte de las entidades bancarias 1.600 millones en preferentes. En el año 2009
con los socialistas gobernando España se emiten nada más y nada menos que 11.000 millones.
La crisis había llegado, las cajas se estaban ahogando pero Zapatero instalado en la
ficción de no reconocer la crisis se negó a pedir ayuda para las cajas de
ahorro y les autorizó 23 emisiones de esos productos para que consiguieran la
liquidez que necesitaban. De eso polvos estos lodos pero no importa, la
justicia del pueblo ha hablado y la culpa es de Mariano Rajoy y los suyos que
ni siquiera pasaban por allí.
El PSOE llevado por su interés partidista creó el problema,
pero no tuvo bastante con ello y en el año 2010 evitó que los compradores de
preferentes se pudieran deshacer de esos productos con facilidad. Los bancos y
cajas tenían un sistema de recompra de esas participaciones cuando un preferentista
– si me permiten el palabro - quería venderlas. Esa facilidad no convenía a las
cajas y en el mes de junio de ese año, el PSOE con Elena Salgado en la
Vicepresidencia económica, Miguel Ángel Fernández Ordóñez en el Banco de España y Julio Segura al frente de la CNMV, prohibió esta práctica.
El PSOE impulsó una desproporcionada cantidad de emisiones
de esos productos, no es que no permaneciera atento a lo que hacían las cajas
de ahorro y los bancos, es que puso en marcha el proyecto, al menos
en esa escala y no contento con ello para cerrar el círculo eliminó el servicio de recompra y
dejó a los compradores inermes ante lo que se les venía encima.
Bueno pues los perjudicados por esas medidas acuden al
Congreso, invitados por los que fueron cooperadores necesarios de su desgracia,
para abuchear e insultar a los del PP. ¿qué eso no puede ser? Efectivamente es
una monstruosidad imposible de digerir, pero ahí está el pueblo clamando contra
el PP.
Podría seguir con la corrupción, la falta de legitimación
del gobierno, los engaños, la destrucción de derechos, la falta de
proporcionalidad de los recortes…, el abanico de asuntos es casi infinito y en
todos ellos se repite la figura, el PP es culpable y a los del PSOE que los
registren que la cosa no va con ellos. ¿Qué cómo se come eso?, pues no lo sé
pero ahí está a la vista de todo el mundo lo que sucede y la gente encantada de
putear a los peperos que al fin y a la postre son los que nos pueden sacar del
apuro.
O espabilamos o vamos directos al abismo.
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