Felipe González: Ni blanco, ni negro sino todo lo contrario
Esto de los pactos para la investidura está obligando a
muchos políticos profesionales, dicho lo
de profesional en el sentido más peyorativo que la palabra pueda tener, a
retratarse, aunque en ocasiones lo hagan en contra de su voluntad. Que entre la
clase política de uno y otro bando hay muchos que disienten con las acciones de
los partidos a los que pertenecen y a veces les toca decir justo lo contrario
de lo que piensan.
De ese fenómeno parece que no se libra nadie por alto que
sea su puesto en el escalafón, de hecho ahora le ha tocado a Felipe González,
que en unas declaraciones, no diré que sorprendentes, porque personalmente nada
o casi nada de lo que hagan o digan los del PSOE puede sorprenderme, se ha
visto obligado a demostrar su habilidad para el funambulismo político para largar en ese momento lo que le convino decir sobre los dichosos pactos, eso sí lo
hizo en modo gurú todopoderoso que condesciende a hablar con los tristes seres
humanos, ¡qué siempre ha habido clases! Y aprovechando la fraternal hospitalidad de Canal Sur impartió una lección magistral
de como se puede decir digo, cuando hace tres días decía Diego,
sin despeinarse y sin que nadie ose siquiera pestañear.
Por eso decía ayer mismo, que no me fiaba un pelo sobre la
postura que se supone sostiene el Comité Federal del PSOE, hablaba yo de falta de
coherencia y sobra de oportunismo y sin saberlo estaba definiendo la actitud de
Felipe González, al que no le tembló el pulso para tras defender en una
entrevista en El País, que el PSOE debía optar por la abstención y dar paso a un
Gobierno de PP y Ciudadanos antes de ir a nuevas elecciones, afirmar apenas unos días después, que el gobierno debiera ser del PSOE y Ciudadanos
con la abstención del PP, que no es nada parecido ni de lejos a su alegato anterior.
Lo de Felipe es para poner colorado a cualquiera,
pero ayuda a entender esa costumbre que tiene el PSOE de afirmar una cosa y
defender la contraria y pretender tener la razón en las dos tesituras, porque
eso y no otra cosa es lo que hizo Felipe
cuando, tras definir a los de Podemos
como una copia del régimen chavista venezolano, aseguró que PSOE y Podemos
deben ponerse de acuerdo en su programa de gobierno.
Que por muy progresista
que sea uno habrá que reconocer que la afirmación chirría gravemente; Felipe
González dice que no pretende demonizar a los de Podemos pero los define con
precisión cuando habla de copia del régimen de Venezuela y lo hacía todavía mejor cuando afirmaba, hace unos días en El País, que Podemos era un partido que pretendía “liquidar el marco democrático de convivencia y, de
paso, a los socialistas” y sin embargo hoy por hoy - mañana vaya uno a saber lo que opinará - sostiene
que el candidato socialista debe acordar su programa con los bolivarianos de
Podemos.
Cuando lo defino como “gurú todopoderoso que generosamente
se digna a hablarnos”, alguno podrá pensar que me dejo llevar por mi enemiga
hacia el personaje. No es así, sobran los motivos, como decía la canción; basta
observar lo que dijo en Canal Sur sobre la corrupción. Sostuvo Felipe que nada
tiene que ver la corrupción del PSOE, cuando él era el Secretario General, con la
de Rajoy y punto pelota. Pero no quedó satisfecho y aprovechó la oportunidad para defender la inocencia de su
viejo y corrupto amigo Jordi Pujol y ya para cerrar la monstruosidad que suponen
sus afirmaciones, señaló que “Todos los
andaluces saben que ni Chaves ni Griñán se han enriquecido nunca de la
política”. Convendrán
conmigo que no habla un político, habla un ser que está por encima de cualquier
circunstancia y hace y dice lo que le da la gana, por mucho que sus
afirmaciones no hagan otra cosa que contradecir a la realidad, al sentido común
y a lo que él mismo decía apenas hace quince días.
Lo de que todos andaluces saben que ni Chaves ni Griñán se
han enriquecido, es una afirmación sin ningún fundamento que expresa más un deseo que una realidad. En primer lugar a los que hay que
convencer es a los magistrados del Tribunal Supremo y no a los ciudadanos
andaluces y en segundo lugar Dª Mercedes Alaya es andaluza y no parece muy
convencida de esa inocencia que pregona el que fuera presuntamente la X de los
GAL, cuestión no menor, que conviene no olvidar.
Por tanto recomiendo a los que han puesto su fe en la coherencia de un
partido nacional y supuestamente constitucionalista como se entiende que es el
PSOE, que no las tengan todas consigo. Insisto en que llegado el momento tirarán por
la calle de en medio y apoyarán lo que mejor sea… para ellos y su partido y al
resto de los españoles y al interés general de la nación que los vayan peinando.
Si para muestra bien vale un
botón, ahí tienen a Felipe González, defendiendo exactamente lo
contrario a lo que afirmaba el pasado 28 de enero, sosteniendo una cosa y la
contraria con los bolivarianos y negando la corrupción socialista en Andalucía –
1000 imputados y 6.000 millones de euros le contemplan – que viene a ser lo mismo que
negar que el sol sale cada día por el este.
Así que si hasta Felipe González se ve obligado a
contemporizar de una manera tan atroz, pueden ustedes imaginar lo que es Ferraz
y lo que puede suceder en ese entorno en el que la verdad no existe como tal.
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