Están
los de la UE y el FMI que no les llega la camisa al cuerpo viendo el
espectáculo que estamos dando a cuenta de los pactos, dura tarea que ocupa las
veinticuatro horas del día a la izquierda de este país. Esa izquierda a la que
dice D. Pedro Sánchez que han votado los españoles y que está ocupadísima
buscando acuerdos ¿para gobernar?, no hombre no, no sea usted ingenuo, acuerdos
para repartirse la pasta gansa que
supone tener grupo propio en cualquiera de las dos cámaras y así poder vivir
mucho más holgadamente. Alguno habrá, sobre todo entre los que navegan por la
amura de babor, al que moleste la preocupación de ambas instituciones, pero lo
cierto es que las dos han invertido mucho dinero en España y lo que ven no les
gusta nada, ni les asegura que puedan cobrar las deudas que con ellos tenemos, porque temen al gobierno que pueda salir de este enredo.
Que
toda esta izquierda que ha llegado al Parlamento, jurando por sus señoras
madres, innumerables padres y la momia de Lenin, que iban a liberar al noble
pueblo español del saqueo llevado a cabo por la casta, dedique ahora todo su tiempo a solucionar sus problemas
financieros utilizando para ello cualquier medio a su alcance y mientras tanto
a los ciudadanos españoles que los vayan peinando, me parece intolerable. Pero
no es que lo diga yo, que como soy de derechas soy un vendido al capital, es
que lo dice, avergonzado, D. Antonio Hernando, portavoz parlamentario del PSOE,
lo que tiene su mérito porque ya conocemos todos la sensibilidad que tienen los socialistas para el manejo del dinero público - recuerden ustedes la frase que soltó aquella
ministra del PSOE que se atrevió a decir que “el dinero público no es de
nadie” - pues bien a pesar de la original idea que tienen los de Ferraz sobre este
asunto, Hernando ha tenido que salir al
quite y con rubor ha pedido “un poquito de por favor”, que hasta los votantes
zurdos se estaban revolviendo ante el denigrante espectáculo de la zurda
parlamentaria.
Ya me
dirán ustedes qué clase de gentuza hemos instalado en la sede de la soberanía
popular, cuando el portavoz del PSOE tiene que decir a esa izquierda de las
fuerzas de progreso: "Basta ya de hablar de la organización de los
grupos parlamentarios y basta ya de hablar de la organización del Congreso y
empecemos a hablar de lo que les preocupa a los ciudadanos, y para lo que nos
han elegido".
El espectáculo ha sido tan aberrante, el aquelarre tan
notorio y el esperpento tan público que la gente de bien que haya votado
izquierda, como dice el inefable Pedro Sánchez, estarán diciendo aquello que
dijo Ortega y Gasset refiriéndose a la II República: “No es eso, no es eso”,
porque estoy convencido que muchos de esos ciudadanos votaron de buena fe a la izquierda, pero no a esta izquierda.
Llama la atención el ansia por hacerse con el dinero que
proporciona el tener grupo parlamentario propio, pero sobre todo sorprende el
descaro con el que se están produciendo. Se están repartiendo el dinero de
nuestros impuestos a calzón quitado, dispuestos a torcer voluntades, prostituir
el cargo para el que han sido elegidos, subastar en twitter los escaños que
hagan falta, pasarse por el arco del triunfo el voto de sus seguidores, elevar
el fraude de ley a la categoría de obra de arte y lo hacen sin cortarse un
pelo. Se comportan como los ejércitos medievales que, tras tomar una ciudad, se
dedicaban al innoble deporte del saqueo sin el menor recato.
Cuando estas “fuerzas de izquierda” terminen con el saqueo
de las arcas públicas, cuando finalicen con el espurio reparto de nuestro
dinero, habrá que preguntarse ¿qué no serán capaces de hacer si logran
conformar una mayoría que les permita gobernar? Han convertido al Congreso de los Diputados en el patio de Monipodio, han organizado un torbellino en el que se han movido a placer los
arrebatacapas y trileros de las “fuerzas de progreso” y lo han hecho sin tener poder alguno, cuando logren conformar
una mayoría que les permita gobernar ¿quién los va a detener?
Lo de Grecia yla UE va a quedar en una tontería, un leve
malentendido entre colegas, en comparación a lo que le espera a una España en
manos de Pedrito Sánchez y sus cuates de la izquierda radical. Hay gente que
empieza a decir que nos iría bien una temporadita con ellos, para que los
españoles supiéramos de una vez por todas con quien nos jugamos los cuartos. Disiento, en
cuanto esta gentuza se siente en el machito, vamos de cabeza a un gobierno al
estilo venezolano y entonces es cuando vendrá el llorar y crujir de dientes y
yo la verdad, ya estoy muy mayor para estas cosas.
Así que si entre nuestros responsables políticos de la
izquierda o de la derecha, hay alguno que sienta la responsabilidad de servir a
España y a su pueblo, más vale que se vaya poniendo en marcha, porque si nadie se
mueve y consigue un pacto que permita un gobierno con ojos y cara, en cuantito nos queramos dar cuenta, estos
botarates montan la mundial, le echan la culpa a Aznar o a Rajoy que les queda
más cerca, a la foto de las Azores, a la casta, al Vaticano y a los yanquis y se fuman un puro mientras
administran la miseria y reparten las cartillas de racionamiento, que de eso
esta izquierda sabe un montón.
De acuerdo en todo. Lo has clavado. Saludos.
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