Algunas anécdotas bosnias (Final)
El arma del "crimen" En Bosnia en ocasiones sucedían cosas que tenían su lado gracioso, aunque también tuvieran su lado penoso y a menudo trágico; pero que conviene relatar porque ponían de relieve la terrible situación en la que vivían aquellas gentes y cómo eran capaces de arriesgar lo que hiciera falta para conseguir sobrevivir. Por tanto no vayan a escandalizarse las “almas buenas” porque de eso se trata en esta anécdota, que como todas las que componen el presente relato pretende poner a sus disposición una serie de detalles que a mí modo de ver, ayudan a comprender mejor, no lo que sucedía en Bosnia en aquel 1993 que es cosa más o menos sabida, pero sí explica de alguna manera cómo éramos los que por allí nos encontrábamos. Estábamos en las postrimerías de la misión y pese a nuestro esfuerzo, las cosas se iban complicando en Mostar. No es que falláramos nosotros, es que la presión internacional no era todo lo contundente que debiera ser. Para que quede cla