Reza un viejo proverbio
español que no hay nada peor que un
pobre harto de pan y me parece que la frase le es de aplicación a Alberto
Garzón, que desde que pactó con Podemos está que se sale. Ha solucionado los
problemas económicos de IU con la venta de la estructura del viejo partido de
los comunistas a precio de saldo. A título personal se ha asegurado un escaño
durante la próxima legislatura y después asistirá con esa sonrisa que utiliza
para contar milongas, a la fagocitación de su partido y se integrará entre los
circulares tal y como han hecho ya tantos camaradas suyos de IU.
En política parece que es muy
difícil permanecer callado, sólo los muy veteranos o los muy listos saben que
en ocasiones el silencio es el mejor mensaje y que si no hay nada que decir, lo
suyo es permanecer callado. Desde luego Alberto Garzón de eso todavía no se ha
enterado, llevado de su euforia se le ha ocurrido escribir que el comunismo
"se ha puesto de moda". La afirmación no puede ser más frívola e irresponsable,
transforma a una ideología de gran importancia histórica en algo evanescente
que, como la longitud de las faldas, puede estar de moda o no.
Me imagino a los comunistas de
toda la vida dándose de cabezazos contra las paredes. Aparece un niño pitongo, se
monta un blog y todo aquello de la lucha
de clases, la dictadura del proletariado, la eliminación de las clases
sociales, la colectivización de la sociedad, la violencia revolucionaria, el
control colectivo del consumo y la producción, todo el sufrimiento y la sangre
derramada en la lucha contra el capitalismo opresor, termina siendo una moda y
como tal pasajera.
Eso deben pensar los viejos
comunistas de este país que imagino que si los pinchan no sangran, piensan que mal
está aliarse con una panda de leninistas injertados de populismo caribeño, pero
mucho peor es hacerlo en términos de subordinación, por mucho espectáculo que
monte Julio Anguita, al que al final le traicionó el subconsciente y dijo lo de
“Es ahora o nunca”.
Lo que no quiso decir Anguita aunque
lo piensa es que el populismo tiene un recorrido muy corto y que de no tocar
poder se deshará como un azucarillo en un vaso de agua y allí tendrán que estar los comunistas para dar
firmeza a ese proyecto, que como no obtenga un triunfo electoral resonante, se
comportará como ese suflé que se deshincha sin que sepamos muchas veces la
razón.
Pero lo que sufran o piensen los
comunistas, personalmente me importa un bledo, lo que no me parece de recibo es
que haya mucha gente que encantada con los términos positivos, moda se asocia a
bienestar, ignoren que esa moda ha llevado la muerte y la ruina allá donde ha
gobernado. Cien millones de muertos llevan a la espalda los distintos regímenes
comunistas, no hay ni un solo país en el que gobierne esta gente que tenga una
economía medianamente próspera.
No hay más que ver cómo los
ciudadanos de los países comunistas se jugaban la vida para huir de esa
brillante moda que nos vende Garzón. No son los vecinos de Miami los que huyen
hacia Cuba; el muro de Berlín lo levantaron los comunistas de la RDA para que
no se les escapara más de medio país y si uno escucha a Garzón pudiera creerse que se levantó para evitar la huida al paraíso comunista de los alemanes
del Oeste hartos de la explotación capitalista.
La historia lo demuestra, ruina,
hambre, terror y muerte es lo que ha producido el comunismo, que se lo
pregunten a los de la CNT o a los del POUM que fueron masacrados durante la
Guerra Civil por las milicias socialistas y comunistas dirigidas por instructores rusos.
No caigan en la vieja trampa de la simplificación y la manipulación semántica, el
comunismo no es una moda, es una doctrina económica, política y social,
peligrosa, antidemocrática y liberticida, que aquí nos apuntamos a un bombardeo
con una tranquilidad de espíritu que hasta miedo da.
Así que oído al parche que al
final pasa lo que pasa y si ganaran las elecciones estos chicos tan simpáticos,
lo que iba a pasar después, a ustedes no les iba a gustar nada de nada.
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