En el asunto Pujol, lo mejor sería dejar trabajar a la Justicia
El otro día, Jordi Pujol, el nada honorable santón del
nacionalismo catalán declaraba a unos periodistas su disposición a acudir ante cualquier instancia judicial o tributaria que demandara su presencia. Lo que
dijo me parece una obviedad tan estúpida – todos los ciudadanos españoles tenemos la obligación de acudir ante la Justicia y la Agencia Tributaria, cuando así se le demande – que me llama la atención, porque Pujol de torpe
no tiene nada y la declaración se hizo en un ambiente tranquilo, por lo que no parece que el ex presidente estuviera nervioso o presionado.
Me inclino a pensar, que estaba mandando un mensaje por omisión a Artur Más, CiU, ERC, y resto de partidos con representación en el Parlament, advirtiendo que no está dispuesto, al menos por las buenas, a acudir a sede parlamentaria para dar explicaciones sobre sus asuntos. Aunque supongo que Más debe tener “argumentos” suficientes con los que convencer al ex presidente para que vaya donde haga falta. Es de suponer que ese mensaje ya habría llegado por otras vías a los interesados, pero para dejar las cosas claritas como el agua, Jordi omite la instancia parlamentaria en esa declaración de buena voluntad y así, todo el que quiera saber, se entera.
Me inclino a pensar, que estaba mandando un mensaje por omisión a Artur Más, CiU, ERC, y resto de partidos con representación en el Parlament, advirtiendo que no está dispuesto, al menos por las buenas, a acudir a sede parlamentaria para dar explicaciones sobre sus asuntos. Aunque supongo que Más debe tener “argumentos” suficientes con los que convencer al ex presidente para que vaya donde haga falta. Es de suponer que ese mensaje ya habría llegado por otras vías a los interesados, pero para dejar las cosas claritas como el agua, Jordi omite la instancia parlamentaria en esa declaración de buena voluntad y así, todo el que quiera saber, se entera.
En contra de lo que largaban los agoreros que anunciaban que
la Justicia miraría para otro lado, ésta se ha puesto en marcha. Los de siempre
dirán que es porque Manos Limpias ha puesto una querella a Pujol, lo que no es
exacto, porque hasta la fecha el sindicato se ha limitado a seguir los pasos que marca el derecho y presentó una denuncia contra
Jordi Pujol por los delitos de cohecho, malversación, prevaricación, tráfico de
influencias, delito fiscal, falsedad en documento público y blanqueo de
capitales y a su esposa, Marta Ferrusola, la denuncian como cómplice y
encubridora.
La denuncia ha sido aceptada a trámite y se ocupa de ella la
magistrada del Juzgado de Instrucción 31 de Barcelona, al que tocó el asunto en el reparto. La
magistrada ha requerido a Pujol para que
aporte el testamento de su padre y la aceptación de la herencia por su parte y
por la de su mujer, además de aprobar una serie de comisiones rogatorias a Suiza y Andorra solicitadas por el Fiscal que entiende en el asunto.La magistrada
requirió a Manos Limpias para que depositara una fianza de 6.000 euros y presentara una
querella, que parece se presentará el 13 del corriente mes.
Jordi Pujol, paralelamente a la citación judicial, ha recibido otra de la Agencia Tributaria. Por
tanto parece que toda esa gente que se empeña en denunciar y condenar la
impunidad de la que, según tanto
indocumentado y tanto interesado, disfrutan los políticos en España, van a
tener que estar callados un rato, lo que será extraordinariamente bueno. El ruido mediático no
va a favorecer para nada la labor de la
magistrada instructora.
Hablan los que se escandalizan de que Pujol no esté ya en la cárcel, ignorando que en
España sólo un juez puede mandar a la cárcel a un ciudadano, que esto no es
Cuba o Venezuela y por eso deberían callar. Habla la oposición al gobierno de
CiU que proclama que Artur Más tenía que conocer lo que sucedía y yo digo que
probablemente sea cierto, tan cierto como es el hecho de que los de la oposición
también conocían esos asuntos tan
turbios y callaban porque les interesaba, tanto es así que más de uno y más de
dos gobernaron sin ningún empacho con los del 3%.
Cuando uno acusa, si cree en
lo que dice y tiene vergüenza torera, en lugar de escudarse en el aforamiento correspondiente, coge los papeles o las pruebas que tenga y con ellas se
persona en los juzgados, como hicieron los de Manos Limpias y presenta la
denuncia correspondiente. Los hipócritas deberían callar, porque si les interesa de verdad que la Justicia haga su trabajo, como ya he dicho antes, lo mejor es no crear ruido
alrededor de ninguno de los asuntos de los que entienda un instructor y también porque a unos cuantos de los que claman su escándalo y condenan a Pujol, les convendría en lugar
de hablar con la prensa, poner a remojar sus barbas, que lo de Pujol va a
traer cola.
No estoy pidiendo que se aplique la omertá, la ley del
silencio de la Mafia, no me gusta la organización, ni los mafiosos;
ni los de la lupara, ni los que se escudan tras un acta ganada en unas elecciones
para actuar como actúan. Todo el que sepa algo, que hable, pero que lo haga
dónde debe hacerlo, ante la Magistrada y no ante los medios de comunicación, rasgándose las vestiduras, porque se les ve el
plumero de lejos y aquí quién más, quién menos, estaba al cabo de la calle con
las “cositas” de Pujol.
Y ya por fin, quiénes deberían callar son los “defensores”
de Pujol que comienzan tímidamente a aparecer con la finalidad de enturbiar
más, si ello es posible, el asunto de los Pujol y los Pujol-Ferrusola. Porque
resulta grotesco que el ex honorable declare que ha ocultado un dinero en el
extranjero, cometiendo delito por ello y que lamente que su torpeza en la gestión
de ese legado haya "contaminado" a sus siete hijos y a su esposa,
para que ahora gente muy próxima al santón nacionalista salga a los medios
explicando que pese a la conocida costumbre de Pujol de no delegar nada en
nadie, si lo hacía con las cosas de casa y en ese concepto de “cosas de casa” por lo visto estaba incluida la cuestión económica. Dice un periodista muy conocido en
Barcelona, Manuel Cuyás, biógrafo oficial del ex honorable que "El Pujol que
quería pasar a la historia con una acusada pincelada épica tenía en casa la
larva de su propia destrucción”.
Está tan clara la línea argumental que resulta patética, el
padre se inculpa para salvar a los hijos, pero ahora resulta, que realmente los
malos de la película son los hijos. Ítem más, resulta sorprendente que Cuyás no se
acuerde ni para nombrarla a Marta Ferrusola, aunque cuando dice que Pujol
delegaba la gestión de la "cartilla” refiriéndose sin duda a los manejos
económicos familiares, es de suponer que señala, bien que de manera elíptica, a
Marta Ferrusola, que me parece que más pronto que tarde será acusada al menos de la presunta
comisión del delito de tráfico de influencias, que el manejo que se traía con
las gestiones y visitas que preparaba a empresarios para que los atendieran su
marido o la gente del gobierno de CiU, no es que sea público y notorio, sino lo siguiente.
Creo que todos aquellos que sepan algo, deben hacerlo, pero
ante el tribunal. Quien quiera opinar, que opine, vivimos en un país libre, pero que por favor se facilite la acción de la
Justicia, se evite el ruido mediático, los juicios paralelos y la pena de
telediario, tan del gusto de tantos ciudadanos que debieran tener por segundo
apellido Lynch, porque sorprende la cantidad de linchadores, tanto profesionales como aficionados de los que disfrutamos en esta sociedad nuestra.
Por pedir que no quede, así que añado a mis deseos el de que la Justicia sea lo más rápida posible, aunque sepa que lo que aquí solicito respetuosamente, sea prácticamente imposible.
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