Hablando de tertulias, a Monedero se le ven las costuras
Ayer
comentando esos "problemas técnicos" que el entorno mediático de Pablo Iglesias lleva
manejando hace ya algún tiempo, para evitar o retrasar el cara a cara televisivo del
líder populista con Esperanza Aguirre, al que se comprometió en vivo y en
directo, hablaba del desgaste que han sufrido los líderes de Podemos en las
tertulias, como sea que algún podemista ya me había acusado con anterioridad de
inventarme las cosas que decía sobre esa pérdida de brillo televisivo, quise
ponerme al día y antes de ayer, decidí tragarme de un tirón la tertulia que en
la Cuatro, modera – quede claro que es un decir – un tal Cintora y en la que
figuraban como actores principales Juan
Carlos Monedero y Antón Losada. No reseñaré al resto de tertulianos, aunque debo señalar la participación de un diputado socialista, que actuó de manera impecable y le
metió las cabras en el corral a Monedero, pese a los denodados esfuerzos de
Losada y Cintora por evitarle el mal rato al de Podemos.
Lo visto, me permite afirmar con rotundidad
que a los de Podemos les han pillado el tranquillo en las tertulias, sus
adversarios dialécticos han superado el miedo o el respeto que se ganaron por
sorpresa cuando llevaron a cabo aquel desembarco en las dos cadenas que los
acogieron encantados y ni todo el mal hacer de Jesús Cintora, evita que suden,
no diré sangre, pero sí tinta china.
Juan
Carlos Monedero estuvo fatal, no creo que se pueda hacer peor, a pesar de
recibir a lo largo de la tertulia la inestimable ayuda del presentador y la de
Antón Losada, que por lo que vi ha quedado para actuar de peón de brega y dar
los capotazos que hagan falta, cuando cualquiera de los contertulios que no
comulgan con la zurda, conseguía poner en un aprieto a Monedero. Resulta
difícil suponer dónde pueda estar aquel tertuliano brillante, de
lengua afilada, con la respuesta siempre presta, que vimos en la tele tampoco
hace tanto tiempo. El éxito tiene que habérsele subido a la
cabeza a Juan Carlos Monedero que cometió los errores propios de un novato o de
un soberbio al que no le gusta que le lleven la contraria, dos maneras de
afrontar una tertulia de manera muy imprudente.
La tertulia se calentó cuando salieron a relucir los imposibles pactos entre PSOE y
Podemos, pusieron en pantalla unas declaraciones de Antonio Hernando, portavoz
del PSOE, diciendo que su partido jamás pactaría con quienes ofrecen
"soluciones mágicas" y Juan Carlos Monedero se arrancó incontinenti y
lo primero que hizo fue confundir al portavoz del PSOE con el del PP. Ni que
decir tiene, que el diputado socialista aprovechó la ocasión para darle la leña
correspondiente, de inmediato saltaron a la yugular del socialista, Antón
Losada y Cintora, para evitar lo peor, pero no hubo manera de arreglar el
asunto, porque Monedero en lugar de reconocer su error y hablar de un lapsus
linguae o recurrir a eso tan viejo de poner cara de asombro y decir sonriendo,
¿de verdad he dicho portavoz del PP?, lo siento, quería decir PSOE y continuar
tan tranquilo, el de Podemos se puedo tieso, se mosqueó, no reconoció su error y demostró a las claras
que es un individuo que acepta muy mal que le corrijan y muy tajante siguió
soltando su discurso, que parecía haber aprendido de memoria.
Pero
el particular calvario de Monedero, no había hecho más que empezar, salieron a
relucir sus desafortunadas declaraciones sobre Sabina, que
habían sido comentadas desfavorablemente por Pedro Sánchez y Juan Carlos
Monedero volvió a sacar a relucir su mal carácter y su falta de cintura
dialéctica, se enrocó, se empeñó en
sostenella y no enmendalla y se ratificó en sus declaraciones, volviendo a
afirmar que Sabina no debía hacer declaraciones políticas porque "No tiene
consistencia intelectual".
En
ese momento ardió Troya, porque se le echaron encima el diputado socialista y
Jaime González de ABC, que le echaron en cara la falta de respeto que
demostraba con su contumacia. A Monedero se le empezaba a notar el cabreo y
aprovechando un capotazo que le dio Cintora soltó una parrafada en la que entre
otras lindezas afirmó que “Estoy cansado de que en España los abajo firmantes
sean artistas, me gustaría que fuese gente que tenga una consistencia
intelectual que yo no se la exijo a un artista”.
Una
afirmación imprudente, porque Monedero dio la impresión clarísima de que no acepta que nadie pueda hablar de política si no es profesor de Ciencia Política, tal y como se
autodefinió él mismo durante la tertulia. Si los líderes de Podemos creen que para firmar un manifiesto o una
petición, hace falta tener la “ consistencia intelectual” que por lo visto no tiene Sabina. Si yo no fuera profesor
de Ciencia Política y a pesar de ello fuera militante de Podemos, comenzaría a
preocuparme, porque en un par de ocasiones Pablo Iglesias ya ha demostrado un
clasismo que se compadece muy mal con lo que predica y si para
opinar de política hay que tener esa consistencia
intelectual que reclama Monedero, igual éstos de Podemos no es que estén por la
democracia horizontal y el empoderamiento popular y al final va a resultar que en lo
más profundo de su alma de profesores universitarios de segunda categoría, sienten un inmoderado amor por la sofocracia que defendía Platón, aquella república
aristocrática en la que el poder sería ostentado por una élite intelectual y
apartado totalmente de la masa inculta.
Personalmente
lo que opine Monedero sobre la consistencia o inconsistencia intelectual de sus
prójimos me da lo mismo, pero su militancia debiera empezar a preguntarse con
quién se está jugando los cuartos, no vaya a ser que esos cuartos sólo sean
para los profesores que están en la cúpula circular y para los burros de carga
que los van a llevar hasta el poder, es decir, los militantes sólo quede el trabajo, el pago de la cuota y la obediencia.
Supongo yo que para demostrar que una situación susceptible de
empeorar lo hará indefectiblemente, Jesús Cintora le preguntó a Monedero si quería ser
candidato a la alcaldía de Madrid. El profesor de Ciencia Política que tuvo un jaleo importante con
los de “Ganemos Madrid”, a cuenta de su particular ambición y que mientras estaba en esas se
comparó con Tierno Galván, cuando afirmó que Madrid quería otro profesor, que
la inmodestia y la soberbia de Monedero son terribles, digo que cuando le
preguntaron sobre sus deseos, montó el triste numerito de la tímida primeriza o
primerizo – que no quiero jaleos con las feministas - y con mucho suspiro
pizpireto, dengues varios, rubores y mucho parpadeo de ojos, vino a decir lo que dicen todos los de la casta: Qué
si se lo piden, pues sí… pero por sentido de responsabilidad, no vayan ustedes
a pensar otra cosa.
A
Juan Carlos Monedero se le ven las costuras a kilómetros. Los de Podemos si quieren recuperar aquel brillo y esplendor que otrora exhibían en las tertulias, van a
tener que reciclarse y todavía no han empezado a trabajar en serio. Hay que ver que rápidamente se agostan estos productos de marketing.
por mucha leña que se eche no se quien se quemara antes, los que pagan los banqueros o los que elige el pueblo
ResponderEliminarEl pueblo, en el caso de España, no es fiable, sigue habiendo demasiado garrulo suelto y la prueba es esto, el que estos canallas bolcheviques que, maquillando con un lenguaje actualizado lo que no es otra cosa que el mismo mensaje de los comunistas de toda la vida, tengan la popularidad que tienen.
ResponderEliminarMala es la corrupción y la puta "castuza" pero aun así, siempre es mejor que un régimen totalitario, sea de extrema derecha, como los nazis, o de extrema izquierda como la extinta Unión Soviética en su peor versión, la de Estalin, un tipo tan genocida, asesino y totalitario como el propio Hitler y a ello hay que añadirles los "toques" bananeros de esa bazofía que se ha dado en llamar "Bolivariarismo".
Una gran parte de la población de este país sigue anclada en una mentalidad paleta y analfabeta mas propia de otros siglos y así nos va, no toda la culpa es de los políticos, ellos tienen la mayor parte de esta pero no toda.
A estos sujetos de "Podemos" hay que quitarlos de enmedio por lo civil o por lo criminal y si a alguien no le gusta lo que digo, que me denuncie si tiene huevos.