¿Con quién pacta la derecha?
En
primer lugar quisiera excusarme por si entre mis lectores se encuentra algún
partidario de Ciudadanos a los que he encuadrado en la derecha que señala el
título. Sé que les molesta porque se reputan como centristas y yo añadiría que reformistas,
aunque sumando los dos conceptos se acercan muy peligrosamente a aquella
invención de Aznar que definía al PP
como de centro reformista y social. Pero todos somos muy libres de definirnos
como mejor nos parezca, al fin y a la
postre lo que define a uno, no son las palabras, sino los hechos y en esto de la
derecha y la izquierda hay que ser algo flexible, que también hay mucho zurdo de toda la vida que cuando escucha que el PSOE es un partido de
izquierdas se le revuelven las tripas y lo comprendo perfectamente.
Bien,
superado el proemio vayamos al tema, repasaba estos días en qué diablos andaban
liadas las fuerzas de la izquierda parlamentaria y tengo el penoso deber de
comunicarles que siguen en las mismas. Mientras tanto a la derecha se le acusa de inmovilismo, nada más alejado de la realidad, el único
pacto firmado por fuerzas políticas para poner en marcha nada más y nada menos
que el Congreso de los Diputados, se lo debemos los españoles a la iniciativa
de Ciudadanos, proponiendo a un candidato del PSOE y a la actitud conciliadora
del PP que se abstuvo en la votación para que Patxi López fuera elegido
presidente de la Cámara y en ese pacto,
el único por ahora, el mérito es de C,s y PP.
Desde
las elecciones Albert Rivera anda instalado en la equidistancia, como es de
centro ha procurado situarse a la misma distancia…política de Rajoy, a su
diestra y de Sánchez, a su siniestra. Esto de la equidistancia es cosa de poco
fundamento y además injusta, pero que a pesar de ello da mucho de sí en la
arena política, aunque resulta un arma muy peligrosa. En este experimento que
hemos llevado a cabo los votantes españoles, con el que muchos han dado por
muerto al bipartidismo, el resultado no ha sido el esperado. Las dos fuerzas
emergentes C,s y Podemos no han sido capaces de superar a los partidos que
pretendían suplir. Ni Podemos es el referente de la izquierda, ni Ciudadanos ha
conseguido acercarse al líder del centro derecha español, que sigue siendo el
PP.
Ahora
las circunstancias de los emergentes son distintas, yo diría que contrarias,
Podemos sabe que está en condiciones de alcanzar al PSOE y con un poco de
suerte dejarlo atrás, mientras que a Ciudadanos le está pasando justo al revés,
está perdiendo intención de voto por su derecha, en estas encuestas que tabulan
las intenciones de los votantes en unas nuevas
elecciones. Por eso digo que la equidistancia no le va a resultar fácil
a Rivera y deberá tener la generosidad y altura de miras que se le suponen.
Clama por sentar al PP y al PSOE para dialogar, pero sus intentos chocan con la
cerrada negativa de Pedro Sánchez, que rechaza cualquier acercamiento a los
populares.
Los del
PP están defendiendo su suerte con pocas cartas en la mano, para que vamos a
engañarnos, pero lo están haciendo bien. No es cierto que no hablen con nadie,
porque a la vista está el pacto de Patxi para demostrar lo contrario, existen
contactos importantes entre el PP y el PSOE, lo que no quiere decir que los
haya con Pedro Sánchez, que está instalado en esa postura de no hablar con Mariano
Rajoy. El socialista no habla con el PP pero tampoco lo puede hacer con Podemos,
tras la barrabasada llevada a cabo por los circulares que cada vez ven más
cerca la posibilidad de liquidar al PSOE tal como hicieron sus primos griegos
con los del PASOK; así que ya me
contarán ustedes con quien habla el candidato socialista que se ve obligado a gastar sus días domando barones territoriales
que se le están asilvestrando.
No se
engañen, esto son habas contadas, pésele a quien le pese, esto ofrece pocas
soluciones para la investidura y ninguna para conformar un gobierno estable y
capaz de gobernar con suficiencia. Son las cosas del multipartidismo que tan
alegremente aplaudieron muchos, la noche de las elecciones.
Los votos, hablan
poco, más bien nada, uno va a la urna y deposita su voto básicamente para que
gobierne la opción que está en la papeleta. Luego, a toro pasado, están los políticos y sus
primos los analistas que se dedican a inventar que ha querido decir el pueblo
con su voto. Si contemplamos los
resultados electorales, suponiendo que alguien sea capaz de escuchar la voz del
pueblo de esa observación, habrá que decir que los españoles no pidieron
cambio, que el PP ganó las elecciones, lo que pidieron fue pacto, que es cosa
distinta.
La
zurda socialista no puede, con noventa escaños, pactar con una izquierda
radical que tiene la mala costumbre de canibalizar a sus compañeros de pacto, basta echar una mirada a municipios y CC.AA, para verle las orejitas al lobo
y para más INRI, añadir a ese pacto a los secesionistas, sería malo para España, pero sobre todo para el PSOE.
La diestra no cuenta con mayoría, ni la va a conseguir, pero tendrá
que buscar un pacto que le permita gobernar, al menos un año, ¿Por qué eso es
bueno para ellos?, pues no, en realidad para el PP lo mejor que podría pasar es
que gobernaran PSOE y Podemos juntos, eso destrozaría al PSOE y devolvería
muchísimos votos al PP, pero dejarían al país convertido en un solar.
Por
tanto urge un pacto a favor de los españoles, no hay que buscar lo que conviene
o no a los partidos, su obligación es buscar una solución, que aunque breve en
el tiempo, resulte estable y nos permita seguir creciendo económicamente y
reduciendo el paro.
Lo
saben los del PP y los de Ciudadanos y lo saben muchos socialistas de postín,
que se inclinan por tener un gobierno del PP, apoyado por Ciudadanos y con la
abstención del PSOE.
Veremos en que para la cosa, porque con Pedro Sánchez, me
parece que no podemos contar, al menos por las buenas y no hay que poner
demasiada fe en el Comité Federal de los socialistas, que el PSOE … es mucho
PSOE.
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