La magia de los jinetes de Cortés
Los jinetes de Cortés perdieron su magia, Iglesias parece que también |
Me van a permitir que me refiera a una cuestión que muy
probablemente conozca la mayoría de ustedes, pero como tengo dudas sobre qué es lo que se explica sobre la conquista de Méjico, en nuestros centros escolares, resumo el
asunto y tal día hizo un año, que tampoco creo tenga demasiada importancia.
Cuando Cortés inicia la conquista de Méjico, cuenta entre
sus fuerzas con dieciséis caballos que le van a proporcionar una ventaja
táctica completamente inesperada. Los indígenas que se oponían a la acción de los españoles, no conocían la existencia de esos animales. A consecuencia de esa
ignorancia cuando tomaron contacto con las fuerzas de Hernán Cortés se encontraron con
una imagen desconocida que los aterró. Decidieron que el conjunto compuesto por
el caballo y su jinete era un todo y ante lo que supusieron una bestia mítica,
desconocida y peligrosa escogieron la vía de la huida, lo que favoreció como
digo a las armas del conquistador extremeño.
Después, el tiempo, la proximidad y la experiencia se
encargaron de aclarar la verdadera naturaleza de aquellas bestias míticas, que
lo que son las cosas, eran bastante menos temibles de lo que ellos habían
supuesto. Esa pérdida del componente mágico de los jinetes y sus monturas,
vistos ya como elementos independientes por los indios, provocó una pérdida
importante de la ventaja que hasta ese momento les había proporcionado
su existencia.
Pues bien lo mismo le está sucediendo al líder populista
Pablo Iglesias y a sus aguerridas huestes. El de Podemos y sus compañeros, irrumpieron por sorpresa en la escena política y se alzaron con el santo y la
limosna sin que la mitad de los políticos se enteraran de la misa la media. Es
más, les dieron tal repaso en las tertulias, en los foros, en las redes sociales
y por fin en las urnas electorales europeas que adquirieron un halo de peligrosidad que
parecía los tornaba en intangibles y por lo tanto invulnerables. Nadie o casi
nadie se atrevía a plantar cara a las
huestes podemistas, que se merendaban a sus oponentes crudos, sin siquiera
despeinarse.
Pero si a Sigfrido le traicionó aquella hoja de tilo pegada
a su espalda, que impidió que la sangre del dragón bañara completamente su
cuerpo y Aquiles sufrió el descuido materno que al cogerlo por el talón evitó que las aguas de la laguna Estigia lo bañara totalmente y ambos quedaron a merced de
esos dos lugares de su anatomía que impedían su inmortalidad, algo parecido ha
pasado con Podemos. No sé que parte de la organización es la que les convierte en vulnerables, pero sin que se dieran demasiado cuenta del fenómeno,
paulatinamente sus líderes han ido perdiendo empuje, no han renovado sus
argumentos, se han desgastado en los medios de comunicación y sobrepasados por el éxito que sorprendió a propios y extraños, han visto cómo el filo de sus armas dialécticas
se embotaba poco a poco.
La constante presencia de sus dos figuras principales en las televisiones, aconsejaron a Podemos, dar paso a los segundos espadas con un resultado malo de solemnidad.
Ya saben ustedes como son estas cosas, si no es por una cosa es
por otra, pero sabido es, que entre todos lo mataron y él solito se murió. Nadie
habrá recordado a Sigfrido y su mermada intangibilidad ni en broma, pero todos han podido percibir que los podemistas han ido perdiendo tertulia a tertulia, la magia que
les acompañaba y el halo de invulnerabilidad que daba brillo a su armadura
ideológica. El tener que poner los pies en el suelo y convertirse en una organización política eficiente, preparada para acudir a unas elecciones, ha sido un empeño que no han sido capaces de afrontar.
Han pasado, casi sin solución de continuidad, de huestes triunfadoras, que esperaban el momento propicio de iniciar la persecución del
enemigo en desbandada y ejecutar la explotación del éxito a iniciar aquello, que
los del III Reich, cuando cambiaron las tornas en Rusia, llamaban eufemísticamente
“rectificaciones de frente”. Y en eso están los
podemistas, en una retirada táctica, por ahora ordenada, conservando parte importante de
sus fuerzas con capacidad de lucha, pero en franca retirada, aunque muchas de
sus unidades no se hayan enterado todavía.
Porque una retirada como la copa de un pino, es el anuncio de
Iglesias de que no se van a presentar a las elecciones municipales, a pesar de
que las llevaban preparando desde hace meses. Si no se lo creen ustedes, pregunten a los de “Ganemos Madrid” y que les
cuenten la que les lío el ínclito número dos circular, Juan Carlos Monedero,
exigiendo ser el candidato a la alcaldía de Madrid.
Podrán vestir la decisión, como mejor les parezca, porque el "milongueo" se les da muy bien y no creo que hayan perdido esa habilidad, pero lo cierto es,
que se han dado cuenta de algo que sabía ya muchísima gente. Ser alcalde, hoy
por hoy, es un oficio de alto riesgo, muchísima dificultad y muy mal visto. Por
decirlo claramente, han percibido con claridad que en el ayuntamiento, discutiendo cara
a cara con el ciudadano, no hay “casta” que valga para echar balones fuera y
han considerado que con los paupérrimos presupuestos con los que se cuenta,
iban a ser totalmente incapaces de solucionar los problemas de los ciudadanos.
Así que, le duela a quien le duela, Iglesias ha ordenado retirada y el que no
haya escuchado el toque de corneta, que se dé un paseo hasta la consulta del
otorrino, que le hace muchísima falta.
Otra muestra de la debilidad que les acucia, son los errores cometidos en el manejo de los mensajes. Hace unos días, Juan Carlos Monedero, que dice que es muy
listo, gratuitamente hizo casus belli de unas declaraciones de Sabina
y allá que fue el ilustre profesor de ciencia política a descalificar al
cantante por “falta de consistencia intelectual”. Ignoro como andará de eso
Monedero, pero desde luego de los que está fatal es de humildad y de sentido de
la oportunidad. Le dieron la ocasión de arreglar el asunto en una tertulia
y se reiteró en lo dicho, con lo que demostró que está sobrado de prepotencia.
Total, que vista la reacción de la opinión pública, hoy Luis Alegre, un tercer espada de Podemos,
tenía que salir en la Cuatro a explicar que “lo de Sabina ha sido un
malentendido”, un mensaje coincidente con el que emitió el propio Pablo Iglesias. Otra vez retirada y grave, porque desautorizar al cerebro de
Podemos, no debe ser plato de gusto para
nadie y porque además hasta la fecha Podemos no había rectificado jamás.
Así que los podemistas, como los jinetes de Cortés han
perdido su magia, aunque como en el caso de la primavera machadiana, nadie sabe exactamente cómo ha sido. Hay mucha inquietud en Podemos y la asamblea constituyente está a la
vuelta de la esquina, veremos si alguien encuentra el punto vulnerable al
equipo de Iglesias. Quede claro que hay gente en ese trabajo y pertenecen a la propia organización circular, así que no me extraña nada que el líder populista esté en la tarea de efectuar una rectificación de sus líneas, eso que yo llamo retirada. Pero no me hagan mucho
caso, lo llamo así porque soy de derechas y los de derechas tenemos la mala
costumbre de llamar a las cosas por su nombre.
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