Donde las dan las toman

La vida da muchas sorpresas

El viernes fue un mal día para Pedro Sánchez, sorprende que un individuo que se siente con capacidad para asumir la presidencia del gobierno del Reino de España, aún cuando para ello tenga que enfrentarse a gran parte de su organización política, a muchísimos de sus votantes y traicionar sus acuerdos con el Comité Federal del PSOE, pueda verse sorprendido gravemente dos veces en el mismo día, sin que su equipo sea capaz de advertirle de lo que se le viene  encima. 

Habrá que deducir que anda muy corto de información y que a lo peor su carácter le impide dejarse aconsejar o acaso sea que su soberbia le ciega de tal manera que está convencido de que no hay nadie en el mundo de la política española capaz de jugársela. A ese fallo estructural de su personalidad hay que añadir que su equipo no parece que ande muy sobrado de capacidades, porque las dos sorpresas delatan una atroz falta de información y una incapacidad de análisis preocupante y así está más que claro, cristalino, que yendo por la vida de sobrado y con esos consejeros  lo más probable es que te las den todas en el mismo carrillo.

Que Rajoy se la juegue, colocándole ante un pase negro de manual, podía entrar dentro de lo posible, pero hay que tenerlo previsto, que la jugada se veía venir hacía ya unos días y su equipo fue incapaz de analizar todas las posibilidades  y así lo cogieron mirando para Coria del Río, mientras el gallego lo dejaba como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando.

Rajoy es su adversario y aunque durante los cuatro años que ha durado esta insufrible campaña se haya hartado de afirmar que es un necio, los hechos demuestran que es lo bastante hábil como para evitar que en Madrid se repita lo que sucedió en Lisboa, es decir que la derecha acudiera a una investidura sin los votos suficientes, para ser machacada a cuenta de una serie de discursos demagógicos y populistas que alimentaron a la izquierda lusa. Sánchez se dio un garbeo por Portugal y se vino para casita muy contento,con lo del pacto a la portuguesa bajo el brazo; aunque si fuera la mitad de listo de lo que presume, lo suyo es que entendiera que de la misma manera que él había observado la situación portuguesa y su desarrollo, ésta también había sido estudiada y analizada con muchísima atención, por los de la calle Génova.

Ahora está muy enfadado, pero quizás debiera embestir contra los que no han sido capaces de analizar todas las posibilidades que se le ofrecían a Rajoy. En Ferraz estaban encantados ante lo que pensaban iba a ocurrir: Rajoy acudiría mansamente al Congreso de los Diputados, obligado por el encargo de SM el Rey para que formara gobierno y allí sería masacrado por la izquierda parlamentaria y ante el fracaso sangriento del candidato popular, la investidura de Pedro Sánchez sería un hecho. 

Consejero socialista
Sus consejeros manejaban otra posibilidad que le iba a ahorrar hasta el trabajo de acabar con Mariano en el salón de Plenos del Congreso de los Diputados, era posible – le decían -  que Rajoy ante el tsunami que se le avecinaba se rajara y le comunicara a SM que renunciaba a la investidura y así Pedro podría presentarse ante los españoles como el salvador de una situación difícil, con el añadido de que el PP iba a quedar retratado e incapaz de presentarse como una oposición creíble.

Contemplaba su equipo de asesores dos posibilidades, una copiada del parlamento portugués, con lo feo que está eso de copiar y otra que podía suceder, aunque no pareciera demasiado probable y embebidos, Pedro y sus consejeros, se olvidaron de un viejo aforismo jurídico que reza “En derecho, todo aquello que no está prohibido, está permitido” y eso dejaba abierto un abanico muy amplio de posibilidades para cualquiera que tuviera la capacidad de pensar.

Y en Génova algún consejero de Mariano Rajoy que debe  ser un burlanga de pro y además se sabía lo que decía ese axioma que les he comentado, se acordó del pase negro, rumió el asunto un ratito, se lo comentaron a Mariano y allá que se fueron con la idea a ver a SM. Felipe VI al que D. Mariano Rajoy Brey, con su mejor cara de retranca gallega, le dijo: Señor, lamentándolo mucho no cuento todavía con los votos para ser investido, por lo tanto no puedo aceptar el encargo de formar gobierno, pero en la próxima ocasión creo que estaré en disposición de aceptar vuestro mandato. Y a partir de ese momento, en Ferraz comenzaron los fuegos artificiales, que si trilero, irresponsable, etc., etc., pero por mucho que pataleen lo hecho por Rajoy es legal.

Y siguen teniendo un problema, Sánchez y su equipo habían diseñado un plan para desarrollar la situación más probable, la de Rajoy siendo lapidado por las fuerzas de progreso en el Congreso, pero nadie fue capaz de diagnosticar cuál podía ser la situación más peligrosa y por eso los ha cogido el toro.

Andan Pedro Sánchez y los suyos  por los rincones, ora exigiendo, ora implorando que les pongan a uno del PP aunque no sea Rajoy, como candidato a la investidura, porque no tienen otro plan y como eso no funciona, han decidido en un orgasmo de genialidad, que hay que ver lo zotes que son, copiar la decisión de los populares: No van a presentarse si antes no se presenta uno del PP. Siguen sin enterarse de eso de quien la copia la …. y dejémoslo así.


Rajoy con esta maniobra ha ganado el tiempo que necesitaba para que en el PSOE, la oposición interna al proyecto de Pedro Sánchez, se articulara y parece que la cosa marcha, aunque para arrancarla hay que reconocer que Pablo Iglesias le echó una buena mano, pero esa es otra historia que, si no les importa, se la comento mañana.

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