Los españoles ante la más que probable “segunda vuelta” electoral
Vayan con cuidado, falaces y peligrosos |
No
parece fácil, en realidad, ni siquiera parece probable que del actual reparto de
escaños en el Congreso de los Diputados se derive la posibilidad de que algún
partido, solo o en compañía de otros, pueda conseguir los votos suficientes que
le aseguren la capacidad para gobernar
los inciertos destinos de España y conseguir la estabilidad política por la que
claman todos aquellos que piensan angustiados en la delicada situación
económica, laboral y financiera por la que todavía estamos atravesando.
Es
posible, aunque tengo mis dudas, que el PSOE sea capaz de frenar a su candidato
en la demencial carrera que ha emprendido - en contra de su programa, de sus
promesas y de las advertencias de su partido - con tal de conseguir que se le
nombre Presidente y que con ese frenazo,
C,s. y PP consiguieran la investidura de Mariano Rajoy, con la abstención del
PSOE. Pero esta circunstancia, improbable aunque no imposible, desgraciadamente
no garantizaría en modo alguno, la estabilidad suficiente como para gobernar durante
cuatro años, obligado el gobierno resultante a llevar a cabo equilibrios de
todo tipo, entre los que destacarían los presupuestarios que nos enfrentarían
sin duda a nuestros socios de la UE y pondrían en peligro nuestra recuperación
económica.
Por ello
entiendo que allá por los idus de marzo de este año o a todo tardar a finales
del mes de abril, habrá que ir a una nueva convocatoria electoral en la que la responsabilidad del cambio no corresponderá tanto a los partidos que
se presenten, a los que por desgracia conocemos sobradamente y ya sabemos que
poco o nada van a cambiar en sus respectivas ofertas, por lo que deberá ser la ciudadanía la que tenga la oportunidad
de rectificar el sentido del voto emitido el 20-D y con ello modificar nuestra inestable
situación.
Desde
que se comenzaran a conocer los resultados en aquella noche electoral tan próxima y a la vez tan lejana, la posibilidad de ir a nuevas elecciones estaba en la mente de muchos. Una posibilidad que atraía a los responsables de Podemos que no estaban nada satisfechos con los resultados obtenidos y que esperaban mejorar en una nueva convocatoria, mientras que otros, el PSOE por
ejemplo o Ciudadanos, procuraban ni pensar en esa posibilidad que entendían perjudicaría sus ya escasas expectativas electorales
No parece que las negociaciones en marcha puedan tener éxito. La realidad es muy tozuda y el equipo que por hoy manda en el PSOE, con su Secretario General empecinado en seguir en la poltrona y sobre
todo empeñado en la irracional postura de negar el pan y la sal a toda
posibilidad de hablar siquiera con el PP, se ha visto obligado a lanzarse al barro y no han dudado
ni por un instante en favorecer a los secesionistas catalanes, pese a la advertencia en
contra de su dirección federal y le ponen ojitos tiernos a los de Podemos, con los que pactarían con referéndum en Cataluña o sin él, a pesar de que con ese pacto liquidarían definitivamente
al PSOE, que tras el resultado del con los circulares quedaría circunscrito a desempeñar un papel residual en la política española.
Si tenemos
claro que no hay que esperar demasiado de nuestros dirigentes políticos, que por lo
visto, poco o nada pueden hacer para cambiar la relación de fuerzas en el Parlamento,
habrá que ir pensando en que el cambio (palabra casi maldita, desde su utilización
como argumento propagandístico de los socialistas), decía que la
responsabilidad del cambio, recaerá como tantas otras cuestiones en los ciudadanos y en el sentido del voto que emitan en las nuevas
elecciones.
Hay
organizaciones políticas – lo dicen las encuestas – que se favorecerán de esta
situación. No tengo duda de que mucho votante del PP, que el 20-D se quedó en
casita o votó a otra fuerza política, reflexionará sobre lo que nos espera y
volverán a votar a los populares, se han encargado de convencerlos los de
Podemos y Pedro Sánchez y ya se sabe que del enemigo el consejo. Otros partidos tienen serias dudas sobre lo que les espera en
esa segunda vuelta, es el caso de Ciudadanos. Rivera teme perder votos por su derecha,
votos que supone le llegaron del PP, pero la incapacidad política
de Pedro Sánchez le va a permitir recuperar votos por su izquierda, que vendrán
sin duda de votantes socialistas que tras el aquelarre organizado por Podemos
en el Congreso y la incapacidad manifiesta de Sánchez de controlar su ego, sumada
al contubernio con los secesionistas catalanes, irán a las urnas y votarán
C,s o en el peor de los casos, se abstendrán.
Desde
el principio de este lío, el PSOE sabe que una segunda vuelta puede colocarlo como tercera fuerza
política en España, sobre todo si cristaliza el pacto electoral Podemos-IU y
eso es algo que no se pueden permitir. Está claro que con su actual candidato
ya han perdido, pero pueden darle las gracias a las desmesuras podemitas que
han asustado a algunos de los que les votaron y pueden volver al redil
socialista. De todas maneras mucho trabajo les espera a los de Ferraz para reconducir al aberrante
Pedro Sánchez y a sus mariachis.
Así que
lo que se dibuja en esa "segunda vuelta", desde mi modestísimo punto de vista, es un resultado que
permitiría gobernar al PP con la abstención del PSOE y el apoyo de C,s. fuera
éste un apoyo de investidura, legislatura o puntual, frente al pacto de esa
izquierda que se titula de progreso y que con el circo de las bicicletas, el
puño cerrado, la pasta iraní, el chavismo y los churumbeles, ha enseñado
claramente la patita y ha asustado a los menos radicales de sus votantes. Un frente
progresista, peligroso per se y apoyado para más INRI, en los votos de ERC que obtendrá más escaños en esta segunda
vuelta, en la que los de DiL van a sufrir penitas negras. Por resumir, un frente dedicado a
la disolución de España como nación única e indivisible.
Esto es
lo que nos espera y ha llegado el momento en el que los ciudadanos españoles
demostremos nuestra fibra moral y decidamos nuestro futuro con un voto claro
porque nos jugamos mucho más de lo que algunos pretenden. Hay que seguir en el
camino de la recuperación económica y la reducción del paro. Si estamos de acuerdo en ello habrá que
recordar lo que dijo mi ilustre paisano D. Eugenio D’Ors, ya saben aquello de que “los
experimentos en casa y con gaseosa”.
Desgraciadamente los españoles estamos exactamente en la misma posición que el pobre camarero de la anécdota, no podemos permitirnos aventuras ni
experimentos.
Sin duda aunque sea algo arriesgado, unas segundas elecciones serian buenas para el PP puesto que los que se quedaron en casa y no votaron, en cierto modo, le han visto las orejas al lobo y al mismo tiempo pondrian al PSOE en el lugar que le corresponde, la tercera fuerza politica del pais o quizas la cuarta.
ResponderEliminarEsa es la idea, por eso Pedro Sánchez está desesperado y está perdiendo votos por su derecha, de los que no comparten su cariño por los independentistas y por su izquierda, que puestos a votar izquierda radical se apuntan al original y abandonan la fotocopia. O lo paran o se carga al PSOE y con su partido a España. Un abrazo.
ResponderEliminarYo no lo veo tan claro, es mas, mucho me temo que vamos al desastre, es decir, que mucha parafernalia "para despistar" pero en realidad el pacto PSOE-PODEMOS está hecho desde el principio y eso es lo que va a pasar.
ResponderEliminarLástima porque yo, al contrario de lo que dicen unos y otros, incluidos los medios de comunicación, creo que lo mejor es, precisamente, ir a unas nuevas elecciones.