Llevamos más de cuatro años de
campaña electoral, los líderes políticos han explicado hasta la saciedad sus
programas, de hecho les ha dado tiempo para rectificarlos, corregirlos,
matizarlos o directamente traicionarlos, pero la proximidad a la campaña
oficial, pone de los nervios a las
maquinarias electorales de los partidos que, a la fuerza ahorcan, se empeñan en
contarnos algo nuevo, aunque por ahora con poco éxito.
El PSOE tiene a su militancia de
los nervios, lo dije en plan jocoso el otro día, pero tal como llevan las cosas,
van a tener que editar un folleto de instrucciones para que los militantes
sepan qué es lo que defiende exactamente su partido.
No hace ni una semana que desde
Ferraz se arrastraba a conciencia por el fango venezolano a José Luis Rodríguez
Zapatero, pero en aras de la “imagen de unidad”, en el acto preelectoral del
PSOE el invitado principal era ZP, el mismo que fue acusado por los socialistas de ser
amigo de Maduro por cuestiones
inconfesables.
Están en una esquizofrenia brutal,
pretenden ser la garantía del cambio y se estrenan con un vídeo en el que se
agarran a las “nuevas figuras socialistas”: Felipe González, Zapatero,
Rubalcaba, Guerra e incluso ¡Bibiana Aido!. será que lo que venden es el cambio…
nostálgico, baste recordar el gobierno en la sombra de Sánchez repleto de
viejas glorias. Y si hablamos de corrupción, Pedro Sánchez, Secretario General
de un partido que tiene a dos presidentes (Chaves y Griñán) empapelados por el
Supremo y 140 cargos públicos imputados o investigados, jura por sus muertos
que si gobierna en España va a instalar la honradez intransigente.
Por lo visto la realidad no supone un obstáculo para los del
PSOE, aunque a lo peor es que no entendemos a Sánchez que, cuando habla de
honradez intransigente, igual se refiere a esa que ahora practican, ver y denunciar la corrupción
ajena e ignorar la propia.
Otra milonga que se está
intentando imponer en el mercado de los latiguillos automáticos a utilizar en
las redes sociales y las entrevistas, es la que pronuncian incansables los de
Ciudadanos. Dicen muy serios que el pacto C,s-PSOE, sirvió para evitar un pacto
PSOE-Podemos. Una afirmación breve y contundente que según la facundia del
naranjito de turno se puede adornar como mejor apetezca, pero por mucho que se
embellezca, sigue siendo falsa.
Para que quede claro, el pacto
C,s-PSOE no sirvió para nada y no sirvió
para nada porque era un acuerdo de gobierno y no gobernaron. Eso sí, sirvió a los dos partidos para tener engatusados a los votantes, hacerse propaganda y auto bombo y
mejorar sus expectativas electorales. Y no evitó un pacto PSOE-Podemos, todos vimos a Girauta y su equipo negociador, sentados a
la mesa con los del PSOE y los bolivarianos, por ver de conseguir el acuerdo.
Eso decían entonces y ahora afirman
lo contrario, sería bueno saber si mentían entonces, lo hacen ahora o lo que es más probable, que mientan entonces y ahora; da dolor y vergüenza
ajena escuchar decir a Albert Rivera que acudieron a la mesa de negociación
para conseguir la abstención de Podemos.
Y si hablamos de dolor,
declaraciones y Albert Rivera, qué decir de esta afirmación: “Estoy dispuesto a
sentarme con PP o PSOE según cuales sean los resultados el 26-J”. Supongo que
habrá devotos del naranjito que entenderán la frase como el epítome del
centrismo, pero a mí, que soy viejo y tengo
el colmillo retorcido, si digo verdad lo que me parece es el compendio del
oportunismo más feroz.
Sé que habrá lectores que se
enfaden, llámenme raro, pero en cuanto la leí pensé automáticamente éste pacta
con el PSOE, con el PP o con el que haga falta, porque esa exquisita muestra
de presunto centrismo, lo que dice en verdad es “miren ustedes, esta vez hay que
conseguir gobierno sí o sí, así que aquí estoy yo para lo que haga falta y a
disposición del más generoso.
Quedan más,
pero por ahora aquí quedan estas. Mentiras variadas, servidas como prefieran, en macedonia o ensalada.
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