Mostar 20 de abril de 1.993
Llegamos a Dracevo, lugar infecto donde los haya... |
Las fotografías que ilustran el presente post las debo a la amabilidad de mi buen amigo Juan Francisco Bordes Benítez, que también estuvo allí y se comió lo que hubo que comerse.
Me van a perdonar pero hoy he cedido a una costumbre que muchos de mi edad tenemos, me refiero a la afición por contar batallitas. Espero que sepan excusarme, son cosas de la edad y del carácter, porque conozco a gente de mi quinta que en lugar de “batallear” a diestro y siniestro, prefieren guardar silencio sobre las aventuras y desventuras de su particular experiencia en este mundo de nuestros pecados. Que cada uno es como es y en estas cosas siempre es mejor no meterse, que si alguien se empeña en trincar el pico alguna razón tendrá, digo yo.
Me van a perdonar pero hoy he cedido a una costumbre que muchos de mi edad tenemos, me refiero a la afición por contar batallitas. Espero que sepan excusarme, son cosas de la edad y del carácter, porque conozco a gente de mi quinta que en lugar de “batallear” a diestro y siniestro, prefieren guardar silencio sobre las aventuras y desventuras de su particular experiencia en este mundo de nuestros pecados. Que cada uno es como es y en estas cosas siempre es mejor no meterse, que si alguien se empeña en trincar el pico alguna razón tendrá, digo yo.
Viene
el proemio a cuento porque hoy 20 de abril se cumplen veintiún años de una
experiencia que me tocó en suerte vivir y
que tuvo su aquel. Así que si continúan ustedes con la lectura, voy a
contarles el cuento que igual les interesa.
Habrá quien diga y no le faltará razón que resulta raro lo de conmemorar los veintiún
años de un acontecimiento. No digo yo que no, pero habrá que tener en cuenta
aquello de que “veinte años no es nada” que reza el tango y si nada es para que vamos a
echar la mirada atrás y no está de más considerar que, según a que edades,
resulta prudente celebrar el vigésimo primer aniversario de lo que sea, no vaya
a ser que no se llegue al vigésimo quinto y al final resulte imposible
colocarles a ustedes la batallita y por finalizar la argumentación - que hay que
ver lo pesado que me pongo - ya me contarán ustedes cuál es motivo o la razón
por el que celebrar un aniversario en fechas que sean múltiplo de cinco,
resulte más razonable y puesto en razón, que hacerlo en fechas que sean
múltiplos de siete, como es el caso.
Bueno,
vamos a lo que vamos... Corría el año 1993 y el
martes 20 de abril me encontró dando tumbos por la zona de los Balcanes
encuadrado en la AGT Canarias. Mi
unidad, la Cía. Austria, había
salido de la base de Divulje en Croacia a media mañana que, a las del alba
serían, no pudo ser, para trasladarnos al destacamento de Dracevo en Bosnia,
donde se nos esperaba para que termináramos de relevar a los componentes de la
AGT Málaga que ese día, después de seis meses, cerraban cartera y sentían la
natural impaciencia por llevar a cabo el relevo y decirle adiós a la misión y a
Bosnia. Llegamos a Dracevo, lugar
infecto donde los haya, casi al mediodía y allí se nos recibió como si fuéramos
extraterrestres a los que nadie esperara.
Allí se nos recibió como si fuéramos extraterrestres |
Los
que hayan sido militares conocerán muy bien esa experiencia. Le dicen a uno que
vaya a una base o destacamento donde le esperan y está todo preparado y cuando uno
llega allí con su unidad, nadie sabe nada. Los de la cocina no contaban con tu
gente y los puñeteros responsables del alojamiento, el combustible y el resto
del apoyo logístico te miran como si les debieras dinero o alguien les hubiera
contado que tu afición principal en esta vida consiste básicamente en ciscarte
en sus santas madres.
Bien,
nihil novum sub solem, que decían ya los legionarios romanos cuando llegaban al
castro de turno y los responsables de la acogida los miraban atravesados y con
gran exhibición de encogimientos de hombros, cara de asombro y alguna
imprecación a los dioses menores de la castrametación les iban informando que
no había comida preparada, ni alojamiento que ir ocupando, porque todavía
tenían que decidir en qué lugar se alojaría la tropa que acababa de llegar.
Ya
entonces, como nos cuentan entre otros, Polobio, Vegecio o Justo Lipsio, ante la cara de no entender
nada de los recién llegados, los encargados de la logística con una sonrisa
sarcástica les aconsejaban que se hicieran a un lado y no molestaran que
estaban muy ocupados, pero que en cuanto tuvieran un momento, solucionarían el
asuntillo del alojamiento; pero mientras ellos resolvían sus asuntos, aconsejaban que los recién llegados que fueran espabilando y se buscaran la
vida, que parecía que hubieran nacido ayer.
Como
es lo normal y somos herederos directos de la cultura romana, al menos en este
particular aspecto, aquel día recuerdo bien que me limité a acordarme del
quinto padre de los supuestos responsables de nuestras necesidades y hacer unos
cuantos comentarios, con los de mi empleo, sobre las conocidísimas y perversas
costumbres sexuales de las madres de los logísticos y ya tras el desahogo
personal, charlé un rato con mis legionarios, repartí unos cuantos
cigarrillos entre los que nunca tenían
tabaco, me hice el sueco y fingí no escuchar, tal y como manda la
costumbre, los comentarios que hacían los legías sobre esa gente que los puteaba
sin motivo aparente, mandé callar al piante oficial de mi sección que se estaba
pasando tres pueblos y se expresaba con un volumen no aceptable según la
costumbre legionaria y me dediqué a
esperar.
Y mientras observaba desalentado el entorno más cercano que no tenía un gran
aspecto, procuré que mis legionarios no se esparcieran por el destacamento, no
fuera a ser que, animados por la necesidad y el mosqueo que ya arrastraban a
cuenta del trato recibido en Divulje, decidieran buscarse la vida con demasiado ahínco
y se liara la de San Quintín. Que ya se sabe el desmedido amor que por la propiedad
privada tienen los que ya están instalados y el abismal desprecio que por
ese derecho sienten los que no tienen otra cosa que un pedrusco en el que
sentarse, mientras rumian la injusticia y el despego con la que han sido
tratados y engañan el hambre con un trago de agua de la cantimplora y un
cigarrillo.
Y mientras observaba desalentado el campamento |
Estaba
allí con mi compañero el Teniente Bartolomé, muy buen chaval, gran persona, con
una paciencia a prueba de bomba. Me imagino que estar destinado en el Tercio en
el que tu suegro es el coronel al mando,
ayuda a tenerla; pero a pesar de ello Recena, el otro teniente de la Austria,
lo sacaba de sus casillas y la misión no había hecho más que empezar. Recena
que era y debe ser todavía un buscavidas
de primera categoría, aprovechando su condición de teniente más antiguo había
hecho fú como los gatos y lo perdimos de vista cuando se dirigía al puesto de
mando, acompañando a nuestro capitán,
Antonio Romero Losada, una bellísima persona, gran militar, muy trabajador, aunque quizás algo
rígido y demasiado apegado a la ordenanza para el gusto de los legionarios,
pero desde luego, un excelente jefe de compañía al que el desarrollo de la
misión iba a proporcionar unas dosis muy importantes de madurez, flexibilidad y experiencia
que le iban a llevar a ser mucho más admirado y querido por su tropa.
Poco
a poco se puso la cosa en marcha y empezaron las esperadas órdenes.... y las
contraórdenes que aportan el entretenimiento que hace falta para llevar a cabo
el embolado que supone alojar a un montón de legionarios bastante cabreados y con
ganas de hacer pagar su cabreo con el primero que topen, mientras "te ayudan" un par
de individuos que parecen disfrutar colocando palos en la rueda del trabajo.
Mientras
tanto la 1º Sc, al mando del Teniente Recena, ya de vuelta del Puesto de Mando, se aprestaba para dirigirse a
Mostar con el Capitán Romero para relevar la última sección de la AGT Málaga
que todavía estaba de servicio allí, bajo la envidiosa mirada de los que nos
quedábamos en el destacamento, que estábamos impacientes por empezar a realizar
misiones. No sabíamos en aquel momento, que íbamos a tener misión para
satisfacer de largo nuestras expectativas de acción, pero eso se lo cuento mañana si aún
les quedan ganas.
―
Miguel ―, me dijo mi capitán, que como era buena gente siempre me trataba por
el nombre,― te quedas al mando, que la gente se aloje y en la medida de lo posible busca la manera que coman y se duchen y que no haya jaleos. ―
No se preocupe mi capitán, que eso está hecho ―. Romero y yo nos miramos, los
dos sabíamos que no sería fácil y que seguramente hasta el día siguiente la
situación seguiría presidida por la improvisación general y el capricho de
algunos, pero mi jefe sabía, que sucediera lo que sucediera, no iba a haber
jaleo alguno. Yo también estaba tranquilo, contaba para ello con la inestimable ayuda de mis jefes de pelotón, el Cabo 1º Arienza, el 1º Guerra y el Sargento 1º Ávila y con esa gente se podía ir hasta el fin del mundo.
―
Si no ordena ninguna cosa más mi capitán
―, le dije reglamentario.― Nada, muchas gracias ― me contestó y añadió, ― vuelvo
en cuanto se haya producido el relevo y me haya hecho con la situación.
―
Cuando quiera mi capitán, no hay problemas―. Romero se dirigió a su BMR, subió
al blindado y antes de ponerse el casco de transmisiones me saludó marcialmente, le correspondí. Ví como la columna de seis blindados bajaba lentamente por
la cuesta que los llevaba al cuerpo de guardia y a la salida hacia Mostar....
(Mañana continuará)
(Mañana continuará)
Intrigado y esperando,la segunda parte.
ResponderEliminarAh,el jueves vi,por television,al Capitan Romero en Malaga,que ya es Coronel yJefe del 1er Tercio,lo conoci,de Tte de la 2a CIA,que fue,la que me instruyo.
Intrigado y espetando la 2a parte.
ResponderEliminarAh,el jueves,vi,por television,al Capitan Romero,que ya es Coronel y Jefe del 1er Tercio.
Lo conoci de Tte de la 2a CIA,que fue,la que me instruyo.
Hola Francés, vamos a ver, la estoy escribiendo y tal como va igual hay una tercera. Un abrazo y muchas gracias por el comentario.
ResponderEliminarTercera,cuarta o quinta,aquí estaré,para leerla
ResponderEliminarY muchas de nada
Un Abrazo
expecifica el nombre completo de ese capitan romero, hoy dia coronel, lo digo porke capitanes romero han habido y hay munchos en la legion.
ResponderEliminarHola Anónimo, perdona pero en el texto digo que el capitán se llama Antonio Romero Losada, quizás te lo hayas saltado sin darte cuenta "...acompañando a nuestro capitán, Antonio Romero Losada, una bellísima persona, gran militar, muy trabajador,..."
ResponderEliminarGracias por el comentario y el interés. Un abrazo.
hola Miguel, acabo de descubrir tu blog y tus artículos sobre la AGT Canarias. En aquellos días yo mandaba la Compañía Alba y leerlos reaviva mis recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo desde Ceuta.
Viva La Legión
Pues bienvenido al blog, normalmente hablaba de política lo abandoné dos veces y ahora los viernes publico algo sobre ese tema. El pasado domingo me acordé de la fecha y escribí esto. Me alegra saber que le ha servido para reavivar sus recuerdos. Un abrazo legionario.
ResponderEliminarMiguel, mi antiguo, qué recuerdos con estos relatos. Gracias y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarBuenas noches Ernesto, habrá que pensar si contamos algo de las vicisitudes de Lorca, te agradezco mucho (en lo que vale) tu comentario. Un abrazo amigo mío.
ResponderEliminarAcabo de recibir un enlace y al ver su contenido me ha producido una enorme alegria. Siempre fuiste un referente. Recibe un emotivo saludo del
ResponderEliminarHombre Ávila no sabes lo que me he acordado de tí. Sabes que siempre fuiste como poco mi mano derecha y a veces mucho más. Hazme un favor si tienes alguna fotografía de Bosnia en la que se te vea bien, mándamela que sólo tengo una de tí y ya he sacado a Arienza y a Guerra y queda feo que no te saque. Estoy escribiendo sobre la guardia aquella en la que se dirimía la liga y los crostas no estaban bombardeando. Cualquier foto del cuerpo de guardia de Jablanica será muy bien recibida. Un abrazo muy fuerte amigo mío.
ResponderEliminarEn vez de estar estudiando, estoy onectado a la internet.
ResponderEliminarIntentaré buscar algo y con lo que sea te informo. Pasame e-mail y así mantenemos contacto.
Un abrazo legionario
Buenas noches Ávila, te lo agradezco mi e mail es mrivesb@hotmail.com. De todas maneras voy a ver si me pongo en contacto con el 1º Mora de la 1ª Sc. que lo fotografiaba todo y debe tener mil fotos. Por correo electrónico cuéntame cosas tuyas y por ahí hablamos. Un abrazo legionario.
ResponderEliminarPD: Por cierto mañana saco "La guardia de Jablanica" la recordarás aquella en la que nos bombardearon mientras se jugaba la ultima jornada de la liga.