En Brasil, indígenas topan con la civilización, en Cataluña lo hacen con la verdad
Hace bien pocos días pude leer una noticia que la prensa
titulaba así: “Indígenas aislados entran en contacto con la civilización por
primera vez”, es de suponer que esos indios amazónicos que se han visto
obligados por la violencia ejercida contra ellos a abandonar su hábitat
natural, estén sufriendo una experiencia muy
dura, a la que tendrán que adaptarse muy rápidamente o morirán.
Casi al mismo tiempo saltaba a las primeras planas de la
prensa nacional la declaración de Jordi Pujol en la que reconocía haber tenido
durante muchísimos años una fortuna fuera de España y por la que no había
pagado impuestos. Las palabras de Pujol sorprendieron a todos, pero en Cataluña se estrellaron contra una verdad que ha provocado un cataclismo. Muchísimos de los ciudadanos que viven allí, jamás
hubieran podido recelar que las sospechas y acusaciones sobre corrupción que rodeaban a la familia Pujol Ferrusola fueran
ciertas y ahora saben que es así, no
porque haya dicho la prensa españolista
sino porque lo ha reconocido el propio Pujol que libremente hizo esa
declaración.
No voy a entrar en los motivos que aconsejaron al pope del
catalanismo practicarse el hara kiri en público, él sabrá y los demás ya lo sabremos
con el tiempo, pero hay que reconocer que para la sociedad catalana ha supuesto
un revés durísimo que, como los indígenas amazónicos, tendrán que aceptar y
adaptarse a la nueva realidad o será todo muchísimo peor.
Quizás a los que vivan fuera de Cataluña y no sean catalanes
les cueste entender el golpe que ha supuesto para Cataluña la confesión de
Jordi Pujol. Es un suceso estremecedor para una sociedad, la catalana en
general y la catalanista en particular
el que un referente como él, se inculpe de la comisión de delitos y tras
rasgarse el velo que protegía los secretos de su familia vayan surgiendo datos,
que dicen bien a las claras que los Pujol al completo de sus efectivos,
habían dedicado sus esfuerzos a robar organizadamente todo lo que pudieron, sin
que sus sentimientos catalanistas les molestaran lo más mínimo para llevar a
cabo esa tarea.
Difícil de aceptar para una sociedad que tenía como
referentes a la Senyera, la Moreneta, el Barça y Pujol, no sé yo si en ese
orden precisamente y que ahora ve cómo el padre de la patria catalana, el del som una nació, ha resultado otro
“presunto” de los cientos de corruptos
que están acabando con nuestra sociedad; me refiero a la la catalana y la del resto de España.
Hay gente en Cataluña que todavía no ha terminado de digerir
esa declaración, literalmente a muchos ciudadanos se les han caído los palos
del sombrajo y están todavía en estado de shock. En Cataluña, incluso entre los
no nacionalistas se respetaba muchísimo a Jordi Pujol. Pero por lenta que
resulte la comprensión de lo acontecido, está claro que más pronto que tarde,
la sociedad catalana tendrá que aceptar que durante muchísimos años han vivido
aceptando, unos de buena fe y otros porque les convenía, una monstruosa
mentira.
Resulta penoso pero todavía va a ser mucho peor. Por poco
que reflexionen los ciudadanos catalanes la situación va a ser todavía más grave, una realidad que les
va a angustiar y a la que tendrán que poner remedio, porque así no se puede
vivir. Porque si Jordi Pujol ha reconocido que es un mangante, quién se atreve a sostener que el resto de
cuestiones, que los ciudadanos de Cataluña llevan desde 1978 aceptando como verdades reveladas, son
ciertas. Porque si ha mentido Pujol y quién dice Pujol, dice CDC y por lo tanto
CiU, todo aquello que les ha sido predicado desde el púlpito del nacionalismo, probablemente sea también más falso que un billete de tres euros marroquí.
Y si Pujol, CDC y CiU han mentido a boca llena, es de suponer que la prensa subvencionada haya hecho lo mismo y la televisión catalana, ídem
del lienzo, al igual que todas aquellas organizaciones que viven tan bien del
dinero que sacan de los bolsillos de los ciudadanos, mientras gritan Espanya ens roba y si al final resulta
que todos o casi todos los que han conformado el pensamiento de la sociedad
catalana han mentido, el ciudadano que haya
reflexionado aunque sólo sea un poquito se dará cuenta, horrorizado, que muy probablemente gran parte de las opiniones que sustenta,
hayan nacido de las distintas falacias que los corruptos han puesto en circulación
para justificar el saqueo de esa
Cataluña, a la que robaban mientras proclamaban defenderla.
Ya para qué les cuento lo que va a suceder cuando los
ciudadanos, de su problema personal pasen al problema creado a la sociedad
catalana y se den cuenta que Pujol, los suyos y el resto de corruptos no han
hecho otra cosa, que poner en bandeja el destino de Cataluña en las manos de
ERC y Podemos, que por mucha vaselina que se utilice, va a ser algo que va a
doler muchísimo.
Pero como llorar no lleva a ningún sitio será cuestión que a esos ciudadanos que se les ha
caído el mundo encima, a cuenta de lo de Pujol y compañía, a lo que habrá que
sumar lo que vaya saliendo a la superficie de ese marasmo de podredumbre en que
la corrupción política ha transformado a la sociedad catalana, digo que a la ciudadanía no le queda otra que
hacer de tripas corazón y ponerse en
marcha en demanda de la imprescindible catarsis que necesitan como sociedad y
como individuos como el aire que respiran.
No pueden depositar su confianza en nadie o casi nadie; no
deben ni pueden dejarse arrastrar por los caminos que llevan al enfrentamiento
con el resto de España, que es truco viejo y que ya no debe convencer a nadie o
casi nadie; deben hacer oídos sordos a aquellos que busquen la justificación a lo que ha sucedido, en la
corrupción ajena, porque siendo cierto que en esta España de nuestros pecados
abundan los corruptos de toda laya y condición, el que otros hayan hecho mal,
no les soluciona a ellos su problema.
¿Qué estoy poniendo las cosas muy difíciles? Créanme que no, las cosas están como están y desgraciadamente poco remedio le
veo yo a todo este asunto. No hay repuesto creíble en Cataluña, como no lo hay
en Valencia, Baleares, Andalucía o País Vasco. No hay que buscar la solución al incendio en el
sindicato de pirómanos, sólo la sociedad civil será capaz de poner remedio a
ello, si se atreve a quebrar la crisis moral que nos asfixia. Únicamente se puede
exigir honradez desde la honradez y hay que exigir que desde lo público se
observe una conducta ajustada estrictamente a la honestidad y a la ética, ya no es
posible, ni siquiera aceptable seguir distinguiendo entre los corruptos de los “otros” y los
propios.
Son los ciudadanos, que tenemos la responsabilidad de haber
puesto a la gente equivocada en el lugar desde el que podían robarnos, los
únicos capaces de solventar esta situación. No es la izquierda radical, ni la
extrema derecha, ni los demagogos, ni los populistas los que nos van sacar de
esto. Sólo la exigencia absoluta de honradez a aquellos que dicen servir al
interés general y la persecución inmisiricorde de los corruptos y sus cómplices, pueden
salvarnos de esto que hoy viven los ciudadanos de Cataluña y que mañana nos
puede tocar al resto de los españoles.
Soy catalán y desde esa realidad quiero decir que estoy
convencido que Jordi Pujol todavía no es consciente de todo el daño que le ha hecho a Cataluña. Si lo supiera,
se hubiera pegado un tiro.
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