Lo de Otegui es inadmisible
He de suponer que los líderes de
esta izquierda patria, a saber Pablo Iglesias, Alberto Garzón y Pedro Sánchez,
parten del convencimiento que pueden hacer impunemente lo que mejor les parezca porque su
clientela política tiene anestesiada la conciencia. De otra manera no se
entiende la última infamia de IU y Podemos que se han permitido la canallada de
llevar a Otegui al Parlamento Europeo en calidad de invitado del grupo de
Izquierda Unida Europea para que intervenga ante la mencionada institución,
mientras el PSOE se ponía de perfil y se abstenía en este repugnante asunto.
Que se invite a un etarra, es
decir a un canalla, para que intervenga en el parlamento europeo y que sus patrocinadores, Pablo Iglesias y
Alberto Garzón, lo presenten como un “preso político” y un hombre de paz, me
parece de una miseria moral repugnante. Deberían responder ante todos los
españoles por sostener que en España existen presos políticos; en nuestro país
nadie va a la cárcel por sus ideas, ahí están los secesionistas para demostrarlo. Aquí van a la cárcel los delincuentes
condenados por sentencia firme y pare usted de contar.
Otegui ha estado en la cárcel
no por lo que piensa, sino por lo que ha hecho. Este despreciable individuo ha
militado en ETA durante más de 16 años, participó en el asalto al Gobierno militar de San Sebastián en
1978 y llevó a cabo tres secuestros, los de Luis Abaitua, Gabriel Cisneros y
Javier Rupérez, eso que sepamos. Así que es un delincuente convicto, que tiene
de “hombre de paz” lo mismo que tengo yo de Arzobispo de la Seo de Urgel, porque
no puede ser un hombre de paz quién milita en una organización asesina cuyos miembros tienen manchadas, unos sus
manos y otros sus conciencias, con la sangre de cerca de mil inocentes.
La izquierda española tiene una
relación con la realidad absolutamente sorprendente, sólo es cierto lo que le
acomoda y aquí está lo de Otegui para demostrarlo. Conviene presentarlo como
un hombre de paz, a pesar de haber
militado en un grupo de asesinos y torturadores, se niega la mayor y se le
declara preso político y aquí paz y más allá gloria celestial. Pero lo preocupante es que
el uso torticero de la realidad les rinde pingües beneficios electorales,
porque hay gente dispuesta a aceptar cualquier barbaridad mientras sea la
izquierda quien la patrocine.
Recuerdo aquel tiempo en el que a las víctimas de los
atentados se les enterraba a escondidas, mientras los párrocos del País Vasco
les negaban el funeral religioso. Había miedo y lo más seguro era
decir aquello tan cobarde y nauseabundo de “algo habrán hecho”. Ahora hay otra
suerte de miedo, el temor a significarse fuera de la “ortodoxia izquierdista” y aunque
sea en una cuestión como ésta, coincidir con la derecha y así gente de bien votarán
a los que apoyan al delincuente y
compañero de los asesinos etarras y que lo ensalzan cínicamente a cuenta de su hombría de
paz.
Ahí está el PSOE y Pedro Sánchez
su Secretario General que se han negado a firmar la carta remitida al presidente del Parlamento Europeo por la
diputada del PP Teresa Jiménez-Becerril y la portavoz de UPyD en el Parlamento
Europeo, Maite Pagazaurtundúa, ambas víctimas de la violencia etarra, en la que solicitaban se expulsara a Otegui de la
institución si éste hiciera apología del terrorismo en su intervención.
Me repugna profundamente, pero no me extraña la
actitud de Podemos y de IU, pero me gustaría escuchar una explicación de boca
de Pedro Sánchez en la que dejara claro de una vez por todas, si está con las
víctimas o con los asesinos. No se puede estar en la procesión y repicando campanas,
no se puede decir una cosa y la contraria según convenga a los intereses de
Ferraz, que por ahora es la posición adoptada por el PSOE cuyos parlamentarios se han negado a firmar la carta, que han remitido los del PP, UPyD y Ciudadanos.
En estas cuestiones de conciencia
uno no puede abstenerse, este no es un asunto que tenga que ver con la ideología política. Eso deberían pensar los votantes del PSOE, creo que muchos estarán incómodos en un partido que coquetea con los verdugos y
olvida a las víctimas. Sobre todo porque yo sí recuerdo a los socialistas que fueron asesinados por los amigos de Otegui y que ahora ven pisoteada su memoria por Pedro
Sánchez que no tiene opinión sobre el asunto.
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