Podemos avanza… ¿pero hacia dónde?
Hoy por hoy, esto es lo que dicen los españoles que votarían |
El barómetro del CIS del mes de julio ha tenido un efecto
fatal sobre casi todos los partidos políticos con representación parlamentaria,
que han visto con horror, como las cifras de la encuesta ratificaban el desastre
habido en las elecciones europeas y confirmaban el arrollador avance de
Podemos.
Las cifras son malas para todos, especialmente para el PSOE
e IU que después de los resultados obtenidos en los pasados comicios, hicieron un
análisis con la cabecita caliente tras el revolcón electoral, que venía a decir
que el éxito de Podemos estaba basado en la habilidad de esa organización
política para llevar a las urnas a ciudadanos que no votaban jamás; es decir
que Podemos había llevado a las urnas a la izquierda antisistema y por eso
había obtenido 1.200.000 votos.
Pero el barómetro del CIS pone de manifiesto que lo que Cayo
Lara y los portavoces de Ferraz explicaron, era mucho más la expresión de un
deseo, que una realidad. Sólo el 11,4 % de los encuestados que afirman votarían hoy a Podemos, no habían votado en las elecciones del 2011 a pesar de tener edad
para ello. Mal asunto para socialistas y comunistas, estos datos explican
con claridad meridiana que el caladero de votos de Podemos, como es natural está en la izquierda radical, pero también y de manera importante entre los votantes
de ambas formaciones.
Habrá quien discuta lo que digo, pero los estudios del CIS
dejan pocas cuestiones en el aire y la encuesta dice que el 27,8% de los que
votarían a Podemos, lo hicieron a Izquierda Unida en el 2011. Por concretar,
Cayo Lara vé como más de la cuarta parte de sus votantes, abandonan con armas y
bagajes a IU y se van con los de Pablo Iglesias. Otro tanto cabe decir del PSOE
que aunque en menor medida también sufre del abandono de sus electores, el
16,9% de los que votarían a Podemos, escogieron al PSOE hace tres años. Sufre
también UPyD que pierde en manos de los
“circulares” el 16,1%, un palo muy importante para Rosa Díaz y sus seguidores.
El PP sufre menos de ese mal, lo que es lógico si
consideramos la composición sociológica de su base electoral, pero así y todo
pierde un 3,3% de sus votantes que afirman votarían a Podemos, que se
sitúa como tercera fuerza en el panorama político español.
Ahora todos, políticos, los ciudadanos que votaron y los que no,
conocemos la verdad, ese conocimiento puede tener una virtualidad. Pudiera
trasladar el voto de los que
apuestan a caballo ganador, en dirección a Podemos que aumentaría sus expectativas
o por el contrario, puede que haya quien a la vista de las cifras y tras
haber votado a Podemos para castigar a los partidos tradicionales, piensen que
las municipales son cosa muy distinta que las europeas y las alegrías que se
permitieron en aquellas, no se las puedan dar en estas. Está claro que la gente
tiene la sensación, desde mi punto de vista con toda la razón del mundo, que en
las europeas no se juegan nada, pero las
autonómicas y municipales de mayo de 2015 son otra cosa.
Pero lo que me preocupa de verdad, es la reacción de los
partidos más afectados, que pueden tener la tentación de radicalizarse para así
poder pelear el voto a Podemos con sus mismas armas. Decía el otro día
que ese error, que se ha cometido en muchísimas ocasiones, ha demostrado que
quien intenta mimetizar su oferta a la de su adversario político, pierde una
cantidad muy sensible de votantes, que cómo es lógico, deciden votar al original antes que a la copia. Estoy convencido que IU tomará ese camino y parece que el
PSOE, al menos por ahora, no sabe bien que es lo que va a hacer.
Aunque no andan
muy sobrados de ideas en Ferraz, porque hoy, la gran esperanza blanca del PSOE, la
andaluza Susana Díaz, se ha descolgado pidiéndole a Podemos que no ataque al
PSOE y se dedique exclusivamente al PP, una petición que destila
miedo y debilidad por los cuatro costados, suponiendo que las propuestas tengan
costados y que manifiesta una falta de realismo político preocupante, porque supongo
que Iglesias pensará con razón, que es más fácil convencer a los votantes
socialistas para que le voten, que a los ciudadanos que votan al PP. Por eso
digo que no creo que el PSOE sepa exactamente qué hacer, aunque viendo cómo les van las cosas, creo que les hace falta trabajo, silencio y reflexión en
vena de manera urgente.
Pero Podemos también tiene sus problemas, forzosamente tienen que
modular su mensaje. Saben perfectamente que cuentan con una base de votantes
con los que no tienen problema alguno, son la base primigenia de Podemos y en ella está representada lo más granado de
la izquierda radical y antisistema; pero no todos sus votantes son iguales, los
recién llegados tienen una sensibilidad diferente a los de su parroquia en
algunos asuntos importantes.
Asuntos como la innegable relación de Podemos con la
Venezuela chavista que niegan de manera vehemente, a pesar de ser un hecho
conocido por todo el mundo, el tiempo en que trabajaron para el régimen
bolivariano y hay memoria de lo que entonces decían y sin embargo ahora no quieren reconocer porque les perjudica electoralmente.
La charla en la herriko taberna en la que se soltó el pelo
Pablo Iglesias diciendo cosas del tipo “
hoy no os diré que nos dejéis solos con los españoles, sino que cuando os
vayáis y decidáis como pueblo os echaremos mucho de menos”. La negativa a
calificar de asesinos a los etarras y la justificación política de sus
asesinatos, son cuestiones que les pueden hacer perder muchos de los votantes
nuevos.
Es por eso que se defienden como gato panza arriba en cuanto
se toca alguna de las cuestiones a las que son más sensibles. Se defienden
arteramente, no se mojan ni se definen con claridad y si se ven arrinconados
salen con el “y tú más”. Dicen admirar lo bueno de Chávez y Castro, pero no
reconocen lo malo, salen por la tangente con lo de ETA y si se habla de la
independencia de Cataluña, se van por los cerros de Úbeda, aun cuando Iglesias
dijera que era de los españoles que defienden la autodeterminación.
El dinero, ese es un problema que les va dar muchos
quebraderos de cabeza. Se lo dio a Iglesias, el que ganó en las tertulias y
no declaró al parlamento europeo, del que dijo que todos sabríamos cuanto era,
cuando “publicara su declaración de la renta”. Estamos en Agosto y le debe
pasar lo mismo que a Pujol con la herencia de su padre, que todavía no le ha dado tiempo de
mostrarla a la opinión pública. Las cuentas de la campaña electoral y las de la
financiación de la propia organización tienen pegas que ya han sido reflejadas
en la prensa; a todo eso habrá que sumar el dinero recibido desde Venezuela,
todo eso sí que va a estar bajo la lupa de los adversarios, es de suponer que tras
las elecciones europeas no haya ningún
asunto “raro” en la contabilidad, lo
malo son las cifras de los gastos y los datos de financiación de antes del triunfo, ahí pudieran tener
problemas.
Por esos caminos deberían moverse los partidos políticos que
quieran recobrar votantes, tendrán que enfrentar a Podemos con los asuntos de
los que prefieren no hablar, que por algo será que escurren el bulto, deben
obligarlos a tratar temas en lo que demuestran sus inconsistencias, la economía
es uno de ellos. Que expliquen de manera concreta qué es lo que ofrecen para solucionar los problemas de España y los españoles El que, en lugar de buscar por ahí, intente la payasada de
radicalizarse para ocupar el terreno electoral que hoy es de Podemos, el que
pretenda parecerse a los “circulares” se va a llevar un disgusto de los que
hacen época en las municipales.
¿Y los del PP? Eso es harina de otro costal, les va mal pero
tienen puestas sus esperanzas en la mejora de la economía y en la bajada del
paro. Es cierto que si las cifras les acompañan, muchos de los votante
peperos que se quedaron en casa el día de las europeas, harán el esfuerzo en
las municipales, pero eso habrá que verlo.
Podemos avanza, pero no necesariamente hacia el triunfo en
las elecciones municipales. Se enfrenta a
problemas muy difíciles, que debe
resolver en muy poco tiempo. Los “circulares” en contra de lo que muchos creen, están más en "veremos" que en "podemos".
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