Pablo Iglesias no se atreve con Esperanza Aguirre
Vivimos
unos tiempos revueltos y sorprendentes, no me digan que hace unos meses,
ustedes habrían podido suponer que se dieran las circunstancias que les permitieran
pensar que a Pablo Iglesias le da reparo mantener el cara
a cara con Esperanza Aguirre, al que se comprometió públicamente. Comprendo que
puede haber muchísimo motivos para el aplazamiento sine die de ese desafío que
tantas emociones prometía; pero dicen desde el entorno de Aguirre que a principios de este mes se
pusieron en contacto con ella para decirle que La Tuerka sufría una serie de
“problemas técnicos” que hacían imposible fijar la fecha para llevar a cabo el
reto, que tantos ciudadanos esperan.
Llámenme
malpensado, pero lo de los problemas técnicos me suena irremisiblemente a
excusa pura y dura, me parece que el equipo que arropa cuidadosamente a Pablo
Iglesias en sus intervenciones mediáticas, está ganando tiempo. ¿Para qué? se
preguntarán ustedes, les voy a dar mi versión y ya antes de continuar advierto
a los seguidores del líder populista, que diría Pedro Sánchez el nuevo rey del
centro político, que no les va a gustar lo que opino, así que si deciden dejar aquí la lectura de estas líneas,
será mucho mejor para su paz espiritual.
Vamos
a retroceder hasta aquellos dorados días en los que los Iglesias, Monedero y
Errejón irrumpían por sorpresa en el mundo de la televisión y de manera
brillante se hacían con la audiencia y se convertían de manera casi automática
en los reyes del mambo tertuliano. Llegaron, inesperados, lenguaraces, mordaces, rápidos, incisivos, brillantes, con
conocimientos sobre la utilización del medio televisivo y muchas horas de
cursos de telegenia a sus espaldas y pillaron con el pie cambiado a la mayoría
de los contertulios, que acudían a las televisiones con los deberes sin hacer y
hablando en la mayoría de los casos de oído. Lo recordarán ustedes
perfectamente, los de Podemos parecían
invencibles y se comían crudos, eso sí ayudados por los presentadores, a sus
oponentes.
Parecían
mucho más brillantes de lo que eran en realidad, porque gran parte de su éxito lo
debían al demérito de sus oponentes, pero poco a poco la rutina fue restando
brillo, esplendor y frescura a sus intervenciones, porque a pesar de que las
respuestas que daban los de Podemos eran brillantes, estaban muy bien
construidas y daban en el centro de la diana de lo que esperaba oír su parroquia,
el público se fue dando cuenta que todos contestaban lo mismo y como todos
somos humanos, tanto Iglesias como Errejón, no resistieron la tentación de
explicar urbi et orbi lo listos que son y nos dijeron que durante muchísimo tiempo
habían construido los mensajes, para que llegaran directamente a la atención
popular.
También
hubo aquel momento oscuro en el que se demostró que los de Podemos estaban
pidiendo en Twitter que la gente les informara sobre frases y declaraciones que
pudieran perjudicar a sus oponentes en las tertulias, lo que contribuyó a
restar mérito a los circulares que habían demostrado, porque así lo reconocieron,
que no eran tan brillantes como parecían, sino que eran unos excelentes
vendedores, de un producto fabricado a la medida de las expectativas de muchísimos españoles.
Conste
que no hay crítica en lo que digo, cada uno se defiende como puede en esto de
la comunicación, me limito a decir lo que pienso y por eso me parece que Pablo
Iglesias está preparando muy cuidadosamente ese reto que tiene pendiente con
Esperanza Aguirre y creo que debe haber reunido un grupo de trabajo para que le
preste ayuda y le busquen los puntos flacos a la “lideresa” popular; de ahí esa
excusa, que como ya he dicho antes, sólo busca ganar tiempo. Como el propio Pablo Iglesias dijo cuando le afearon lo de pedir a la gente que les diera munición para acabar,
televisivamente hablando, con sus oponentes en las tertulias, la finalidad que
se buscaba con la colaboración de los chivatos voluntarios, era mejorar la calidad
de las intervenciones “eclesiales” en
las tertulias, lo que consecuentemente mejoraba la calidad del programa.
Supongo
que deberé tragarme la excusa de que el
trabajo de ese equipo que me parece anda preparando el reto Aguirre-Iglesias, busca lo mismo, pero por bien que se explique
el líder populista, lo que está claro es que Iglesias prefiere ir a los duelos,
aunque sean dialécticos, acompañado y con más munición que su oponente.
En
el fondo de este asunto, de los problemas técnicos, de la existencia o
inexistencia del grupo de trabajo, de las excusas, lo único que subyace es el
temor de Pablo Iglesias, que sabe que con Aguirre se la juega, tiene memoria
del mal rato que le hizo pasar Esperanza y ese es un riesgo que
no puede correr, por eso necesita tiempo, para que sus expertos le creen la
coraza que le defienda de esa “señora sexagenaria” tal y como se autodefine
Espe y le proporcionen armas y
munición para atacarla. Vivir para ver.
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