Pedro I el Histórico, el Othar socialista
Pedro I el Histórico |
"Hemos hecho historia, hemos hecho presente y el futuro
es nuestro" decía el inefable Pedro Sánchez justamente cuando se conocía el resultado de las pasadas elecciones generales. Una frase rimbombante, falaz y absurda, sobre todo si tenemos presente que
el protagonista del hecho histórico, acababa de cosechar la derrota electoral
más sangrante de la historia del PSOE. Si esa es la manera de hacer historia
que tiene Sánchez, he de suponer que en Ferraz cada vez que recuerden la frase se les tienen que poner los
pelos de punta, porque si el resultado histórico era más malo que carne de
pescuezo, peor todavía es el presente de los de Ferraz y que se puede decir de
su futuro, al menos mientras siga llevando las riendas del partido socialista este individuo, que ha conseguido algo prácticamente imposible, nada más y nada
menos que hacer bueno a su maestro Zapatero.
Es cierto que había hecho historia, negativa pero historia al fin y al cabo, al conseguir sólo 90 diputados, aunque
hay que decir que en el momento de romper en paridor de frases “históricas”,
las cuentas le daban 91, que a lo mejor eso le pueda valer de excusa y también es verdad
que había construido minuciosamente el deleznable presente que protagonizaba, aunque
quizás hubiera sido más preciso y veraz si hubiera reconocido que lo que
acababa de hacer era un “pan como unas tortas” y quede la expresión tal cual,
aunque también conozca yo la otra manera de construirla.
Me imagino a los de
Ferraz, aunque no tenga demasiado que imaginarme porque los vi en la tele con
cara de funeral de tercera, aterrorizados ante el presente que vivía tan
satisfecho su secretario general y acogiéndose a la dudosa protección de los
santos laicos, ante el futuro que se iban a comer con papas, porque Pedro ya
decía aquello de que "el futuro es nuestro", lo que significaba que iba a ser de todos ellos sin excepción.
Y ha seguido haciendo historia, sacándose de la manga una “democrática”
consulta a sus bases, con un texto que hubiera hecho suyo Trasímaco o cualquier
otro sofista, cuyo resultado acogió como un éxito, cuando lo cierto y verdad es
que la inmensa mayoría de los sufridos militantes socialistas pasaron de la
consulta como si se tratara de una publicación de FAES.
Y le debe haber cogido gusto a lo de la historia y, por
ahora, pasará a ella como el primer aspirante a una investidura, incapaz de
recabar la mayoría simple que se le exigía el pasado viernes. Pero si Dios no
lo remedia pasará a las crónicas y tratados como el memo que entregó el poder a
la izquierda leninista con tal de salvar su repugnante pellejo ante sus
enemigos del Comité Federal del PSOE.
Incomprensiblemente, hay gente que cobra un buen sueldo de
nuestros impuestos que lo aplaude en el Congreso, mientras exhibe la idiocia
de su mensaje culpando al PP del bloqueo de una situación, cuando hace bien
poco el “Histórico” presumía de haberle dicho no a los populares diecisiete veces, para a
continuación culpar de lo mismo a los de Podemos, porque se niegan a aceptar el infecto documento "socialdemócrata/liberal" que
él y Rivera llaman pacto. O cuando presenta como virtud el haberse comprometido
con SM para formar gobierno, sin contar con la mayoría suficiente, en una
maniobra en la que sólo protegía su interés personal y subsidiariamente el interés electoralista de
Ferraz.
No pudo hacer honor a su compromiso ante el Jefe del Estado,
porque está más sólo que la una, aunque haya encontrado en Albert Rivera una
muleta en la que apoyarse, mientras al reformista le quede fuelle, que tampoco le puede quedar mucho. Por muy
centrista que sea este chico, debe estar preocupado con una cifra que dice que
el 50% de su militancia está en contra de lo que ha pactado y aunque pueda
presumir de haber partido su organización justo por el centro, no creo que eso
le consuele demasiado.
Ahora Sánchez acaba de inventar la figura del negociador con
carabina, Rivera lo acompañará a sus reuniones con los bolivarianos, para velar
por la virtud de ese pacto, del que han renegado ya los socialistas
públicamente, anunciando acciones que no figuran en el texto o explicando que lo
que está escrito hay que matizarlo, como es el sangrante caso de las supresión
de las Diputaciones, cuestión innegociable que decía Albert y que los
socialistas han solucionado a su manera, le cambiarán el nombre a la
institución y asunto resuelto. Sería hasta gracioso el papelón de los dos
socios, si no fuera porque nos estamos jugando nuestro futuro, el nuestro, el de todos los
españoles, no el de los naranjitos y los sociatas que allá ellos con sus cosas.
Claro que tampoco crecerá en España, pero eso es harina de
otro costal que hoy no toca, como diría Aznar, porque ni al PSOE de Sánchez, ni
al Podemos de Iglesias, les importa un bledo el porvenir de España y los
españoles. En su mundo lo único importante es el poder, lo demás pamplinas.
A ver si nos vamos enterando de lo que se avecina que, por desgracia, no lo
parece. Si tienen dudas, ahí tienen de ejemplo a los de Ciudadanos que están
haciendo un papelón de los de órdago a la grande y se les ve hasta satisfechos.
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