Errejón quiso hacer de Trotsky y le salió mal
Eran otros tiempos |
No están las cosas en Podemos, al
menos todavía, como para que nadie reparta piolets, pero el intento de hacerse
con la organización podemita en Madrid por parte de Errejón y los suyos les ha
salido rana y al final los que intentaban forzar la dimisión de Luis Alegre,
secretario general de Podemos Madrid, mediante la dimisión de diez errejonistas
del Consejo Ciudadano Autonómico que
pretendían así forzar la creación de una gestora, han visto como el que ha
perdido la cabeza en esta maniobra ha sido Sergio Pascual íntimo de Errejón,
hasta ayer mismo el número tres de Podemos y secretario de Organización, sic
transit gloria mundi…
En cuanto la noticia de la crisis
comenzó a circular por los mentideros, los bolivarianos negaron la mayor, no
había ningún tipo de problema y culparon del invento a la prensa vendida a los
intereses del PSOE. Acusar a los medios de inventar los problemas internos de Podemos es
una excusa pobre y además muy manida,
pero en estas cosas hay que escuchar a los expertos y nadie podrá negar tal
condición a los de Iglesias que desde su nacimiento han acreditado un
conocimiento excepcional de cómo se manejan los medios de comunicación. La
crisis producida por el enfrentamiento de dos corrientes de opinión sobre los
pactos a cerrar con Sánchez, son ciertos, otra cosa es que los bolivarianos se
quejen de que la prensa airee sus problemas, acostumbrados como están a que los
protejan.
Pablo Iglesias ha dejado bien claro como
se tratan las diferencias ideológicas en el seno de su partido, no necesitó convocar
a ningún órgano de Podemos para “cesar” a Sergio Pascual, se limitó a
decapitarlo “democráticamente, con un comunicado más afilado que cualquier
espada y de paso mando a sus apóstoles a predicar por la tierra podemita la
advertencia de que no iba a haber piedad con los disidentes.
Desde luego no pueden presumir de
tolerancia ideológica en el seno de Podemos, ni creo que pueda Iglesias vanagloriarse del funcionamiento colegiado de la
organización, aunque sí ha dejado bien claro que el que manda en Podemos es él
y ha mandado un aviso, por llamarlo de alguna manera, a Íñigo Errejón, con el que mantiene serias
diferencias de opinión sobre los pactos con el PSOE pero también sobre la corriente
que debe elegir Podemos, la posibilista de Errejón o la maximalista de los de
Izquierda Anticapitalista. Pablo Iglesias había estado nadando entre dos aguas
hasta que la maniobra llevada a cabo por los partidarios de la postura de
Errejón le ha obligado a tomar partido.
Iglesias advirtió que si había
que cortar más cabezas, por él no iba a quedar y para evitar maniobras indeseadas asumió el control del partido hasta que se nombre un nuevo
secretario de Organización. En una maniobra de libro, Iglesias se ha quedado
con el manejo del poder territorial y además gana tiempo, porque hasta la
elección del nuevo secretario de Organización puede pasar mucho tiempo, para
ser preciso todo el que le haga falta a
Iglesias, mientras se dedica a podar de las organizaciones territoriales a la gente
de Errejón, que no va a poder defender a los suyos, con lo que su poder quedará
muy disminuido.
Nada nuevo bajo el sol, un
partido político con problemas internos, pero creo que lo importante de esta
crisis es observar cómo se ha encarado
en Podemos el problema y su solución. Iglesias en plan estalinista, se ha
pasado por el mismo arco del triunfo la estructura de su partido, el del
empoderamiento popular y sin contar con su estructura ha descabezado a la secretaría de
Organización podemita, se la ha quedado y nadie, ni colectiva ni
particularmente se ha atrevido a abrir la boca.
Está más que claro, cristalino,
que eso del empoderamiento popular, las asambleas, los círculos, el poder popular
y la voz de la gente son pamemas para engañar a incautos. En Podemos la palabra
de Iglesias es ley y nadie, al menos a partir de esta fecha, se atreverá
siquiera a pestañear a destiempo, lo saben bien y en sus carnes, Monedero,
Errejón y el incauto de Sergio Pascual, el hombre de los dosieres podemitas, el
“malo” de la organización, al que no ha servido de nada hacer el trabajo sucio
de Podemos.
Destituye in continenti a quien disiente, amenaza
y se lo hace los suyos, a su militancia, a sus votantes, en definitiva a su
gente, imaginen ustedes como reaccionaria sentado en la poltrona vice
presidencial controlando TVE y el CNI, supongan por un momento y lamento
amargarles el día, cómo emplearía los ministerios de Justicia, Interior y
Defensa reclamados por los bolivarianos para tratar a los que se le opusieran y
supongo que a ustedes como a mí se les
pone la carne de gallina.
No es para menos.
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Muy buen articulo;
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