Si se trata de dinero, con Pablo Iglesias no se saca el agua clara
Los responsables de finanzas y gastos de campaña de Podemos
Siempre digo cuando hablo de encuestas que el dato más
importante que ofrecen - más allá de los resultados concretos, que reflejan una
situación a una fecha determinada - son las tendencias que se desprenden del
estudio de esa encuesta y de las anteriores. Pues algo muy parecido pasa con la
conducta humana, un hecho determinado
puede ser muy importante considerado en sí mismo, pero si lo colocamos en el
contexto de toda la vida de un ser humano, puede tener poca trascendencia.
Ahora bien, si en la vida de alguien se producen una serie de hechos,
conectados entre sí, directa o indirectamente, esa sucesión de hechos, que a lo
mejor considerados uno a uno no tienen gran importancia, estudiados en su conjunto
determinan una tendencia, una manera de enfrentar según qué
temas, que pueden ser trascendentales en el devenir de ese individuo.
Eso es lo que le sucede a Pablo Iglesias, el líder
populista que se pasa la mitad de su tiempo
presumiendo de su transparencia y la de su partido y acusando a los demás de la
opacidad más tenebrosa, que sin embargo si uno presta atención a su trayectoria
más reciente, resulta que cada vez que surge una noticia que tenga que ver con
Iglesias y el dinero, sea el suyo o el de su partido, esos hechos demuestran que Iglesias no es nada transparente, antes bien todo lo contrario.
Vamos a repasar una serie de sucesos que todos
conocemos y que curiosamente tienen que ver con el dinero, percibirán que en
todos ellos, Pablo Iglesias o Podemos hacen gala de un estilo oscuro y confuso,
utilizan el viejo truco de las medias verdades o mienten directamente, lo que manifiesta
una tendencia que contradice frontalmente a
esa cacareada transparencia y a lo de ser ejemplo en lo de tener las “cuentas claras”.
Comenzó el jaleo cuando Pablo Iglesias anunció urbi et orbi
que sus euro parlamentarios cobrarían una cantidad igual a tres veces el
salario mínimo que se cobra en España. Lo que es falso, los de Podemos
cobran en Bruselas lo mismo que el resto de parlamentarios españoles, nos cuestan el mismo dinero que los del PSOE o el PP. Eso finalmente quedó demostrado en cuanto cobraron su primera nómina, pero durante la campaña lo que valió fue la mentira.
Para intentar salvar la cara, anunciaron que el dinero que sobraba del sueldo que percibían, lo
donarían. Resultó sorprendente y hasta ridículo que el ínclito
Iglesias, decidiera donar ese dinero a su programa de televisión. No tuvo el menor empacho en inventar la auto donación solidaria y progresista. Primero mintieron sobre la cuantía de su
sueldo y después han buscado un apaño, que avergonzaría al más canalla de los bucaneros. La
primera transparencia podemista, lo que es la vida, en la frente.
Vamos a por la segunda, aunque esto no sean sevillanas. El dinero que Podemos gastó sobre la
campaña. Primero fue Errejón el que afirmó que Podemos había gastado “cien mil euros en total para una campaña
electoral, que salieron exclusivamente de las aportaciones de la gente y que se
pueden fiscalizar euro por euro en la página web”. Al poco tiempo pudimos
escuchar al responsable de finanzas de Podemos, Segundo González, que afirmaba
que “ la inversión de Podemos en la
campaña electoral fue de 150.000 euros” hace apenas unas semanas, desde
Podemos alguien hablaba de 200.000 euros gastados y
hoy por fin si fija el gasto en 138.000 euros. No creo que, en este caso, se pueda hablar de transparencia, claridad o rigor en esas cuentas supuestamente claras. Habrá quien opine que es una cuestión menor, pero si en lugar de Podemos, en esa ensalada contradictoria de cifras estuviera el PP, estaríamos escuchando jeremiadas, denuncias y condenas en todas las tertulias televisivas.
Tercera, la declaración de intereses llevada a cabo por
Pablo Iglesias para el Parlamento Europeo, una cuestión sencilla que Podemos y
el propio Pablo Iglesias, ayudados por su servicio jurídico y la asesora de
Pablito se encargaron de liar hasta el paroxismo. Primero fue la acusación de
la prensa que afirmaba que Iglesias había presentado una declaración incompleta, a la que contestó Podemos con argumentos falaces: “Pablo Iglesias no tiene intención de hacer
público el dinero que se embolsó en 2013 y durante el primer trimestre de 2014
como tertuliano de La Sexta y Cuatro porque, según su entorno, "no hace
falta que presente una relación de gastos e ingresos y aporte facturas de los
cafés que se toma”.
El medio que publicó la noticia se reiteró y desmontó
los argumentos de los portavoces de Podemos, entonces llegó el reconocimiento
del “error”, se dijo entonces: “ Un
portavoz oficial de la formación señaló a este periódico [El Semanal Digital]
que entre "el lunes y el martes" próximos, sin más tardar, Iglesias
entregará la nueva declaración en la Euro cámara. "Ha sido un error
nuestro", afirmó, y a renglón seguido explicó que se ha debido a "un
malentendido entre la asesora de Pablo y los servicios jurídicos".
Y ya para terminar de liarla Podemos continuó con su ceremonia
de la confusión y un día más tarde decía: “Finalmente
Pablo Iglesias no incorporará a su declaración de intereses económicos en el
Parlamento Europeo el dinero que durante 2013 y el primer trimestre de 2014 le
reportaron sus colaboraciones en La Sexta y Cuatro pese a haber afirmado lo contrario
ayer jueves. El documento se
quedará, así pues, como está. Según su equipo, cuando haga pública su
declaración de la renta -compromiso que ha adquirido- ya se conocerán todos sus
ingresos detallados”
Convendrán conmigo que el asunto de claro tiene, lo que yo
tengo de Arzobispo de la Seo de Urgel, sobre todo porque todavía estamos
esperando la publicación de la declaración de la renta, tal como se comprometió
a ello el propio Pablo Iglesias.
Lo
que es para nota alta es que los dos responsables del engendro de las cuentas de Podemos que ayer comentábamos, Carolina
Bescansa, responsable de los gastos de campaña y el responsable de finanzas de
la organización, Segundo González, anduvieran ayer frente al tribunal de
Cuentas, presumiendo de “cuentas claras” como si no hubieran tenido que retirar
el primer intento deprisa y corriendo porque era un auténtico disparate. Lo que haga falta antes de reconocer un "error" del partido en el manejo del dinero.
Parece que Pablo Iglesias sufre una suerte de patología
psicológica que le impide tratar los temas de dinero con transparencia y
verdad; justo lo contrario de lo que presume. El de Podemos ha demostrado que es muy cierto eso que reza
¨Dime de qué presumes y te diré de lo que careces. ¡¡Transparencia!!, no me fastidies, deben creer que somos tontos.
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