Semana de Pasión para Podemos y Ciudadanos



Desde las pasadas elecciones parecía que el panorama político sonreía a las fuerzas emergentes, es decir a Podemos y Ciudadanos. No es que todo fuera bueno, de hecho ninguna de las dos organizaciones políticas habían sido capaces de alcanzar los objetivos electorales previstos, aunque los fracasos quedaron tapados por el ruido que generaron los resultados  que ya presagiaban las dificultades que habría para conseguir que algún candidato alcanzara la mayoría suficiente como para ser investido por el Congreso.

En el 20 D se obtuvieron unos resultados que no contentaron a nadie, por mucho que se empeñaran los candidatos en disimular los batacazos electorales sufridos. Cierto es que el PP ganó las elecciones, pero con unos números que le ponían muy difícil conseguir un pacto; qué decir del PSOE, que pese a la inefable frase de Sánchez de “Hemos hecho historia”, cosechó el peor resultado electoral de la historia de los socialistas, tampoco estaban para tirar cohetes los bolivarianos que a base de ruido cubrieron su fracaso: Iglesias no había conseguido adelantar al PSOE ni en votos, ni en escaños como era su objetivo y para finalizar, el segundo de los emergentes, C,s, que iba como un tiro en las encuestas, empezó a flojear casi llegando a la meta y obtuvo un resultado mucho peor del esperado.

Tampoco aquellos que ponían su empeño en acabar con el bipartidismo pudieron celebrar su victoria, simplemente porque no la obtuvieron y de aquellos polvos, estos lodos. Malos resultados, vetos a mansalva, líneas rojas, verdes amarillas y a topos; dificultades para formar mayorías coherentes desde el punto de vista ideológico y esto ha sido Troya. 

Aquí nadie se pone de acuerdo, primero porque no estamos acostumbrados a negociar y segundo, porque  algunas de las fuerzas políticas que propugnaban la política de pactos, lo hacían con la boca chica  y por aquello de no mosquear a sus electores, aunque ponían su esperanza en las elecciones de junio, porque los resultados de las encuestas les decían que de producirse una nueva cita electoral, iban a sacar mejores resultados.

Pero las cosas cambian, el amor del pueblo y su entusiasmo es efímero y algunos que se las prometían muy felices, como es el caso de Podemos, han visto como las encuestas les informaban que perdían impulso electoral. Otros en cambio, como Ciudadanos han conseguido que mucha gente creyera que el papel de hombre dialogante y preocupado por conseguir un pacto de Albert Rivera era merecedor de un premio y han ido mejorando en sus expectativas y a lo peor ahora, piensan que unas nuevas elecciones no iban a ser tan malas para ellos.

Hay dos cosas que un líder político no puede permitirse, presentarse ante el electorado dirigiendo un partido fracturado o hacer el ridículo, son dos cuestiones que actúan como la peste negra en los resultados electorales. Sorprendentemente a Pablo Iglesias se le han ido complicando las cosas en su organización y hace un par de días ha tenido que ponerse serio, comenzar a descabezar gente y consecuentemente el electorado percibe a Podemos como una organización con serios problemas estructurales y lo que es peor con dos facciones en lucha por el poder y las encuestas han recogido automáticamente el desagrado de los votantes lo que le perjudicaría notoriamente en las elecciones de junio.

De Albert Rivera podría decirse que va a morir de éxito, consiguió con la firma del acuerdo con Pedro Sánchez una imagen triunfadora que le ha llevado a subir  muchos puntos en la intención de voto. Pero estaba advertido, hasta los portugueses le avisaron que se anduviera con cuidado, que ellos habían pactado con los socialistas lusos y éstos en cuanto pudieron los dejaron en la estacada para pactar con la izquierda, ese pacto a la portuguesa del que Pedro Sánchez ya no se atreve a hablar.

De todos modos Albert Rivera, por muy serios motivos que tenían que ver con una operación para llevarlo a La Moncloa, decidió hacer oídos sordos a la prudencia y firmó con el PSOE un acuerdo que le ha reportado muchos dividendos electorales. Pero la realidad es muy tozuda y las advertencias portuguesas, están comenzando a cumplirse. 

Su querido Pedro que le juró amor eterno, hasta tal punto que se comprometió a llevarlo con él a todas las negociaciones, le está poniendo los cuernos, con los secesionistas catalanes, con Podemos, con IU y con quién haga falta, buscando un pacto con la izquierda que dejaría al naranjito en fuera de juego. Resulta cruel pero es sabido que en España la figura del pobre cornudo, del infeliz cabrón, no produce otra cosa que irrisión y desprecio, eso lo sabemos todos y lo sabe también Rivera que lo comienza a sufrir en sus carnes y si Sánchez lo dejara tirado, en unas nuevas elecciones perdería lo ganado y algo más.

Así que las dos fuerzas emergentes, a las que tan bien les iba en las encuestas, comienzan a flaquear, habría que recordarles a Pablo y Albert, aquello de que "cuando la fortuna te favorece, ten cuidado, porque la rueda gira”. 

Tienen que resolver sus problemas a la mayor brevedad posible, pero les va a resultar muy difícil. En el caso de Podemos el mal ya está hecho y resulta casi imposible reconstruir lo que está roto. En el de C,s, la infidelidad socialista todavía no se ha completado, pero Albert, que no es tonto, sabe que se la está jugando a cara o cruz con Sánchez, desde el día siguiente de firmar el pacto.


Mientras tanto el PP sigue esperando.

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