(Encuesta de NC Reports para La Razón)
Los estudios semanales sobre
intención de voto, trackings les llaman, no sé yo que trabajo costaría llamarle
rastreos, coinciden en confirmar las tendencias. El PP sigue ganando las
elecciones, el PSOE no arranca e incluso pierde votantes, lo mismo le sucede a
Ciudadanos, que ha perdido lo que obtuvo mientras montaban con Pedro Sánchez el cuadro del “pacto
del abrazo” y los de Unidos Podemos suben en sus expectativas,
pasan al PSOE y se colocan como segunda fuerza política.
Ya sé que hay quienes todavía confían en que los podemitas ganen en votos, pero no en escaños, una idea
que circulaba por los mentideros políticos la pasada semana, de tal manera que
hasta Iglesias hizo unas declaraciones en las que afirmaba que en un pacto con
el PSOE la presidencia del gobierno se decidiría por el número de votos, lo que
probablemente confirmaba esa teoría.
Todo el mundo conoce el dicho que
pondera lo poco que dura la alegría en casa del pobre y en este caso están los de Pedro Sánchez, que ven como Iglesias y Garzón se van a convertir en los líderes de la izquierda nacional, mandando
al PSOE al tercer puesto en los resultados del 26J, porque si las
tendencias se mantienen, los votos procedentes de la abstención de los votantes
de izquierda, irán a parar a las filas de los de Unidos Podemos.
Otros que están perdiendo fuelle
conforme se acercan las elecciones son los naranjitos, que supongo se
acordarán nerviosos del pinchazo clamoroso y nunca bien explicado que tuvieron en las
pasadas elecciones del 20 D. Se enfrentan a una campaña con poquitos
argumentos, están en la pelea por apropiarse del “centro” con Pedro Sánchez al
que le faltó tiempo para hacer un obsceno guiño al centrismo español, en cuando
se enteró que Rivera estaba por esa labor, pero salvo eso y sacudirle la badana
a Rajoy poco tienen que ofrecer. Sus propuestas estrellas quedaron enterradas en el fracaso de su pacto
con Sánchez, lo que obliga a Albert a montar una campaña callejera, asunto que
se le da muy mal y que no le gusta un pelo.
Quizás por eso acaba de acuñar un
término: “Eje de los moderados” que reeditaría el pacto con Pedro Sánchez. Probablemente
el invento sea simplemente un farol para encarecer su colaboración en un pacto
con el PP, porque como siga con lo del eje, arriesga muchísimo.
Los rastreos
electorales conceden a Ciudadanos entre 39 y 41 escaños y el otro “moderado”
aspirante a “centrista”, es decir Pedro
Sánchez, conseguiría entre 80 y 84 diputados; sumando las dos cifras mejores, los
moderados naranjitos y los moderados socialistas obtendrían 125 diputados,
cinco menos que el resultado más optimista de los populares a los que los hados
demoscópicos conceden entre 125 y 130 escaños, por eso no creo que pueda
montar otro cuadro con Pedro Sánchez porque los números no les dan ni para
respirar.
Así que con todo el respeto que
me merecen mis lectores naranjas, creo que D. Albert farolea cosa fina e intenta sacar
algo positivo del cuento chino del pacto del abrazo. Lo mismo cabe decir de Pedro Sánchez que ya sabe, porque se lo dijo su gente clarito como el agua de
manantial, que como sacara menos diputados que en el 20D ya sabía dónde estaba
la puerta de salida de Ferraz, aunque como se ha hecho centrista igual ahora cree en milagros.
¿Y los del PP? pues Rajoy a lo
suyo, mucha calle, mucho mercado, mucha tasca y trabajando por recobrar el
1.200.000 votos que perdió el 20D con la abstención pepera. Tras los numeritos,
insultos, descalificaciones y campaña
mediática, el ruido parecía iba a acabar con él; pero al final parece que le está ayudando, que así de complicadas son las cosas.
¿Oiga y los nacionalistas? Como
siempre, buscarán al mejor postor para entregarle sus votos, aunque están
moscas porque con la crisis, la traición a los principios ya cotiza bastante
por debajo de las treinta monedas de plata. Como decía uno que fue de Unió,
esto no es lo que era.
Una pena.
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